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REPERTORIO AMERICANO 61 El guapo De una conferencia (Se titula: La Democracia por Alejandro Alvarado Quirós. San José de Costa Rica. 1939)
Bajo este título dictó en época reciente y ante la asamblea de la Sociedad Teosofica, el Lic, don Alejandro Alvarado Quirós, una con ferencia sobre el tema la Democracia. Poco tenemos que decir acerca de la forma como está expuesto el asunto, tratándose de persona que, como el Lic. Alvarado, tiene sus títulos bien conquistados como escritor y como hombre de Estado. Queremos referirnos al tema.
La cuestión democrática ha adquirido ahora un sentido nuevo. Exactamente no corresponde al contenido de esa misma idea de bace un siglo o de hace siquiera cincuenta años, Entonces se quiso o deslindar un conflicto de formas de gobierno y de intereses sociales o definir situacionues ideológicas al servicio del principio de libertad. Lo democrático, en el momento presente, sirve para condenar ciertas pretensiones de política más bien internacio.
nal que nacional. Eso se interpreta en la doctrina del derecho de vivir que tienen todos los pueblos de la tierra, los grandes como los pequeños. como consecuencia de eso, derecho que tienen los pueblos a definir por propia voluntad sus destinos nacionales. Por supuesto, como ningún hecho político se realiza aisladamente, esta interpretación tiene lógicas vinculaciones históricas y psicológicas. Esta tendencia de justicia colectiva internacional agrupa a los pueblos de un lado y de otro, según sus tradiciones y según su espíritu: del lado de lo democrático actual están los pueblos que mejor han servido a los ideales humanos de libertad. Del otro lado, están los pueblos que se han apegado a las tendencias de poder, como factor mecánico de expansión o de realización de la vida.
Por eso todo lo romántico de la democracia histórica, como la tragedia de Atenas defendiendo a Europa contra el Asia, la revolución inglesa definiendo los derechos del ser humano, la revolución francesa extendiendo por el mundo esa misma doctrina, la revodución americana de la cual ha surgido uno de los más grandes pueblos de la historia, es útil para demostrar las excelencias, entre otras cosas, del derecho, porque el derecho ha sido un producto necesario de la iluminación de las naciones del concepto de harmonía entre los pueblos de la tierra, y del mecanismo de la historia. Podríamos decir, pues, que la democracia, como hoy se entiende, es una función del derecho. Sólo el derecho hace posible una honorable y digna existencia humana.
Bajo esta proyección superior examina el Lic. Alvarado los acontecimientos que están siendo la materia de la historia en el presente.
Con brillante espíritu, con frase musical y serena, de intenso poder persuasivo, y con una noble inspiración: él también está al lado de la causa vital del mundo: dejar vivir en libertad a los hombres y a los pueblos. Esta doctrina no pertenece propiamente a ninguna nación. Es útil a todas las naciones. Sólo cuando se le rinda un culto universal, los hombres podrán pensar en que el derecho es la lógica de la vida. La fuerza sólo produce lamentos, como dice el filósofo chino.
Se lee con gran satisfacción el discurso del Lic. Alvarado Quirós. Prende una clara esperanza en todas las almas. Bueno, Anselmo. tú por qué te vas en la revolución. Guá! Muy sencillo. Porque er coronel Urrutia se arza y me mandó a llamá. Solamente por eso. por qué más va a sé, pues. Pero. qué harias tú si el coronel Urrutia fuera jefe civil en este mismo gobierno. Pues en tar vez yo sería comisario. serías tú capaz de hacerte cómplice de este gobierno de asesincs. Si uşté dice que er coronel juera jefe civil, pues yo sería comisario. Yo no tengo que hacé con los gobiernos sino con er corone!
Urrutia. Pa eso soy oficial suyo. Pero tú no tienes criterio propio. Criterio propio. Uhm. Qué pájaro es ése? luego, con voz que más bien es una reconvención a sí mismo por su desusada locuacidad, me dice desviando la charla. Mejor es que no converse mucho porque gasta mucha saliva y no vamos a encontra onde bebé agua sino a la nochecita. se echó adelante con su yegua.
Como Anselmo han pensado y vivido en mi tierra millares de hombres. Hombres que se han ido tras de uno que era guapo lo que se creia que era guapo. Sin saber por qué, sin conocer con precisión lo que el guapo pensaba y buscaba. Esa ha sido la psicología simplista de casi todas nuestras guerras civiles. El guapo se echaba al monte y los que creían en su guapeza que se iban tras él. hacerse matar, a servir de carne de cañón a las ambiciones de!
guapo. Los guapos de mayor alzada se llaman caudillos.
También se hereda la guapeza y se hereda el prestigio. El coronel Urrutia, según creo, no ha dado nunca antes demostraciones de su valentia. Es una especie de caudillo inédito. Pero su tío fué caudillo y su abuelo también lo fué.
De esos antepasados le viene el título de coronel. el padre de Anselmo se alzó bajo las órdenes del tio de Urrutia. el abuelo de Anselmo murió en una montonera que mandaba el abuelo de Urrutia.
RÓMULO TOVAR SALIDAS Las ideas del Gobernador Juan Pablo Rubin (Miguel Otero Silva, Fiebre, novela de la revolución venezolana.
Editorial Elite. Caracas. 1939. En mi pueblo.
Era preciso moralizar la administración provincial, desterrar abusos; sobre todo, en el destierro de los abusos insistió mucho. Su plan de conducta era muy político. Contemporizar, contemporizar mientras se pudiera, apurar hasta lo último el espíritu conciliador, y cuando se cargara de razón, levantar el palo y deslomar a todo el que se desmandase. Mucho respeto a las instituciones sobre que descansa el orden social. Cuando va cundiendo el corruptor materialismo, es preciso alentar la fe y dar apoyo a las conciencias honradas. Lo que es en su provincia, ya se tentarían la ropa los revolucionarios de oficio que fueran a predicar ciertas ideas. Bonito genio tenía él. En fin, que el pueblo español está ineducado, y hay que impedir que cuatro pillastres engañen a los inocentes. La mayoría es buena; pero hay mucho tonto, mucho inocente, y el Gobierno debe velar por los tontos para que no sean engañados. En cuanto a moral administrativa, no había que hablari El no pasaba ni pasaría por ciertas cosas. Ya le había dicho a Villalonga que aceptaba con la condición de que no le pondría veto a la persecución y exterminio de los pillos. muchos que mangonean ahora, les he de llevar codo con codo a la cárcel de partido. Yo soy así; hay que tomarme o dejarme.
arreglar sus asuntos y proveerse de ropa. no dejaron de molestarle también y entorpecerle ciertas disensiones domésticas, pues Refugio, quie ya se estaba dando pisto de gobernadora, y se había despedido de sus amigas con ofrecimien.
tos de protección a todo el género humano, se quedó helada cuando su señor le dijo que no la podía llevar. Pucheros, lloros, quejas, gritos. Pero, hiija de mi alma, hazte cargo de las cosas; no seas así. No comprendes que no me puedo presentar en mi capital de provincia con una mujer que no es mi mujer. Qué diría la alta sociedad, y la pequeña sociedad también, y la burguesía. Me desprestigiaría, chica, y no podríamos seguir allí. Esto no puede ser. Pues estaría bueno que un gobernador, cuya misión es velar por la moral pública, diera tal ejemplo. El encargado de hacer respetar todas las leyes, faltando a las más elementales. Bonita andaria la sociedad si el representante del Estado predicara prácticamente el concubinato! Ni que estuviéramos entre salvajes. Convéncete de que no puede ser. Tú te quedas aquí y yo te mandaré lo que vayas necesitando. Pero lo que es allá no me pongas los pies. porque si lo hicieras, tu chachito se vería en el caso de cogerte. ya sabes que tengo mucho carácter. de cogerte y mandarte para acá por los tránsitos de la Guardia civil.
En mi pueblo nadie piensa nada.
El río es la imagen de todos: poco caudal en verano, crecido en invierno, pero siempre atado a su cauce, Lo sempiterno es: El Cura dice su misa.
El Jefe Civil cobra sus multas.
El comerciante vende carísimo sus mercancias.
El agricultor siembra y recoge su cosecha.
La arepera tiende sus arepas.
La empanadera amasa sus empanadas.
Las viejas murmuran, y oyen la misa que dice el cura.
Las muchachas envejecen.
Los jóvenes se fastidian y se envician en el juego y la bebida.
Los hombres taptan a las mujeres.
Las mujeres paren todos los años.
Los viejos no mueren.
Los muchachos tiran piedras a los pájaros. Mucho ajetreo tuvo. aquellos días para (B. Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta, parte 49. Madrid. 1918. De Julián Padrón, en Madrugada. Caracas, 1939. su novela. El Gobernador Juan Pablo Rubín. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica