REPERTORIO AMERICANO 123 Página lirica de ALFREDO CARDONA PENA Envio del autor. San José de Costa Rica, enero de 1939 VI Mujer hecha a mi vida: te presiento venir con tus coronas inmortales.
Ya has nacido. No me conoces. Sales como todo, del hondo firmamento.
El místico oficiante (Motivos)
En la vigilia de mi espera, siento tus profundas caricias eternales, y lleno de fragancias cuaresmales tu olor me llega en el nocturno viento.
Yo sé, mujer, yo sé que me presientes, yo sé que ha tiempo, sin saberlo, sientes mi voz que te señala y que te nombra.
Yo sé que sufres, que mi abrazo clamas y que por convencerte de que me amas tú misma has dado besos a la sombra.
Aún en la santa paz de mi santuario túrbame el sol de los paganos ritos: la magnolia más blanca del sagrario al calor se encendió de aquellos mitos.
Mi deseo prendió como incensario presa de los reclamos inauditos.
y cayeron las hojas del breviario donde canto los salmos infinitos.
Henchidas de primicias voluptuosas veo surgir a las dormidas rosas. en tanto caigo en mi pasión, exhausto, el sacrificio de mi altar comienzo; pero no sube el ala del incienso, sino que corre sangre en mi holocausto.
VII Loco de plenitud bordó mi mano la realidad más angustiosa y grave, y fui tejiendo, sin saber, la clave que da la solución de lo extrahumano.
Siempre razonador y siempre vano el hombre inquiere mucho, pues no sabe que en el fondo del ser está la llave conque se abren las puertas del arcano.
Al pitagorizar con este oído y unir mi voz con el total latido una cuerda nació de mi salterio, y en la noche magnifica y fraterna bajo el beso de luz de mi linterna pensando en Dios me acarició el misterio.
Alfredo Cardona Peña II Yacías, con tus bucles, en el lino la tarde se llevaba tu fragancia, cuando a mi pobre corazón le vino el deseo de hollar tu dulce estancia.
Todo duró lo que un placer se escancia, todo pasó como el volar de un trino.
y un dolor perpetuaba tu destino, y era una eternidad nuestra distancia!
Bisnieto de don Salvador Jiménez, nieto del novelista costarricense don Jenaro Cardona y sobrino del poeta Rafael Cardona, es Ya se ve, pues, por dónde le vienen los dones literarios.
Sorprende, en escritor tan joven (21 años. la destreza con que rima algo que ya no aprenden los poetas nuevos y lo que se adentra en tus meditaciones poéticas.
Salud, capacidades, vía libre, y años a la vista para de modo que irá lejos, si prosigue en sus lecturas fundamentales, si las vanidades literarias (comezón de publicar y de gloriola. no lo malogran.
En mi triste niñez nada sabia y juzgué que rezabas todavía cuando besé tus dos ojos inertes. Como una aurora interpreté tu ocaso.
y hoy con mi trágica ignorancia paso esperando la hora en que despiertes.
VIII III Como en un tiempo místico de hervores abandoné los oros de mi tienda; entre los mios reparti la hacienda y junté mi dolor a tus dolores Un niño fui de languidas ojeras que recogía el alma del paisaje: más de una vez lloré junto a las veras la herida taumaturga del celaje.
En el recuerdo de esas primaveras hay algo de recóndito y salvaje: la novia era la luz, y en el boscaje deposité mis lágrimas primeras.
Para el sencillo canon de mi vida un sacristán era el mejor compadre y algo de honor era una zambullida.
tenia con mi abuelo las veladas, y él mezclaba el recuerdo de mi madre con otros, de princesas encantadas.
Un cayado tomé de los pastores, una rama de olivos fué la ofrenda y sin hablar me aventuré en la hacienda milagrosa, de todos los cantores ¡Señor, Señor! Perdona la palabra sacrilega, y el dardo, y el insulto proferido a tu norma y a tu culto: pues todo mal y todo instinto labra con su mueca sarcástica y macabrala instilación de su veneno oculto.
y bailan una danza en el tumulto Astaroth y Luzbel patas de cabra. Cuánto ruido, Señor! Oigo el derroche conque el pecado eternamente clama perdido en el gran coro de la noche.
Quiero guardar en tu región tranquila esta luz de mi fé, pálida llama que al viento amengua y al temor vacila.
IX ¡Un sacerdote soy! Hago el oficio ante el altar, inflijome silicio, con emoción predico tu Universo.
y cuando a mis palabras te consagro en tu Bondad realizas el milagro de verte palpitar entre mi verso.
JUMU IV voy sin poseer ningún adorno de ti, y nadie me habla, y todo calla, y solo escucho la emoción que estalla y el fracaso letal de mi bochorno.
Antonio Alvarez Hurtado en mis noches terrible giro en torno de esa tu imagen inconsútil malla y mientras el misterio nos subraya se hace más imposible tu retorno.
Enrique Pinto Sin bien ganado y sin riquezas sumas seré feliz con todas mis fragancias, pues tengo un mar para abrevar mis ansias y un cielo azul para guardar mis brumas, Los vinos de las Grecias y las Francias son licores de cálidas espumas, donde se agitan mente, nervio y plumas en líricas y amables elegancias.
Yo quisiera grabar todos mis versos en joyeles ducales, o en los tersos peineteros de clásicas manolas.
Soy esclavo de dos ojos verdugos, y agitase mi sangre con los jugos importados de viñas españolas. Próvida Reina fué la Fantasia, me dió su amor con sin igual derroche. Into en las soledades de la noche como en la inmensa claridad del dia.
La sombra! Observa la mariposa de mi ansiedad, valiente entre la airosa penumbra revolar sin que se alarme.
Eso soy. No me miras bajo el cielo?
Quiero en el ansia de mi loco vuelo caer entre tu amor y alli quemarme.
Esta es la columna miliaria del Rep. Amer. En ella escribiremos los nombres de los suscritores que por años de años, hasta el final de sus dias, le dieron su apoyo. Servidores del Espiritu fueron. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica