REPERTORIO AMERICANO 175 y se sonreía por la adquisición de una migaja en el banquete universal. Hoy la lucha es del todo por el todo, y esto elimina la posibilidad de sonreír.
RAFAEL CARDONA Moro, decapitado más tarde. no pudo tener inmediatamente el éxito de librería, como decimos hoy, porque las gentes a quienes más interesaba leerlo no sabían leer. el libro de Erasmo cayó en los círculos eruditos, en los sótanos políticos, para producir algunas explosiones de ira concentrada, pero risa continental también. No se trataba sólo de un libro con espíritu clásico; había en él un desenvolvimiento sistemático de propósitos, de demostraciones, como para indicar al ceño de Europa que al lado de tanta gravedad filosófica existía en el mundo una luz humanísima: la risa, y al lado de ésta, la Locura, inspiradora de todos los actos del hombre. Pero la época de Erasmo logró conocer íntegro el libro, por medio de repercusiones de capa en capa de la sociedad europea. Su efecto pareció diluirse en la lentitud del tiempo: pero a la distancia en que nos encontramos, nosotros podemos medir su obra de flexibilización en los orinecidos goznes de la estulticia política de los finales de la Edad Media. Ya en pleno Renacimiento la obra de Erasmo es popular.
Erasmo no pudo, desde su tiempo, ventear en el horizonte una forma de locura que no fuera la suya propia. En él, la locura toma las maneras encantadas de una Providencia de fértiles pechos; como que todo él viene de Grecia, en un dulce correr de ría inocente, donde la vida desenfadada echa barquillas de papel. Nosotros conocemos hoy, un nuevo género de la Locura: la gran Locura trágica del Apetito Universal convertido en festín de Atreo. Ya no sonríe la Locura: ahora se bate, a mansalva y sin previo aviso, tomando por tarima de combate la existencia misma de los pueblos.
En tiempos de Erasmo no existía la locura técnica. Esta paradoja horrible es de nuestro tiempo. puede verse una cosa más trágica que la razón científica al servicio de una locura furiosa? Se trata de un nuevo género de locura, totalmente desconocido de la antigüedad.
De una locura que fríamente penetra en los laboratorios y se arma en silencio para pulverizar ciudades enteras. esto pretende hacerse en nombre de la Razón, convertida en lacayo de los Señores, cuyo dominio se esfuma en las manos liberadas del Pueblo.
Si se consulta, como signo externo, la sonrisa de los actuales Coductores de pueblos totalitarios. se advertirá que en vez de la plácida distensión de las comisuras de los labios, hay la contracción de la mueca, el mordisco disimulado bajo las actitudes pomposas y el trabajo de los maxilares que cascan una avellana demasiado dura. es que en tiempos de Erasmo se luchaba Erase una vez. Viene de la página final)
trar en la iglesia de noche? pregunta Sonia. a la cocina a pedir a los criados alguna mone Para matar a los guardianes; todo el mun da suelta; pero en la cocina no hay moneda do lo sabe.
suelta.
Todos quedan silenciosos algunos momentos En tal caso, cámbiame el rublo le pide y se miran unos a otros temerosos.
Gricha al volver de la cocina. te pagaré por El juego sigue. Esta vez gana Andrei. el cambio. No quieres? Entonces, véndeme. Ha hecho trampas. declara repentinadiez copecs por un rublo.
mente Aliocha.
Gricha mira a Vasia de reojo; sospecha al ¡No he hecho ninguna trampa. Miengún engaño. no se fía.
tes. No quiero. repite y aprieta su bolsillo.
Andrei palidece, contrae la boca y ipan. le Vasia empieza an encolerizarse, riñe con los da a Aliocha un golpe en la cabeza. Este abre jugadores, les llama brutos y cabezas de asno.
desmesuradamente los ojos, salta furioso en Vasia, te prestaré yo dice Sonia. Siéncima de la mesa y a su vez le da a Andrei un tate!
bofetón. Sonia, que no puede soportar hoEl colegial se sienta y pone delante de sí dos rrores semejantes, llora también y el comedor cartones. Ania lee las cifras.
retiembla de sollozos. Pero no crea usted que. Se me ha caído un copec! exclama el juego termina por este motivo. No transGricha inquieto. Esperad!
curren cinco minutos sin que los niños vuelCogen la lámpara y se arrodillan debajo de van a charlar pacíficamente y a reir. Las caras la mesa en busca del copec. Se empujan con están aún llorosas; pero a pesar de esto sonlas cabezas; sus manos sólo encuentran cáscaras ríen. Aliocha está satisfechísimo. ha habido de nueces, pero no el copec. Vuelven otra vez pelea!
a buscarlo, hasta que Vasia le quita a Gricha En el comedor entra Vasia, el colegial de la lámpara de las manos y la pone en su sitio.
quinta clase. Su aspecto es dormilón y desenGricha sigue sus pesquisas a obscuras.
cantado.
Por fin encuentra el copec. Los jugadores. Es abominable. murmura notando vuelven a sentarse y quieren proseguir el juecómo Gricha tiene su bolsillo, en que suenan go.
los copecs. Cómo se puede dar dinero a los. Sonia está dormida declara Aliocha.
niños y permitirles jugar a juegos de azar!
Sonia tiene tiene su cabecita rizada puesta ¡Buena educación. Abominable! Abomien los brazos cruzados y duerme con un sueño nable. dulce y tranquilo, como si estuviera en su caPero los niños juegan con tanto afán, que ma. Se durmió sin notarlo mientras que os le asalta el deseo de probar también su suerte otros buscaban el copec.
y de distraerse con ellos. Anda, échate en la cama de mamá; acuéstate le dice Ania sacándola del comedor. Aguardaos un momentito, yo jugaré también. Vámonos. Pon un copec.
Todos la acompañan, y cinco minutos des ¡Ahora. dice buscando en sus bolsillos.
pués la cama de mamá ofrece un espectáculo extraordinario: Sonia duerme; al lado suyo No tengo copecs: tengo un rublo. Pongo un rublo.
ronca Aliocha; Gricha y Ania tienen las cabezas descansando en las piernas de sus hermanas y No, no; un copec!
están igualmente profundamente dormidos, así. Sois unos estúpidos! El rublo vale más como el hijo de la cocinera, acurrucado al pie que un copec les explica; el que me gane de la cama. Alrededor están esparcidos los come dará la vuelta.
pecs, que han perdido su valor hasta el pró No, no; haz el favor de irte.
ximo juego. Buenas noches!
El colegial encoge los hombros y se dirige ANTÓN Chejov No, yo no les dejo. los borrachos se les deja como están! exclamó una india, al ver que otra mujer compasiva hacia por enderezar a un muerto vivo, que se hubiera ahogado a causa de la postura.
Este principio admirable tiene toda su fuerza en el Ecuador. los borrachos se les deja como están: a los tributarios, los galeotes, los rayas, los idiotas, los difuntos se deja como están. No! yo no les dejo: si mio fuera, a todos les enderezara. Yo puedo salvarme en nuevo destierro: llamaré patria cualquier rincón del mundo donde pueda vivir libre, como Marco Bruto, y no me quedaré como están mis compatriotas. Pero ellos, pero el pueblo, pero todo el mundo no puede irse, no puede retrderse y libertarse con la ausencia. Preciso es no dejarles como están, y levantarles con pa.
lanca y hacerles rodar hasta que se despierten.
No, no están dormidos: el sueño de García Moreno ha sido su despertamiento. Despierto estaba Guayaquil el diez de agosto, despierto Quito el dos de octubre. Despiertos se hallan los pueblos, pero como benignos y amigos de esperar, tienen el ojo abierto y el oído atento para ver y oír: Estamos esperando. dicen en Guayaquil: Estamos esperando. dicen en Quito: Estamos esperando. dicen en todas partes. Señores altos, señores fuertes, lo veis: los ecuatorianos no quieren que se les deje como están, ni entienden eso de ponerse a deshacer hebra a hebra la sordida peluca de Gargantúa. Reformas en veinte años! En cuatro meses las tenemos, y Dios sea con nosotros.
Con esto no perderán sino los afectos al despotismo: los ricos, los aristócratas, los sober.
bios, los amos por naturaleza que en todo tiempo y en todo país han sido aliados del poder absoluto, oficiales de la tiranía. El gobierno popular no es de su genio: donde reina la igualdad se miran pequeñitos: la fraternidad les envilece y humilla. Apiñados alrededor del tirano, le ponen la espalda para que pise en ella, y forman con él un solo cuerpo. Caris.
tide gigantesca, es el adorno del templo cuyos dioses no acaban de hartarse del oro y la san.
gre de los pueblos. Esos perderán con la reforma: los enfermos del alma, los que la tie.
nen llena de tubérculos denegridos, y se glo.
rian de semejantes flores de la servidumbre.
Matar a estos enemigos, no es preciso para salir con la victoria: en el color, en el olor se les conoce: el pueblo les olerá y dará con ellos en el lazareto. Hay gente sin ventura que clr.
ma por la servidumbre: ipueblo! al hospicio con ellos. El contagio no es ya simple teoria. Juan Montalvo. El Regenerador, tomo primero. Garnier Hnos. París. Tablero. Viene de la página 173)
a Costa Rica. Yo no les daría el voto a menos que hablaran castellano o estuvieran casados con una del país o hubieran nacido ahí.
Adiós, querido Don Joaquín. Si aquella carta no va y puede que no debe ir, escribiré otra. Pero con nombres y datos concretos.
La guerra no la gana Franco, la pierde el Gobierno, y la víctima, el pueblo español. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica