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REPERTORIO AMERICANO 131 Los prisioneros de Atlanta Por FELIPE COSSIO DEL POMAR Envio de la Delegación del Nacionalismo Puertorriqueño dos millas de Atlanta, capital del Estado de Georgia, se levanta, disfrazada de Palacio renacentista, una de las más lúgubres prisiones de Estados Unidos del Norte: la Penitenciaría de Atlanta Adornan los prados ingleses que rodean el edificio una serie de torrecillas miradores por donde asoman, en decorativo camuflage, las bocas de las ametralladoras vigilantes, y por las avent. das solitarias pasean quedamente sobre la nieve los guardianes conduciendo grandes perros adiestrados en la caza y en el odio al prisionero. Como un eco, llega a la soledad del paisaje el trajín urbano de la ciudad en vísperas de PasMostcándome una tarjeta agrega. Mr. Albizu Campos ha escrito seis nombres: Senador Marcantonio, abogado Concepción, y y no está el suyo. Lo lamento. estas personas han estado a verlo?
Ninguna. Quiere decir que en más de un año de prisión no han tenido una sola voz amiga que les hable, y por cuestión de fórmula me priva Ud. de hacerlo. No es cuestión de fórmula sino de reglamento. Yo no hago más que cumplirlo. Además, agrega como a pesar de sí mismo, hay cecomendación especial, para vigilar a estos presos. Los visitantes bien pueden traer y llevar órdenes revolucionarias. En ese caso podría hablar en inglés y delante de un guardián, sólo quiero comunicare al Dr. Albizu Campos que estamos trabajando cua.
por su libertad.
Dejando las costas tórridas del Caribe, he penetrado en estas heladas regiones para visitar a dos prisioneros ilustres. Dos hombres arrancados de una isla adornada de palmeras y de sol: Puerto Rico. Separados de sus hogares, sus mujeres y sus hijos, conducidos con cadenas y esposas, condenados a diez años de trabajos forzados por complotar contra el gobierno de los Estados Unidos. por más acostumbrados que nos tengan estos tiempos de masacres, torturas y persecuciones, la tragedia de Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer, tocándonos directamente, se nos hace palpable, aplastante como esta atmósfera gris que envuelve las piedras de la prisión, como estas pesadas rejas que al abrirse producen el mismo ruido que los gatillos del mauser al armarse.
Desde la sala de espera, de mármol inmacula do, distingo las galerías al través de los barrotes. diez pasos de nosotros desfilan los presos. De dos en dos. Limpios los cabellos, bien peinados, metidos en burdas chaquetas de paño obscuro, tienen el andar agobiado de los esclavos Entre las borrosas fisonomías de los contraban distas, estafadores, monederos falsos, trato de distinguir la cabeza morena y soñadora de Albizu Campos. Terminado el trabajo pasan por cientos, en líneas interminables. Caminan hacia el refectorio. Indiferentes, apenas una que otra mirada se prende en el grupo de visitantes. Se ve que la disciplina rutinaria ha dejado a esos hombres sin alma. Los jóvenes son los más encorvados. La tentativa por distinguir a los míos es vana. Sin embargo, entre la larga fila de ariminales deben encontrarse Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer. Dos héroes condenados por la loca osadia de rebelarse contra los opresores de su patria, por encabezar el movimiento de independencia sin apoyarse en otra fuerza que la moral para enfrentarse al poderío de los representantes del capitalismo yanqui. Por luchar para que el pan del pueblo borinqueño no esté a merced de las combinaciones bancarias de Wall Street y quiere salvar a los suyos del cprobio y de la miseria. Por ser los representantes de la nueva generación reivindicadora, los jefes reconocidos por el pueblo que sufre.
Albizu Campos, Corretjer y los otros líderes encercados en diversas prisiones han respondido con un heroísmo digno de la confianza que en ellos depositaron sus compatriotas. Guiados por el nuevo espíritu, siguiendo la evolución autéctona de Indo América, predican y combaten por un nacionalismo verdad. También sobre esto permítame desengañarlo, me dice el Director, que parece estar informado. Sus amigos de Washington y sus abogados me han dicho que han agotado todos los recursos y no queda ninguna esperanza.
Juan Antonio Correljer Viendo que es inútil la carta del Procurador y todas mis razones, pues como argumento final Cross examination cerrado. Si soy puertorriqueño, me dice que este mes, espera la visita del Senador Marcantonio. amenazante y periódica prolos fines que me traen, qué razones personales mesa) y la mía vendría a cancelar la dest: tengo para hacer esta visita. Solo motivos sentimentales y humanos. Traer compatriota. Así pido permiso para escribirles.
a estos amigos la seguridad de que sus amigos no Tampoco es posible. El reglamento es conlos olvidan. De que trabajamos para obtener su tudente y rige para la correspondencia lo mismo pronta liberación. Luego, llevar a sus familiares que para las visitas. Tiene su nombre en lista?
Siento que es inútil insistir. Traigo unos liuna palabra de consuelo, el testimonio personal bros: El Antimperialimo y el Apra y Exde quien los ha visto y ha hablado con ellos.
Noticias sobre su aspecto físico. Pequeñas cosas Combatientes Desocupados de Victor Raúl Haya de la Torre; otros de Manuel Seoane, que pueden no tener importancia para un carceLuis Alberto Sánchez, Pedro Muñiz, Carlos lero o un juez pero que son trascendentales para una madre, una esposa o un hijo.
Manuel Cox y ese poema doloroso de Juan Seoane, Hombres y Rejas.
Los ojillos grises del Dicector me examinan a fondo No pueden recibir libros sino en el caso de ser enviados directamente por la Casa Edi Efectivamente, me dice, aquí no podemos ser sentimentales. Necesitaríamos un salón con toca, y después de ser revisados por el Censor de la prisión. No me atrevo a presentar al cencapacidad para recibir a los familiares y amigos sor mis libros. Mávims después de haber subrade tres mil quiniendos prisioneros. El reglamento yado con lápiz estas líneas en Ex Combatientes es preciso a este respecto. Cada preso sólo puede recibir una visita mensual. esto, de personas y Desocupados. el imperialismo será vencido, será vencido con el resurgimiento de la inteligenque hayan indicado antes de ser internados.
cia en la clase trabajadora; el imperialismo con sus gases asfixiantes y sus ejércitos, no podrá vencer el boycot, que es el arma que está en las manos de los trabajadores para ser usadas. Grandes imperios que dominaron al mundo antes de hoy han rodado hasta hundirse en sangre y polvo porque estuvieron basados en el robo, en la expoliación y el abuso.
Antes de despedirme hago una última pregunta. El reglamento es tan estricto para Miguel todos los presos?
Obregón El Director tiene el pudor de guardar silencio.
Ha sido inútil mi viaje. Los prisioneros no se Justo enteraron del buen propósito de mi visita, ni del saludo que los amigos y correligionarios que Facio llenos de esperanzas siguen la lucha. La nota del Comité Aprista de México y de ese batallador optimista, José Coybucu, han quedado en mi bolsillo. Las guardo para que Albizu Canipos, Corretjer y demás compañeros puedan leerlas algún día, que presiento próximo. Ahora Esta es la columna miliaria del Rep. Amer, En ella los dejo tras los muros y las rejas de la Priescribiremos los nombres de los suscritores que por sión de Atlanta.
años de años, hasta el final de sus días, le dieron Atlonto, Georgio, apoyo. Servidores del Espiritu fueron Diciembre de 1937.
UNUTU El Director de la prisión, tras de un lujoso escritorio, hace como que examina mi pasaporte y la carta de presentación del Procurador General de la República, mientras me somete a un Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica