REPERTORIO AMERICANO 203 Qué hora es. Lecturas para maestros: Nuevos hechos, nuevas ideas, sugestiones, ejemplos, incilaciones, perspectivas, noticias, revisiones.
ONNU Antipedagogía (De Revista de Pedagogia. Madrid, 1938. Como el pedagogo comenzó siendo un es nalidad, que será esto e lo otro según lo que clavo, la escuela no ha podido librarse por com él traiga dentro y lo que acierte a sacar de las pleto de esta condición sometida. Veamos a ciscunstancias en que luego se desenvuelva.
Sócrates en diálogo con Lysis: Así, de la afirmación de Kriek, vamos a Dime entonces una cosa. Es que te per mantener estas palabras indubitables: la escuemiten al menos gobernarte a ti mismo o te la nunca puede realizar más que una parte de niegan este derecho?
la educación. Así lo estiman los mejores edu ¿Cómo quieres, Sócrates, que me lo con cadores de todos los tiempos y lugares. El llocedan?
rado maestro Cossío escribió, para una de las Entonces. tienes alguien que te gobierne memorias de las Misiones Pedagógicas nomtambién?
bre que él y yo nos arrepentíamos de haberles. Pues claro. el pedagogo. Aquel que esdado estas jugosas palabras: Tal vez la tá allí sentado.
menor cantidad de nuestro saber, y no hay que. Un esclavo tal vez?
decir de nuestro mundo afectivo, con el que Sí, uno de nuestros esclavos.
al par de la ciencia, se enriquece el espíritu, nos. Cosa inaudita, que un hombre libre ten viene a todos de las aulas, fuera de las cuales, en ga que obedecer a un esclavo. forma espontánea y difusa, hemos ido ateso ¿Y en qué consiste el gobierno que ejer rando en cada momento, día tras día, sin saberce sobre ti?
lo, de un modo libre y ocasional, en libros. Me trae al gimnasio y me deja junto al periódicos, conversaciones, trato familar y amaestro.
mistoso, en el comercio humano con espíriEs curioso advertir cómo fué el antiguo tus superiores, en los espectáculos, en los viapedagogo, el esclavo, quien dió el nombre a jes, en la calle, en el campo. el enorme caula función de educar, siendo la suya, en aquel dal de cultura con que insensiblemnte engalatiempo de Grecia, una humilde actividad acom namos la vida. este ambiente antiprofesio pañante. Pero esto, que parece absurdo, pudie nal, irreflexivo, libre y difuso, donde apren ra tener un sentido, el mejor sentido que hoy demos, al parecer sin pagar nada, todo aquello solicita la escuela primaria, el sentido de que el que alguien con castizo gracejo llamaba aprenmaestro debe acomodar su papel al gesto de in dido de gorra. Verdadero arte de birlibirlodicar al alumno dónde o hacia dónde se encuen que, que diria Bergamín.
tran las cosas que éste ha de buscar, descubrir hacer suyas.
No se crea por esto que defiendo ingenuaEl amor lo allana todo mente un autodidactismo radical, cuyo barullo cabría advertir en muchos ejemplos individuaUn agravio, cuando no hemos pecado, es les. La cosa tiene otros alcances, pedagógicoscosa dura. cuando se nos debe gratitud, es o antipedagógicos, que abora no he de tocar, cosa amarguísima. Despierta súbitamente en pues voy sencillamente a darle algunas vueltas nuestra alma deseo de venganza. Tan irritados a esta afirmación de Kriek: Es injustificado estamos, que no acertamos a proferir palabra.
Nuestras manos tiemblan. Yansiamos con que la teoría pedagógica haya relacionado fiebre vindicativa que llegue el instante de las siempre y equiparado en lo posible los términos educación y escuela. La escuela nunca puerepresalias. cuando nos hemos vengado. qué de realizar más que una parte de la educación, pasa? Que tenemos para in eternum un eney esta parte no es nunca la fundamental. La migo irreconciliable. Hablo, naturalmente, del escuela ha de completar, elevar y perfeccionar enemigo noble y honrado, no del facineroso.
Hemos roto los puentes. Antes, a pesar del la educación aportada por la comunidad vital y sus sistemas parciales.
agravio, subsistía la posibilidad de una inteliSe advierte en seguida una contradicción agencia con nuestro enemigo. Ahora es totalparente entre el propósito de superación que se mente imposible. La satisfacción que las reatribuye a la escuela y la valoración parcial, presalias nos han proporcionado pasó ya. El infundamental, de la actuación educativa que tiempo lo ha borrado todo. Pero con nuestra conducta hemos hecho que el odio del enese le señala. es que si lo fundamental es dado al individuo por la herencia y por el ammigo sea inextinguible. qué vano, en el biente social, incluyendo el de la familia, cofondo, el placer del desquite! De la región elevada en que nos movemos, región de la morresponde al pedagogo en función delegada el empeño difícil de tomar en sus manos esa maral cristiana, hemos tenido que descender al miserable barro. por qué, amigo Salgado, teria primera y moldearla hacia la perfección.
no proceder con amor en vez de conducirnos Sólo que en esto radica el quid del asunto.
con ira? El amor es eterno y fecundo. El amor El pedagogo, entregándose a su papel según todo lo allana. estribados en nuestra podebe pretende hacer a su imagen y semejansición de hombres cordiales, podemos sufrir za según no debe. al niño que le confía la acaso contrariedades momentáneas; pero al casociedad; mientras ésta, celosa del presente y bo, poco a poco, por ley eterna, las cosas van ambiciosa del porvenir, mira desconfiada al viniendo adonde nosotros, con ductilidad, demaestro, aún cuando finge mimarle le reseábamos que vinieran.
cluye en la tarea concreta de enseñar, de comunicar la sola instrucción que pide el mo(De Azorín, en La Prensa, Bs. Aires, mento. Por fortuna el niño se ríe, sin saberlo, 14 de abril de 1940. Artículo: Dña.
de una y otra tutela de su vida, de su perso María de Molina. Aprender de gorra! Así pudieron adquirir su saber y realizar obra bella muchos de los ingenios españoles y de otras partes. El ejemplo de Lope de Vega podría mostrarlo en evidencia, si hemos de creer a Vossler y su afirmación de que a Lope le sucedió en grande, poco más o menos, lo que al trotamundos Guzmán, según el relato de Mateo Luján de Sayavedra: Ante un alto dignatario de Nápoles se jacta Guzmanillo del pasado, rico en hechos famosos y bien nutrido de heroísmos, de su patria: le habla del cantabro Pelayo. y de Felipe II. Cuando el prelado italiano, admirado, le pregunta en qué libros ha aprendido tanta cosa, responde el ingenioso granuja que claro que sabe leer y escribir y que, allá en su tierra, han pasado algunos libros por sus manos; pero que, prescindiendo de ellos, las magnificencias por él relatadas son conocidas en todo el país y repetidas de boca en boca, de modo que se necesita ser más diestro para ignorarlas que para saberlas Si no es fácil averiguar de dónde procede este o el otro conocimiento asimilado, hecho espíritu propio, menos aún cabe definir de qué hontanar oculto mana la disposición creadora, la inspiración. Aportemos el caso del poeta Rimbaud, el fenómeno Rimbaud. Como es sabido, Arturo Rimbaud escribe sus poemas desde los quince años y medio a los dieciocho, entre 1871 y 1873. Después huye de sí mismo, cae en lamentable vida vagabunda y busca en Oriente una vulgar actividad de comerciante que odia la literatura. Qué ha sucedido en los tres años luminosos para que Rimbaud pudiera ofrendar al mundo sus magnífico presente? Sólo sabemos que en ese tiempo el poeta dió un estirón de veinte centímetros.
El brusco crecimento. se dice como explicación la pubertad. Sí, sí, pero son incontables los muchachos que dan el estirón y pasan la crisis pubescente.
Lo que puede afirmarse es que los maestros no tienen participación en tales motivaciones, ni para bien ni para mal, y que sólo los temperamentos apocados, de corto vuelo, pueden recibir de la escuela un impulso duradero. Los otros, las personalidades acusadas, acabarán por afirmarse o hundirse en los valimientos propios y los que se procuren. Por esto no hay demérito en que la escuela se acoja a una función elemental, si es de calidad los buenos métodos docentes, de los que puede derivar una eficacia. Claro es que, aun por este lado, en el mundo hay más, pues hay o hubo la delicia del enseñar benedictino, cuya Teología era en la cátedra a modo de sesión continua de cinematógrafo. ella acudía cada año la tanda de nuevos colegiales, dispuestos a recibir sin preferencia las lecciones correspondiente al curso, que igual podía ser el primero que el tercero o el segundo, y así continuaban hasta conocer toda la desordenada materia en las etapas sucesivas. Sin duda la cosa aparece algo inquietante, como lo es también en el cine continuo; mas įy el placer de adivinar, de buscar el posible antecedente. el otro placer sutil, que también se admite, de no entender lo que se tiene ante los ojos y de recibir una invitación a la humildad? Porque uno de los daños que la enseñanza elemental puede comunicar es el de hacer pedantes. a quienes tengan madera para tales, y así la Teologia benedictina, que llamaban redonda, nos brinda su verdad. Por eso también por eso y por lo de la humildad los novicios del Islam (lo cuenta Asin Palacios en su obra sustancial El Islam cristianizador. quedaban obligados, cuando el maestro salía de viaje, a ir diariamente a su celda para saludarle, como si estuviera allí.
No lo hubiesen hecho, seguramente, los esy se atiene a Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica