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124 REPERTORIO AMERICANO Esta carta.
La Paz, 21 de marzo de 1951.
Señor Profesor Don Joaquín García Monge San José de Costa Rica Muy recordado y querido don Joaquin: Deseo que al recibo de esta breve carta se encuentre usted muy bien de sa.
lud.
Está usted seguramente ampliamente informado del viacrucis soportado por el gran rotativo La Prensa de Buenos Aires, viacrucis que ha terminado con la incautación de este prestigioso vocero de nuestra América Latina. El repu.
diable tirano Juan Domingo Perón ha colmado sus bellas aspiraciones de clau: surar el periódico que no le aduló ni le llenó de ditirambos.
Hace cuarenta años que yo he leido La Prensa y en sus páginas he apren.
dido a ser demócrata y hombre de bien.
El asalto a este prestigioso defensor de la libertad y de la democracia, me han hecho derramar abundantes lágrimas.
Pensar que La Prensa, tribuna de jus.
ticia y de derecho se convierta en un pasquin adulatorio de Perón, es algo que enferma y enternece el espíritu.
He escrito muy rápidamente el articu.
lo que le envío, rogándole a usted, que si lo juzga conveniente, se digne hacer.
lo publicar en las páginas de nuestro querido Repertorio Americano. Nada quiero hablarle de La Prensa, porque usted que leía sus trascendentales ar.
tículos y muchos los transcribía, sabe lo que significa acallar la voz de un órgano de prensa conocido en todas las latitudes de la Tierra.
En mi carácter de dirigente del par tido liberal de Bolivia, hice aprobar con el directorio de este organismo político, un voto condenatorio por el abuso. co.
metido por Perón y sus descamisados al silenciar la voz de La Prensa.
Sin otro particular y con mis gracias anteladas, lo abrazo muy cariñosamente, Luis TERAN GOMEZ Amazona 84.
La ya prolongada existencia de La Pren.
sa, en un ambiente no muy apacible, el prestigio singular que alcanzara en los cinco continentes del planeta, la alta sindéresis de sus juicios, la nutrida y verídica información nacional y extranjera regis.
trada en sus páginas, las medulares colaboraciones de eminentes estadistas, filósofos, literatos, científicos y poetas y, más que todo, ese hondo y profundo apego a la democracia y a la libertad, nos hacían pensar que el diario de los Paz, estaba ya libre de cualquier asechanza que pudiera poner en peligro su honrosa y fructífe.
ra vida. Manteníamos la certidumbre de que los argentinos, sin distinción de clases sociales ni de credos políticos, menos de religiones y sectas, veían en La Prensa al máximo defensor de sus derechos y libertades y al paladín más calificado de los principios democráticos que hoy marcan la ruta de los pueblos más civilizados del orbe. Mas, habíamos estado profundamente equivocados en nuestras apreciaciones, porque los hechos que se suceden en la Argentina, demuestran con claridad meridiana, que en este país, antes de ahora modelo de organización republicana, impera hoy una dictadura de tinte fascista, don.
de el omnipotente Perón tras una actitud hostil y secante hacia los diarios de oposición e independientes, ha resuelto callar la voz de La Prensa, porque este gran dia.
rio no le rinde pleitesía, ni aplaude la ejecutoria desorbitada de este nuevo provi.
dencial. digno émulo del fatídico tirano Juan Manuel de Rosas.
Por cierto que, los procedimientos dictatoriales del gobierno peronista frente a la libertad de prensa, y el criterio totalitario que informa todos sus actos, han sido y son reprobados por todos los hombres libres de América, que presagian para la Argentina días de dolor y de luto. Esa perse.
cución pertinaz e inmisericorde que sufren hoy los periódicos independientes y aque llos que traducen el pensamiento de parti.
dos políticos de larga y digna tradición, hacen entrever que en la nación del Plata, la libertad y la democracia no han alcan.
zado todavía un desarrollo promisorio, y que, muy bien pueden aclimatarse otra vez en su suelo, aquellas repudiadas dictadu.
ras civiles y militares que castigaron a los pueblos latinoamericanos durante períodos muy largos. De ahí, que es de esperar, que la dictadura peronista que está a estas horas cavando su propia tumba, desaparezca a breve o largo plazo. Mientras tanto, lo que las protestas y censuras públicas, los que justamente alarma a la conciencia continental y al mundo todo, es que frecuentes llamados a la cordura, los consejos de caracterizados órganos de prensa nacionales y extranjeros y los pedidos de agrupaciones políticas, jurídicas y culturales y de escritores y periodistas, en sentido de no clausurar La Prensa de Buenos Aires, no han tenido efecto alguno, ni han logrado hacer variar la determinación injusta y a todas luces ruín de! dictador Juan Domingo Perón, quien, parodiando a un rey europeo ha dicho: La Argentina soy yo. sin acordarse, seguramente, el trágico fin que tuvieron sus maestros Hitler y Mu.
ssolini.
Nosotros, como hombres libres, como los más humildes escritores de América, que jamás hemos puesto nuestra modestísima pluma al servicio de ningún tirano civil o militar que hubiere sojuzgado a nuestra patria Bolivia. Nosotros, que hemos aprendido a amar la libertad y el significado de la doctrina democrática en las bellas pági.
nas del diario fundado por don José Cle mente Paz, hacemos un llamado a todos los escritores de las tres Américas, para pedirles que hagan escuchar su voz de condenación y de repudio y, anatematicen en frase candente al jerarca de los descami.
sados. por la incautación de La Prensa, considerada por la opinión de América, como un monumento genial que hombres civilizados levantaron para honra y gloria del gran pueblo argentino. Escritores de América! Nosotros consideramos que el momento es propicio para censurar con verbo lapidario las tropelías y errores de la tiranía peronista, porque nuestro silencio, podría muy bien servir de acicate a muchos gobiernos antidemocráticos a seguir el indigno ejemplo del dictador argentino.
Luis TERAN GOMEZ La Paz, Bolivia 19, Marzo, 1951.
Hortensia Zelaya del Castillo Por María ALFARO de MATA (En Rep. Amer. Para los que la conocimos y comprensi.
vamente observamos su labor de educadora y de artista, la consideramos siempre como uno de los auténticos valores feme.
ninos de Costa Rica.
Su cultura superior, su temperamento artístico, su fisonomía atrayente, su inagotable actividad, formaron un conjunto de mujer prominente, muy distinguida cuya influencia se hacía sentir en seguida den.
tro de cualquier grupo social en que actuara. así fué. Luchó denodadamente en favor de la cultura y de las causas nobles.
En Costa Rica fué la educadora cons.
ciente que se daba toda a su deber; trabajadora incansable cuando se trataba de hacer labor docente a través del arte y de dar prestigio a la escuela que servía.
Todos recordamos con admiración los actos culturales dirigidos y ensayados por ella en la Escuela España y en la Escuela República Argentina. Su entusiasmo y su constancia lograban maravillas: el grupo de escolares se transformaba en un grupo de artistsa capacitados para despertar el entusiasmo del público más exigente en un teatro de renombre y los representantes diplomáticos de España y Argentina sentían más hondamente el cariño de nuestra tierra.
En febrero del 48 Hortensia salió hacia Buenos Aires como becada del Gobierno Argentino para setudiar la organización educacional de aquel país. Comienza así su labor internacional de acercamiento.
Fué acogida calurosamente por el círculo de becados y premiados de la Comisión Nacional de Cultura de Buenos Aires y dió a conocer nuestro país en conferencias amenas de las que habló elogiosamente la pren sa. En el Teatro Cervantes hizo una de esas disertaciones sobre Panorama Geográfico, Histórico, Social y Cultural de Costa Rica.
Otras conferencias muy elogiadas por la prensa bonaerense versaron sobre Voces y Modismos de Costa Rica y Motivos Típicos Costarricenses.
En julio del 48 es designada representante de la República de Costa Rica en el Congreso Internacional de Madres, por la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica