DemocracyJoaquín García Monge

Repertorio Americano EDITOR: GARCIA MONGE CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica: Suscrición mensual 2. 00 EXTERIOR: EL SEMESTRE: 50 EL ANO: 00 o. am.
SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El sielo es la única propiedad plena del hombre y lesoro común que a todos iguala, por lo que para la dicho de la persona y la calma pública, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Marti.
Giro bancario sobre Nueva York Tablero (Setiembre de 1939)
Lucerna, 14 de abril de 1939.
Señor don Joaquín García Monge, Director del Repertorio Americano San José de Costa Rica Distinguido señor Director: Vuelvo a tomarme la libertad de dirigirme a Vd. para enviarle un sonetillo inspirado por una de esas traiciones que poco añaden a las muchas de que el derecho y la libertad han sido objeto en los últimos tiempos, pero que son particularmente dolorosas a nuestro cora zón de idealistas por venir de quienes antes habían servido con honor a la causa del espí ritu.
Vd. conoce sin duda el caso a que se refie.
te el soneto: el pintor José María Sert, cono cido hasta hace poco como ardiente partidario de la República española, ejecutó por cuenta de ésta las pinturas que adornan la Sala del Consejo de la Sociedad de las Naciones, himno elocuente a la paz y a la justicia y digna ofrenda de la España democrática a la institución cuyos ideales se confundían con los suyos propios. Entre los símbolos creados por el ar tista descollaba el que reproduce la tarjeta adjunta, o sea, el de la madre que se yergue por sobre el campo de batalla e impone silencio a los cañones elevando en los brazos a su niño.
La obra del pintor fue remunerada por el go bierno español con la coqueta suma de 600 mil francos suizos. No bien recibida esta sunia y como los acontecimientos de la guerra anunciaran ya el desastre final de la Repúbli.
ca, el demócrata humanitario de la víspera se apresuró a jurar fidelidad a la causa de la barbarie fascista, que a la sazón sembraba la muerte y el luto entre tántas madres y niños españoles! esta deserción, moral aún más que política, debe el señor Sert el encontrarse hoy nuevamente en Ginebra, en calidad de embajador de la cultura franquista, encargado, Salle du Conseil.
murale gauche. Pourquoi pas. Sert pinxit. Pourquoi ne pas essayer de supprimer la guerre par la solidarité des hommes?
En bas relief, La Justice, le vanneur séparant le bon grain de ivraie.
Un hecho sugestivo en asocio de otro tránsfuga del campo intelectual el crítico Eugenio Ors de tomar posesión, en nombre de la Junta de Burgos, de los tesoros de arte milagrosamente salvados por la República de la furia destructora del franquismo y de sus aliados extranjeros.
Así ha venido a cerrar un artista renombrado su efímera trayectoria moral e ideológica regresando de un golpe a la línea de santos principios por la cual lo encarrilaron sus primeros maestros, los jesuitas, línea que tiene a demás la ventaja de coincidir, por el momen to, con la de sus gustos de sibarita y gasta. José María Sert, decorador del Templo de la Paz (1936. representante de los generales de Burgos (1939. Pintor de oficio, apóstol de ocasión, De un trazo te has pintado, amigo Ser(t. la madre y al niño honraste ayer; Cobrado el cheque, ensalzas el cañón.
Bajo tu humanidad de quita y pon Está el bárbaro unido al mercader.
Bien lo vemos! De tu intimo valer Es tu franquismo franca confesión. España libre tu pincel venal Robó un instante aliento superior.
Vuelve ahora, falsario de ideal, Vuelve a ocupar, con tu colega Or(s. La oscura y corta escala espiritual Que se extiende de Mola a Teixidor. dor.
Era presidente de la República, el doctor Marcelo de Alvear, noble figura consular, cuando llegó a Buenos Aires el coronel Fran cisco Mació, perseguido tenazmente por la monarquía española.
Era Maciá un espíritu generoso e idealista, un verdadero cruzado de la libertad y la justicia. Los malos consejeros que rodean, frecuentemente, a los gobernantes, aun a los mejores, consiguieron que el presidente Alvear expulsara al hidalgo español. Reaccioné ante la injusticia e hice venir subrepticiamente a Buenos Aires al coronel Maciá, alojándolo en mi casa, presentándolo a la justicia y defen diéndolo en todas las instancias.
La Corte Suprema lo amparó y así pudo vivir libre en la hospitalaria Argentina.
Un día, el soñador, el idealista, triunfó en su patria y fue el más ilustre y el más puro de los personajes de la revolución victoriosa.
Me llamó, entonces, desde Barcelona para declararme huésped de honor de su gobierno. Señor, le contesté desde Buenos Aires. Concluye en la página anterior)
Perdone Vd. distinguido señor Director, si la atracción que ejerce su be! la obra perio dística sobre los devotos de la democracia y de la paz me mueven a remitirle esta otra prosa y los versos adjuntos. Sea que Vd. con sidere o no oportuno acogerlos en sus colum nas, me será grato en todo caso haber apro.
vechado esta nueva ocasión de expresarle la admiración y simpatía con que soy de Vd.
atento y seguro servidor, que volDel Cuerpo consular de la República, a vió la espalda también.
JUAN MIGUEL Rojo, Prebo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica