Democracy

238 AEPERTORIO AMERICANO Selva mia.
de Guatemala y un gran símbolo demo crático para todo el continente americano.
Símbolos complementarios de grandes propósitos son ambos; nuevas formas de algo que se agita hace ya siglos en la matriz de nuestra tierra; rara mezcla de plegaria y protesta, de ala y garra, de tempestad y arcoiris.
El indio escucha emocionado desde su miserable rancho y su sonrisa se va agrandando en la noche trágica de América hasta que su luz la transforma en aurora.
Por Tula van SEVEREN Berkeley.
Oda a la Paz Por Manuel NAVARRO LUNA (En Rep. Amer. Aun es temprano!
Todo el que ame la vida ha de ayudar a derribar la mano que a modo de una fuerza enloquecida quiere encender la ráfaga homicida!
negociantes de guerra, ni tampoco los otros ni nadie será dueño de la tierra.
Pues por todos herida, ensangrentada, desgarrada, inerte, sólo será la tumba de la vida en la vida infinita de la muerte. En Rep. Amer. mitad del camino de la vida yo me encontré en la selva que nos dijera (el Dante: Selva mía y de todos! Selva obscura, que espera a la mitad del viaje, sin que jamás, irremisiblemente, nadie pueda a sus garfios escaparse.
Pero. Ay, Señor! No estaba preparada todavía mi carne miserable! el alma, el alma que creía fuerte, se me estremece, débil y cobarde temblando de terror más que de frío. Más débil era el alma que la carne. No estaba preparada todavía.
Siempre estuvo soñando ante el paisaje, y en vez de ser prudente y de ser sabia, se me quedó cantando hasta muy tarde. de improviso me envolvió la selva en apretado brazo, hasta asfixiarme!
y del canto quedó sólo un lamento ante la risa cruel de los chacales. hoy me atan las lianas en las sombras sin que mis miembros logren libertarse, y me cubre los ojos con sus manos gélidas y siniestras, el boscaje, y una angustia me aprieta la garganta igual que si quisiera estrangularme.
Me amenazan los buhos agoreros bajo la cabellera de los sauces. estoy sola, sin mí, sin Ti, sin nadie, y me acosa el horror por todas partes. Ya no sé ni luchar, ni sé el secreto para hallar el sendero que me salve!
En uno y otro lado las mismas armas para la batalla tienen el que provoca y el que calla! todas dirigidas al costado donde el hombre se halla!
El costado del hombre, de tal suerte lastimado y herido por la sombra que en la noche sin lámparas lo nombra tan sólo la palabra de la muerte!
Aun es temprano!
Todo el que ame la vida ha de ayudar a derribar la mano que a modo de una fuerza enloquecida quiere encender la ráfaga homicida!
El hombre morirá cuando desaten sus furias las centellas y la noche despierte. sus estrellas también para que maten. Mañana será tarde y la vida nos llama con la imperiosa voz de su oriflama, con la potente llama que es el hombre y que, en él, palpita y arde y ama. Defendamos al hombre! Dondequiera que é! esté defendamos su corola; defendamos la luz de su bandera para que brille, sobre el mundo, sola!
Defendamos al hombre, al hombre puro en su unidad eterna! que la vida lo defienda en nombre de la vida fraterna. Defendamos la vida, defendamos la paz, tan lastimada, de esta hora; levantemos las palmas y los ramos de la vida en los arcos de la aurora.
Defendamos la rosa y el arado; defendamos las cunas y los nidos; defendamos el surco desbordado de canciones, de flor y de latidos!
Apenas el recuerdo me queda de los plácidos parajes, de las llanuras dulces, que reían con sonrisas de niños y de náyades; de las mañanas rubias del otoño sinfonías de oro entre los árboles!
de las noches de Junio, que regaban sus blancas margaritas en los valles. De todo lo que es suave y lo que es bello me hicieron olvidarme mis puñales.
Acaso mi llegada es prematura.
Acaso anduve a prisa, sin fijarme, lo que debió haber sido ruta lenta, que enseña su lección a cada instante.
Obrero, campesino: dondequiera que estés, alza tu pecho y defiende el derecho a tu luz, a tu pan y a tu camino.
Quieren llevarte al crimen los que te explotan y los que te oprimen hablándote de patria y democracia sólo con la mentira y la falacia!
Quieren armar tu mano para una guerra sin honor, en cuyo final sólo quien triunfa es el gusano!
No mates al obrero, que es tu hermano!
Ni al campesino, que es hermano tuyo!
La mano que trabaja, la que a los fondos de la vida baja no claudica jamás ni se desmembra; ni es mano que amortaja sino mano que siembra. sus armas no son las que destruyen: armas para la guerra fratricida.
sino las nobles armas que construyen: las armas de la paz y de la vida!
Mas yo, Señor, en mi dolor no pido que me devuelvas la dulzura de antes. No quiero que regrese la alegría con su copa de vinos inefables!
Ni que el placer me brinde sus guirnaldas de rosas, que sus pétalos de sangre no se deshojen nunca entre mis manos ni embalsamen mi alma ni mi carne. Entre las sombras de la selva mía más cerca estoy de Ti que en otra parte. Sólo, Señor, Te pido la limosna de una pequeña luz para encontrarte!
New York, 1951.
Convertid los fusiles en azadas, y en los surcos humanos sed todos, estrechando vuestras manos, por la línea del hombre, camaradas; y por la línea del amor, hermanos! que caigan los brazos de la guerra y surja un canto cuya fuerza asombre a despertar hermanos en la tierra para que brille, a toda luz, el hombre.
Agencia del Repertorio Americano en Guatemala, LIBRERIA MINERVA Si armas el brazo de la muerte. espera, y verás que ese brazo, cuando se arme, lo que a mí puede darme puede dártelo a ti de igual manera!
5a Avenida Sur Nº 29 Manzanillo, Cuba, Octubre de 1951. vosotros, vosotros Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica