178 REPERTORIO AMERICANO mas de la gastronomía imperial so gonar por los confines de la his de sus hombres vestidos de plata La cita de los pecados bre cualquiera otra preocupación toria sus famosos hechos y sus he y grana desfilando entre una florespolítica. Don Carlos le tenía roicas hazañas en tierras y aguas capitales ta de picas y de lanzas, precedida sin cuidado la existencia y dominio de los Chimilas, de los Muzos, de de los estandartes imperiales donde de una país tan lejano y exótico co los Panches, de los Guanes, de los campearían el León rampante de La evocación de este nombre mo el Nuevo Reino de Granada y Colimas y de los Muiscas. Más Hispania y el Cocodrilo mitológiFrancia suave a la lengua como no estaba dispuesto a cambiar las tarde deliraba el Caballeroun vino lento lentamente escanciado co, que a nuestro Caballero se le truchas de Valladolid, o las ranas, cuando sus espuelas de pico de go antojaba ser el emblema de nuestro a la orilla de una mujer y el relas ostras y las anchoas de Jarandilla rrión, cuando las herraduras y bri Nuevo Reino de Granada.
cuerdo de aquellas pláticas avivadas. que constituían sus platos fa dones de sus caballos, cuando las Ya llegarían los días en que la por la lumbre de las hogueras tropicales, hicieronle olvidar a nuestro voritos por una comarca salva lanzas y rodelas de sus infantes carne tan duramente castigada enje y deshabitada. Su mal de gota fuesen del más puro y brillante tre las miasmas de la selva, por el Adolorido Caballero sus cuitas nuy los pasteles de anguila eran a la de los oros, volvería a España frío mordiente de las sierras y por lacayos, el agrio gesto de los teólomerosas y acedas, el desdén de los sazón las más graves cuestiones de con los que quisieran seguirle, Ides las flechas emponzoñadas, recobraEstado que traían cavilosos y des lumbraría al Emperador y al séqui ría de nuevo sus espasmos sensuales gos y de los caránganos de misa y vellados a los hombres de Espa to de sus cortesanos, a los que se al contacto de la piel morena de las olla. Dió entonces altas y sentidas ña, desde el hidalgo con doblones quedaron en la península comiendo hembras de España y de la piel ruvoces que sobresaltaron al ya dorhasta el último pinche de cocina.
mido vecindario y se aprestó a la el modesto garbanzo, con la trailla bia de las mujeres de Francia.
nueva aventura, ésta si blanda y La ronda de los sueños no tan arrecida como la otra: la Para el banquete de Daniel Cossío Villegas dado por aventura del placer que dura un insCuando los peligros de la selva la Casa de España, en México, el dia 11 tante. De los arcones envejecidos, de eran mayores, cuando el temor de de enero de 1939.
los escriños claveteados de plata y lo imprevisto se apoderaba de los repujados de carey extrajo con maánimos, aún de los más esforzados. Colaboración. México, nos temblonas las onzas de oro recuando se vivían los minutos más intensos en que acecha la tragedia.
Durante un período crítico de la vida española, meses antes de luciente y los castellanos sonoros el Capitán Generall solía animar a caer la monarquía, fui publicando en El Sol de Madrid una serie de que, a la luz aciaga de la lámpara, sus soldados y capitanes y condesbreves semblanzas de los políticos en ocaso y de los que venían a subsadquirieron un brillo perverso de cendía a entrar en plática con ellos, tituirles. esta serie de estudios breves llamé Onomatologia porque pecado mortal.
En el pecho y en el ánima de hablándoles de lo suyo intimo, pase intentaba en ella presentar la relación entre los nombres de un individuo y su perfil moral.
nuestro Hidalgo Granadino ha desra que los tales, dejando el natural pertaldo el asco por aquella corte lucembarazo y timidez que su presenMe faltan hoy libros auxiliares, etimológicos especialmente, para tuosa donde los cantos del placer cia les imponía le abriesen la inabordar un estudio divertidamente serio sobre ninguna persona. Sin morían ahogados por la sorda entimidad y así cada uno le hablase embargo, sucumbo a la tentación de merodear unos instantes por la tonación de los salmos penitenciade sus padres, del solar remoto, de nomenclatura del amigo que agasajamos: Daniel Cossío Villegas.
les que le recordaban al hombre sus amores, de sus aventuras y truEntre las historias más bellas que tiene ese libro de libros que es nacido de mujer la vanidad de las hanerías, pues no faltaban entre básico para la civilización católica, está la de Daniel, mozo cautivo al riquezas, lo decaible de las pompas ellos quienes contasen en su haber servicio del rey de Babilonia.
mundanas y lo fallecedero de la más de un lance digno de la auDaniel, según la Biblia, nos resulta un Segismundo Freud, pues gloria terrenal. Harto está de esas téntica picaresca española, corrido se dedicaba a descifrar los sueños de Nabuconodosor y de los reyes sombras taimadas que se escurren en ventas y caminos de Castilla, de que le siguieron. Pero, Daniel también tenía sus visiones y sueños por las calles de España como aniGalicia o de Andalucía. Era entonpropios y para penetrar en su sentido recurría a un Freud de más mas en pena, de esos caballeros fúces cuando en amable ronda de ho alta jerarquía, al arcángel San Gabriel, mensajero de Dios.
