Popular Fronts

REPERTORIO AMERICANO 251 verle en grupo de amigos, no acaparando una atención unánime a que tendría derecho, sino escuchando, celebrando sin reservas, apuntando una objeción oportuna, una imagen, sin darles esa importancia sibilina con que tantos de nuestros políticos suelen dorar sus perogrulladas!
Su vida en Santiago escuela de Calle Larga. El alumnado hallábase hasta la ley de herencia haya influido, ya que organizado como un pequeño batallón, por com su señor padre, don Manuel Salas, a quien vió pañias y escuadras, con sus oficiales, sus cla muchas veces traspasar los umbrales de las es.
ses y su tropa de soldados rasos. Los tambores cuelas de Pocuro y Calle Larga, en cumpli.
y las cornetas resonaban conforme a la orde miento de sus funciones de visitador, fue un nanza. Había un arsenal de fusiles de palo muy hombre excepcionalmente dotado para su mibien tallados y pintados: se dada regularmente sión docente. recuerda, propósito, que en cierta instrucción de cuartel marchas, contri más de una ocasión lo vio sentarse en la banca marchas, conversiones; terciar y presentar ar escolar junto al alumno atareado para llevarmas, etc. y en los dias de fiestas históricas, le la mano con la suya un poco temblona, en era costumbre sacar a jucirse el batallón esco el trazado heroico de los palotes. Nosotrosvar con su soberbio uniforme convencional dice don Pedro sin dejar de sonreir le agragorta y guerrera azul y pantalón blanco para decíamos al señor Salas su colaboración; pero hacerlo desfilar a los redobles del tambor y has en el fondo, seguiamos convencidos de que ta realizar en los potreros vecinos simulacros nuestros palotes estaban mejor hechos.
de combate que atraían a un mundo de curiosos. Es posible que, por entonces, el futuro No tiene ni luvo enemigos abogado y profesor, tantas veces diputado, senador y ministro, haya sentido el vago devaneo Antiguos condiscipulos de don Pedro de llegar a eclipsar a Napoleón o a Bolivar. Aguirre muchos de ellos sus coterráneos nos han informado que el personaje que suNi guerrero, ni abogedo: protesor me hoy por consenso unánime la más alta representación del Frente Popular, fué siempre No le sedujo nunca, sin embargo, la idea de un alumno sobresaliente, a quien, sin embargo, hacerse hombre de guerra. Su inclinación a la los rezagados no envidiaban, porque él tenia enseñanza se despertó temprano y definitivn la buena suerte o el talento de hacerse permente en el alma de aquel vástago de agricuidonar su manifiesta superioridad. No se le cotores, nacido en esa dulce tierra de Aconcagua noció jamás un rasgo de egoísmo o petulancia. tierra de vides y trigales que ha dado al Su generosidad, su compañerismo, su llaneza, pais hombres de letras, como Daniel Caldera, fueron proverbiales. Sonriendo estudiaba y José Antonio Soffia y Ernesto Montenegro, y aprendía y, con la misma sonrisa, ilustraba a políticos de la talla de don Manuel Montt, Eulo cuantos recurrian a él. Esa afabilidad suya, gio Altamirano y Judo Bañados Espinoza. Con que no previene, porque no es afectada, sina fidencialmente nos ha dicho que ni siquiera la que, por el contrario, atrae y anima; esa corprofesión de abogado respondió en él a una vo dialidad, que está tan lejos del servilismo del cación poderosa, puesto que si estudió leyes arribista como de la anagaza del diplomático, hasta obtener su titulo fué principalmente por la han estimado algunos como el gran secreto complacer a su señora madre. Parece que dona del éxito alcanzado en su actuación pública Clarisa Cerda, temerosa de esos litigios que por don Pedro Aguirre Cerda. Observación sosuelen arruinar a las familias y dejarlas en el mera, juicio superficial. El arma responde desamparo, queria tener entre sus hijos por 10 siempre a un brazo, y el brazo a un corazón.
menos uno, que, legalmente autorizado, pudiera Explicar así la trayectoria de una vida como la defenderla en cualquier emergencia peligrosa. suya, es juzgar del mérito de un libro por la La fama y el renombre de su tio José Joa encuadernación o la tipografia. En esta tierra quin que, como es de todos sabido, fue toda en que la gravedad llega a adquirir el valor de una lumbrera de la profesión médica en el país una ganzúa y en que la curva del saludo se hicieronle por algún tiempo soñar en consa mide por la renta que se ha entrado a ganar, grarse a la gran ciencia que flustraron los Hi la sonrisa animica de un hombre estudioso copócrates y los Galenos y que han satirizado los mo aon Pedro Aguirre es un signo de salvaMoliére y los Lesage. Pero no pasó aquello de ción Qué hermoso es, y qué reconfortante ser un entusiasmo momentáneo, sobre el que ile fue fácil imponerse a su verdadera vocación.
Pruébanlo la predilección de sus lecturas y sus CANSANCIO MENTAL conversaciones habituales Prefería, entre todas las biografias de grandes hombres, las de NEURASTENIA maestros como Bello, Sarmiento, Barros Arana SURMENAGE o los hermanos Amunátegui. Por eso (a pesar del guante y la palmeta) recuerda aún con terFATIGA GENERAL nura a los preceptores de su infancia. Por eso, entre sus antiguos condiscipulos, distingue a los que, como él, se dedicaron a profesorado, son las dolencias y no olviden siis maestros en el Liceo de San que se curan Felipe, que acabaron de formar al pequeño es.
rápidamente con colar de Pocuro y Calle Larga: don Roberto Humeres, el Rector, y entre los profesores a don Maximiliano Salas Marchán, a don José Vicente Achegaray, don Leonidas Suau, nl Dr.
Soza Bruna, a don Juan José del Canto, a don Rafael Cavada, a don Abelardo Viancos, etc.
el medicamento del cuya fisonomía y nombres mantiene indelebyes en esa memoria del corazón que puede ser, y es cual dice el sin duda alguna, un distintivo de nobleza de distinguido Doctor espiritu Peña Murrieta, De don Maximiliano Salas dice que es sin discusión una de las más puras personalidades de presta grandes servicios a maestros que haya producido el país, y una Gemostración evidente de la importancia que tratamientos dirigidos severa debe darse a la vocación en la prosecución de y científicamente.
una carrera. Estima que en su antiguo profesor y ahora su amigo muy apreciado, acaso Asi fué cómo la otra tarde, por ejemplo, haciendo remembranzas de juventud, nos atrevimos a preguntarle ciertos detalles de su vida de Niceano en Sin Felipe y no tuvo reparo en complacernos. asi fué como supimos que don Pedro había vivido alli en el internado que atendia uno de los profesores del mismo Liceo.
Hermosa vida debió se haber sido aquélla. Ei pequeño escolar de Pocuro y Calle Larga era ahora un liceano: había alargado ya los pantalones; fumaba (a escondidas de sus profesores e inspectores) y es lo más probable que haya iniciado por entonces su primer pololeo. Algún recuerdo del bachillerato, que es siempre un trance memorable. El consabido susto, don Pedro? le insinúa uno de los presentes. No le responde él, con cierta seguridad de buen augurio Salimos de San Felipe ani.
mados de una profunda confianza, y no salimos defraudados. Gran parte de esa confianza la deblamos a nuestro profesor, el excelente don Balbino Arrieta. El mismo fué quien reuniendo en torno suyo al grupo de postulantes a bachiMieres que habiamos sido internos, nos dijo en tono amable, casi paternas: Estoy seguro del buen éxito de ustedes. Todos saldrán bien. No han perdido el tiempo, han estudiado, y saben Vayan tranquilos, que yo les respondo de que para cada uno de ustedes el examen será un triunfo. De los externos si que dudo bastante. No puedo negar que estas palabras me infundieron mucho ánimo, y creo que otro tanto debió haberles ocurrido a mis demás companieros. Solo que algún tiempo después, siendo ya bachilleres y orondos con nuestro titulo de bachilleres, llego a nuestros oídos un rumon que nos extrañó mucho, pues, según él, aparecia que el señor Arrieta habia reunido a los externos, para manifestarles lo mismo que a nosotros, pero con las expresiones optimistas para ellos.
Dicen de Sarmiento que no estaba tranquilo si no estaba enseñando algo que creia útil a quien le interesase. a él le interesaba todo el género humano, empezando por los más ignorantes. Tiene que haber sido asi, porque, autodidacta for excelencia, Sarmiento pasó toda su vida en la escuela o en la prensa, en la literatura o en la política, en su patria o fuera de ella, predicando para trasmitir a los demás lo que aprendia. Sin el espíritu combativo y hasta camorrista del gran sanjuanino, puede decirse otro tanto de don Pedro Aguirre Cerda.
En el cuarto año de Humanidades era inspector y pasante de sus propios condiscípulos, algunos de ellos de bastante más edad que el mismo, y ya en Santiago, hecho un universitario, lejos de perder la línea, entró a castearse sus estudios con sus honorarios como profesor en establecimientos de enseñanza particular. Lo cual no le impedia seguir a un tiempo dos cacarreras y hacer clases gratuitamente a obreros en las escuelas nocturnas.
Tómese en cuenta que era allá por vas pos.
trimerias del pasado siglo, cuando este Martin Rivas aconcagüino hacia, con el señor Cannob.
bio y otros coterráneos, su primera entrada en la enpital, y que andaba bordeando en los vein.
te años. Dándonosia de Diablo Cojuelo, hemos Kinocola que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica