Joaquín GutiérrezMarxMarxism

294 REPERTORIO AMERICANO to.
Monumento a la Geometria. Las quesadias no se venden; son para el gasTentadoras las quesadillas. Huelen bien, y por lo bien horneadas se hacen más codiciables.
El cura siente ganas de decie que es el párroco del pueblo, mas teme que los herejes lo asesinen.
Se relame el cura, soñando con una cazoleja y unas dos tazas del café que hierve en el batidor.
Aurelio no dice nada.
Hay silencio en la casa, y el Diablo guía al cura. Lo guía certeramente, después de bajarlo en peso del tabanco de varas nudosas.
Todo se ha consumado y van de viaje el cura y el indio Andemos, hijo, andemos. cuando el miodo amengua, porque es largo el recorrido, el cura le dice al indio. Tomá, Aurelio, comé. Que sadia, señor cura. Si, hijo. quién se la dió, Padre. Me la cobé. Pudo más el hambre que la virtud. No sé cómo llegué a la batea, pero el hecho es que agarré dos cazuelejas. Comamos, hijo. Bueno, padre. y no es pecado robar queSadia. Con hambre, no. Tomá otro pedazo. Entonces no peco si como. Comé; no seas bobo Bueno, señor cura: si usté que es grande y es cura no soportó el hambre sin robar, como podia aguantarla yo viendo a mis hijos llorar?
Yo robé para dos angelitos. y usté. Aurelio, tenés razón y te perdono para que Dios me perdone Dios se lo pague, señor cura. y me va a perdonar también la mentira de la piedra que alumbra. Cómo. Es mentira lo de la piedra?
Me has engañado vilmente. Sí, señor. Pero es que deseaba supiera como es el hambre, por ver si así me perdonaba el robo de la gallina. Te perdono, Aurelio, pero salgamos pronto al camino del pueblo, y si no querés que maldiga a tu mujer y a tus hijos, y tu rancho y tu milpa, te callás lo que hiciste conmigo. Se lo prometo, señor cura; se lo prometo. así fue.
Más los secretos rompen cadenas y La historia del cura y de la piedra que alumbra se metió en muchos hogares donde los indios la narran con sorna que cegocija a los oyentes.
FRANCISCO LUARCA que usted Sugerencias Del libro: Freud y Marx, por Osborn Colaboración. San José, Costa Rica, junic de 1939 gel con la inversión de la resabida idea, cae.
mos de plano en el Materialismo, tal como lo concibió Marx, y notamos que únicamente falta una labor investigadora profunda que encuen.
tre el nódulo dialéctico de todo proceder mental (concibiendo a la mente como imbuída por las causales de ello, el yo y el super yo) e hilfanarlos en una teoría completa.
Este trabajo ya está iniciado, Osborn, en su libro titulado Freud y Marx, ha logrado descubrir toda una serie de caminos hasta la hora ignorados, si no en su totalidad, sí en su mayor parte. Varios pensadores habían intentado estudios al respecto, pero la mutabilidad del Freudismo, por ser una ciencia en embrión, muy lejana de haberse sedimentado, no les permitió ver con la suficiente claridad interpretativa, el materialismo dialéctico, ha sufrido una dilatoria social, al no haberse abierto campo a brazo partido en todas las ciencias. Osborn plan.
tea primero una sinopsis del sicoanálisis, que convierte esta ciencia en un todo armónico y facilita enormemente su comprensión, diluída en numerosos libros y con multitud de rectificaciones de Freud.
Luego estudia los principios básicos del Mar.
xismo, en el cual no logra tanta precisión, especialmente al tratar el materialismo histórico; por la dificultad natural de resumir esta con cepción en unas cuantas páginas; y relaciona ambas ciencias al parecer antitéticas y en rea.
lidad estrechamente ligadas.
El libro viene dirigido a los marxistas, a los que señala el deber de abandonar la subva.
loración corriente, de las condiciones subjetivas en la madurez para la revolución o en cualquier otra etapa histórica, producida por un extremismo economicista. señala los fecundos resultados que se lograrían, tanto en su vida interna, como en sus autocríticas o en su labor de proselitismo.
Magnifico libro, deja horizontes amplios en cada uno de sus capítulos, ya sea para ir con el paso a paso de la investigación o al galope de la fantasía.
Yo he querido, únicamente, llamar la atención sobre él.
JOAQUÍN GUTIÉRREZ Para encontrar, de una manera fácil, la aplicación que las leyes dialécticas pueden tener so.
bre cualquier ciencia y en este caso dado, la si.
cología, sustituyamos los términos cualitativo y cuantitativo, por subjetivo y objetivo y éstos a su vez, por intelectual o sicológico; y fisico o biológico. En efecto, tomando la relación de ambos y el medio circundante, único modo de aqui.
latar en paralelismo, encontramos el entronque dialéctico en todo lo emocional y accional. Al mismo tiempo, transportaríamos así una ley, de un campo vasto a un campo menor contenido, parte de un todo que debe conservar las regulaciones del mismo, para lograr la armónica im.
prescindible al hablar de un todo armónico, no se crea que riñe con el concepto dialéctico, de la formación de una unidad, como un conglomerado de contradicciones, sino, que en el tiempo abstracto, existe el momento de la síntesis, pudiendo ésta sustituir con ventaja, el todo de la lógica formal. Actuando, pues, con las leyes dialécticas, en el campo de la sicología expe.
rimental o hipotética, así como en cualquier otra ciencia, se robustecen ambas: ciencia y filosofía, al probarse una norma interpretativa la una y la otra corroborar sus asertos.
Desarrollando el ambiente su influencia so.
bre el ello, dialéctico e inconsciente, lleva al resultado inmediato, de un cambio en las influencias que éste pudiera tener sobre el yo, en su parte consciente y al actuar este a su vez, manifiesta diferencias apreciables con las homólogas anteriores. Aclarando: un cambio cualitativo en el campo emocional determina un cambio cuantitativo en el accional y viceversa.
o de otro modo: el cambio cuantitativo continuo, produce un cambio cualitativo disconti.
nuo. Acerca de la continuidad uniforme de acción de lo cuantitativo y la discontinuidad de lo cualitativo, encontramos la prueba en otra ciencia, con el estudio de la teoría de los quanta en física.
En la sicologia, mejor dicho, en el sicoaná.
lisis, viven patentes las leyes dialécticas y hallan una repulsa subitánea todas las proposiciones de la lógica formalista. Por ejm. si tomamos A no le encontramos ninguna aceptación en el procedimiento funcional de la siquis, ya que ésta se revela en su orden de pensamiento como una sucesión interminable de antinomias, negando el ser establecido su propia contradicción innata (A y a NO A) y legándolo al pasado; y negándose a su vez para afirmarse en una etapa superior; todo lo cual lo po.
demos observar con amplia facilidad en la interpretación de los sueños.
Encuentra asimismo una repulsa, el espiritualismo dialéctico de Hegel, ya que su proposición: lo racional es real, no tiene minima base en la sicología, donde se descubre no sólo la materialidad del pensamiento, sino la del sentimiento inclusive Destruída la proposición de identidad de la lógica formalista que hace derrumbarse por su orden la de la negación y la del medio, bases las tres de toda lógica aristotélica, y desechado el último reducto teleológico, arañado por He.
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