nebremente suntuosos que con el gueras alternaba aquel Jerónimo de Visionero y adivino, profeta y psiquiatra fué por lo tanto aquél discurrir de los años el Cretense haInsa, Capitán de Gastadores ani cuyo nombre ampara desde la pila bautismal a nuestro amigo, al bría de eternizar en su famoso lienma piadosa, con todo el linaje de amigo de España y de los que trabajan con el espíritu. El tiempo zo del Entierro del Conde de Orlos Antones, Diegos, Alonsos, Fran se encargará de decir puesto que es joven si el profeta le trasgaz.
ciscos, Juanes y Gaspares alistados mitió lo esencial de su carácter.
Don Gonzalo Jiménez de Quebajo las banderas de España en la Dejando aquí a Daniel nos encontramos con un nombre de gran sada, cristiano a la antigua, autor expedición de nuestro señor don resonancia en España y fuera de ella: Cossio. Nombre de dos eses, de unos sermones a la Virgen del Gonzalo y era entonces, también, como el de Picasso, como el de Garsi Lasso, que parece indicar ya por Rosario, oscuro jurista de Granada cuando éstos, olvidándose de los ti ese sólo detalle, finura, sutileza.
y olvidado descubridor de un reino gres cebados que se robaron a Juan Creo, compañeros, que este nombre es una garantía para nos en Tierra Firme, resolvió vender Serrano, de los zancudos y del je otros. Tener a Cossío a nuestro lado, o estar nosotros al lado de así fuera por unos días tan sólo jén, le hacían el último zaque a la Cossío, allá o acá, es algo que se diría obra del destino. Cossío sig su alma al diablo y marchó a Paya casi exhausta bota de pajarete nifica, para mí, alto ejemplar humano, espíritu neto y fino, artista y ris. Lutecia el reverso del cuadro y consumían las últimas harinas de maestro. Su amistad me servirá de modelo hasta la muerte.
sombrío que era España, es la luz Castilla, mientras do Juan de Cossío es el nombre de un pueblecito montañés, santanderino. transformada en tumulto sonoro de Castellanos, baquiano de la expe De ahí proceden todos los que llevan este nombre. De modo que, allá risas y cantos de mujer y hacia ella dición y no clérigo aún, endecha lejos, entronca nuestro amigo Daniel con el maestro español.
corrió el desventurado Caballero ba de la peor manera posible, des Y, pasemos a Villegas. Este también es nombre castellano, bur para acudir a la cita que le daban pertando los apolíneos celos del galés. Yo no sé si a don Francisco de Quevedo es el Quevedo o es el los siete pecados capitales.
portugués Alonso Martín, de quien Villegas lo que le dota de humor satírico y mordaz. Pero, por inses fama que las mujeres enloque tinto etimológico y perdonen aquí la falta de documentación eru Bajo los tejados de Paris cían a su paso, pero que nunca pudo dita creo que Villegas fué, o quiso ser, primeramente Villiegas, preñar a musa alguna del Parnaso. es decir, cosa dimanada de Villa. No me parece anticastellano, ni En la escarcela de todo CaballeLe divertía a Don Gonzalo apa opuesto al sentido de nuestro idioma, decir por ejemplo: tales casas, ro Andante que se estima no pueciguar entonces el furor poético de costumbres o gentes son villiegas, esto es, ni aldeanas ni ciudadanas.
den faltar ni la herrada bolsa ni sus baquianos y el soñador, el Qui Simplemente villiegas, cuyo matiz difiere totalmente de villanas. las albas camisas de Castilla, prenjote que había en él se complacía en si esto es así, me inclino a creer que lo satírico le llega a Don das de la honra y del señorío ni la te jer las aspas de sus molinos de en Francisco no del Quevedo sino del Villegas, o sea, de lo que había bota de buen vino. Sabíalo de sosueño para que girasen dentro de en él de villiego.
bra nuestro hidalgo, de ahí que se los anchos campos de la imagina De modo, amigo licenciado, que sobre usted se ciernen estas apresurase a llevar buena provisión ción. El, de suyo tan circunspec estrellas o luminarias que bien pueden influir en su vida: de todo ello, sin que le faltasen tamto, tan medido en sus palabras, pura El Freud de Nabucodonosor, poco en su almario las necesarias flor de discreción, ya no sabía con El pedagogo y exégeta de El Greco, disposiciones para correr el albur.
tenerse y devanaba ante la ronda y el espíritu burlón de Don Francisco de Quevedo.
Sus bumores habíansele tornado de atónita de alféreces y ballesteros, la Le deseo que confíe en su destino y siga queriendo a España melancólicos en expansivos y para rueca de sus sueños y confiaba a como nosotros queremos a México.
que la alegría que se le desbordaba la fama la inclita empresa de preJOSÉ MORENO VILLA ya del bien henchido corazón no Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica