REPERTORIO AMERICANO 217 Poesías Colaboración. Columbus, Ohio. Febrero de 1939 INVIERNO Amor que supo la ternura, la resignación y el éxtasis.
Amor que temblo y lloró y bajó las rodillas en plegaria.
Amor divino y sin embargo sencillamente humano, Amor tejido con hebras vivas de la vida y ungido de celestiales esperanzas.
Este es amor. Amor de los Cantares más poderoso y fuerte que la muerte.
SED SAGRADA La tierra es pura en el invierno y tiene la belleza casta de una virgen.
Los árboles, mártires desnudos, quiebran la tarde azulosa con sus rígidas siluetas de silencio.
Pero su martirio de ramas heridas tiene un velo piadoso: alada, temblando de leve la nieve prende su candor en las marañas negras.
También mi corazón conoce ael invierno y tiene su árbol con las ramas desnudas tendidas a los cielos.
Puro como la tierra, recibe en quietud este baño de menudas estrellas.
Tú y yo corríamos por una pradera de rumorosa grama.
Tuvimos sed y fuimos en busca de agua clara.
Simplemente agua.
De una roca, bajo una piedra limpia, surgió una fuente minima de fresca transparencia.
En el cuenco de tu mano bebi.
Las estrellas de tus ojos sobre mi cabeza titilaban. olvidé el tiempo el munuo y los cielos mientras de tu mano bebia el agua clara.
Y, oh milagro. rosa, lila, el agua se tornaba. mi sed se quedó con los labios abiertos por que tu vino encendió otra sed en mi alma.
PRIMAVERA Emma Gamboa (1938)
Se abren las yemas en temblorosas alas vegetales y el corazón renace a vida nueva.
AMOR DE LOS CANTARES La tierra esmeralda y el alma estremecida en esperanza.
LA ABUELA Colinas amanecidas en verde salpicadas de florecillas.
Amor que nació virginal como flor, creció como llama y se dijo en canción.
Amor más vasto que el océano y más hondo.
Que venció olas y millas, que creyó y espero purificado en brasas de silencio.
Amor que conoció lechos de arena, chozas sin más riqueza que albas y crepúsculos.
Amor niño y pleno a la vez como trigos bailarines y maduros.
Amor que hilo con estrellas los ensueños y se ciñó a las sienes el casco de la luna, También amor en las angustias clavado a la cruz de la realidad terrestre.
Abuela lee en un libro grueso de meditaciones.
El reloj, palpitación del tiempo, y los anteojos oxidados, participan ae su místico contentamiento, Los pájaros enamorados hacen trizas de música el aire El pensamiento también vuela y canta, renacido. Mientras lava los trastos canta. Su voz velada es del raso de los oropeles que adornan los altares.
Canta loas a la Virgen y alabados al Santo Sacramento.
SOLEDAD El alma penetró en la soledaa y de los misterios de la sombra, suavemente, emergieron azucenas de paz y claridad.
Al principio eran pasos de ciego, zozobras; pero luego, y esto fué largo, el alma halló su rumbo y el silencio se hizo compañero de gozo.
El cañaveral agita panderetas.
Están de rodillas los hitavos, INSTANTE Jesús Prada Ella tenía tesoros, más tesoros que la pedrería derramada entre las hojas recién nacidas de los olmos.
Una mañana, era cielo azul y mar con traje de mil luces, abrió su alma a otra alma que era como un huerto de frutos dulces, y el amor atravesó como una flecha los corazones vivos.
Elías Leiva Quirós Una mañana nos dijeron. Que abuelita se muere! a pie, por los caminos de invierno, fuimos a la hora sagrada de su muerte.
Cuando llegamos, la casa olia ya a cipreses, La abuela estaba quieta, con las manos cruzadas.
El viejito, sentado en el taburete de cuero, repasando en silencio las cuentas del rosario. Esta es la columna miliaria del Rep. Amer, En ella escribiremos los nombres de los suscritores que por años de años, hasta el final de sus dios, le dieron su apoyo. Ricos de espiritu fueron!
Cada alma tiene el cielo que en la vida soñara. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica