300 REPERTORIO AMERICANO España en el corazón de Pablo Neruda Por CONCHA MELÉNDEZ (Colaboración para Rep. Amer. San Juan de Puerto Rico. 1940. rr El barco número siete (1) se ha incorporado a la flota poética que Neruda ancló en su puerto de Valparaíso. Navega ya la flota pilo.
teada por ese barco séptimo; barco de guerra blindado de acero en cuya proa de pálido gris, lleva la inscripción roja y violeta de su destino.
La bandera de la República española identifica los orígenes de este barco nacido del propio corazón del poeta. Las lindes de Espana cortan la bandera con una línea blanca vibradora como un relámpago. los poemas tri.
ipulantes cantan ahora un canto de guerra y desnuda sangre.
y levitones sangrientos, coronada de cardos verdes, sembrando vagos huesos de difunta y puñales. Caballos llenos de humo corren por la pobreza de España.
Los milicianos caídos forman un solo cuerpo, un rostro de ojos rotos.
Esta criatura amenazante vigila las tinieblas con una espada llena de esperanzas terrestres. Madrid herida, se convierte en una mujer de proporciones sobrehumanas que se defiende dejando estelas de su santa sangre, reuniendo y llamando con una voz de océano. La luz de lan sangre ha cambiado su rostro para siempre. Avanza como vengadora montaña, como silbante estrella de cuchillos, abriéndose paso con una espada ardiente. es desde entonces tierra y vigilia en la desolación de su resistiencia.
De la angustia personal a la angustia colectiva El infierno nerudiano Es que Pablo Neruda ha rechazado su bello origen de artista, ha parado los volantes de su angustia personal, para fundirse, como antes lo hizo en su fantasística entrada en la madera, con el fuego purificador. Mas no se trata ahora de un fuego creado por su fantasia.
Sus ojos mortales han visto, su corazón ha mirado el derrumbamiento de la materia, su caída apocalíptica, no con la lentitud cotidianamente invisible con que la adivinó en Resi.
dencia en la tierra sino con la rotunder agobiadora de una realidad cruel. ha visto objetivarse también el segundo movimiento de su libro Residencia en la tierra la acción humana en aleteo de lágrimas, de esfuerzo, de maldad. en la ciudad de Madrid, de donde salió con el corazón transido de luto y muerte.
El poeta ha querido hacer fácil su poesía difícil, anotando al margen de estos poemas la sucesión temática, abriendo claras hendeduras en su usual hermetismo. Quiere ensanchar la cida de su poesía en un designio de propaganda.
Por eso explica algunas cosas: la ausencia de las lilas, de la metafísica cubierta de amapolas, de la lluvia que golpeaba sus palabras. 01vida el leve símbolo de la mariposa y los que ofrecieron resistencias a su ambición individual pared, muralla y conserva sólo aquellos aplicables a la descripción de las visiones trágicas que lo iniciaron en su nueva angustia, desde aquella mañana en que Pablo Neruda Colabora en esa solución afortunada el amor que el poeta tiene a España. Amor wertido en contrastes del pasado y el hoy, en definiciones conmovidas y memorables. La visión de Castilla prevalece rostro seco como un océano de cuero matizando con pétreo acento la España nerudiana. Pero es también Galicia pura como la lluvia. Extremadura, la de augusta orilla y todas las regiones españolas nombradas en enumeración que es como letanía amorosa. Nostálgicamente recuerda cómo era España: Al describir el noveno circulo de su infierno, el de los traidores, Dante lo hace con temor. Confiesa no poseer el estilo áspero y ronco conveniente para tratar del pozo sombrío centro de la tierra según la cosmología dantesca y residencia de Satanás. Advierte el florentino que la descripción de este círculo no es empresa de juego, ni deben intentarla las lenguas balbucientes. Invoca el auxilio de las Musas pidiéndoles que le den ayuda parecida a la que prestaron a Anfión al poner en su canto la fuerza que arrastró los peñascos del Citerón a unirse por sí mismos, formando las murallas de Tebas. Es entonces que comienza a describir las sombras lividas, sumergidas en el lago helado, cuyas lágrimas se congelan al llegar a los párpados, viéndose privadas del consuelo del llanto. En ese recinto de Cain, Antenor y Judas, Dante tiene una tremenda revelación. Al encontrarse con Fray Alberigo a quien dejó vivo en el mundo, sabe de sus labios que cuando un alma comete alta traición, es poseída por un demonio que desde entonces dirige sus acciones. Mientras el alma cae en el noveno círculo, el cuerPo sigue en la tierra encubriendo al demonio que lo habita. Congelación eterna, prematura caída del alma en los recintos infernales, son los tormentos ideados por Dante para la trai.
ción.
Neruda posee para el canto de la confusión terrenal que hoy vivimos, el estilo áspero ronco que Dante deseaba. En ninguna ocasión, ni aun en sus cantos de adolescencia, ha considerado el arte empresa intrascendente de juego. su lengua, avezada a describir las resistencias subcelestes, lo cualifica para la creacićn de un nuevo infierno.
El primer recinto de este infierno nerudiano escoge una tortura opuesta a la del equivalente recinto dantesco. Es un recinto de fuego en donde ha situado a los rebeldes Sanjurjo y Mola. 4) Condena a Sanjurjo a llamas eternas amarrado. humeante, acordelado por su traidor avión. Su castigo es la prolongación sin fin da su muerte terrenal: irá conducido y quemado en su avión en llamas, mientras su boca se derrite en maldiciones.
Mola esperado de antemano en el infierno wa eternamente de precipicio en precipicio desbaratado por azufre y cuerno, cocido en cal y hiel y disimulo. perseguido por las llamas.
las hogueras isalían de la tierra devorando seres, y desde entonces fuego, pólvora desde entonces y desde entonces sangre. 2)
Era España tirante y seca, tambor de son opaco, llanura y nido de águilas, silencio de azotada intemperie.
Porque la ama hasta el llanto, puede definirla como la soñó en dias de paz: Piedra solar, pura entre las regiones del mundo, España recorrida por sangres y metales, azul y victoriosa, proletaria de pétalos y balas, única, viva y soñolienta y Sonora. 3)
La España de Neruda Al riesgo característico de una poesía donde brotes infrarraelistas alternan con pasmosas creaciones imaginarias, se suman ahora la invectiva, la maldición, la frecuencia de pala bras que literariamente hemos encontrado en la picaresca, mas no en zonas líricas como las que estudiamos. Neruda atraviesa estos peligros asido a sus fundamentales soportes de artista. nos deja en la salida de su infiemo ante la luz del Ejército del Pueblo, luz de definida estrella, que avanza elevando sus roncos rayos en la muerte y estableciendo los nuevos ojos de la esperanza. hoy la ve rota, retorcida bajo el caer de ceniza, hierro, piedra, muerte, llamas. Sabe empero, que ella renacerá como flor de agua perpetua.
Las nuevas criaturas Cada libro de Neruda registra nuevos habi.
tantes de un mundo poético que se expande en confines y multiplica sus encrucijadas. En éste la tradición se pasea en las noches de España con cola de bruma, vestida de asma (1) Véase mi ensayo Pablo Neruda: vida y obra. Instituto de las Españas. Nueva York, 1936. 2) España en el Corazón, Santiago de Chile, Ediciones Ercilla. 1937, pág. 13. 3) España en el Corazón. Ed. cit. pág. 18. 4) España en el Corazón. Ed. cit. págs. 27 28. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica