214 REPERTORIO AMERICANO El secreto musical El habla despacio, con mucho señoría y a veces como recordando o como viendo en el seno profundo del tiempo. Vino también esta hija. En este país se vive tranquilamente, dice él como resumiendo toda la filosofía de su vida. En verdad. no es el ideal del hombre la tranquilidad. No es un país admirable aquel en donde un hombre que ha luchado en el mundo, al fin encuentra su reposo ideal en nuestras aldeas, bajo nuestro cielo? Oh! Cómo agradecemos a este hombre que viva al lado nuestro queriéndonos.
El campo de rosas blancas es como un pequeño fiord de Noruega.
La vida de este hombre es tan sencilla como la grama de su jardín.
Siempre que escucho ese trozo musical creo oír la voz de una mujer que se justifica llorando. Por qué ha escrito Ud. ese trozo musical? El compositor se halla perplejo. cómo va a decirlo. Cómo podría decir cuál es esa mujer que se justifica llorando?
La escena lejana pasa rápidamente por su imaginación. Su hermana acaba de entrar. Trae un niño en los brazos. El padre parece esperarla. Ella se pone de rodillas delante del padre, del severo padre, le presenta al niño, y como poseída de un delirio, habla, habla llorando. Hace de esto veinte años. Entonces él era un joven. Cuando la hermana entra, él hace callar su violín y se queda suspenso. La hermana a quien él amaba tanto! La tragedia se desarrolla como en un segundo en su espíritu: la pobre hermana enamorada, la rebelión contra el ho.
gar noble, el secreto dolor del buen viejo, la madre desesperada, el desengaño, el perdón, la vuelta. Entonces el corre hacia la hermana y coge al niño en sus brazos. El niño es bellísi.
mo. También la madre es bellísima. También la madre de ambos fué bellísima. El niño es este joven que le pregunta. Por qué ha escrito Ud. ese trozo musical? Me da la impresión de una mujer que llora. Será eso. una mujer que llora. conRÓMULO TOVAR testa él. Conducta Una revista editada en Buenos Aires Colaboración. San José de Costa Rica, febrero 14 de 1939 En la que vendría a ser pág. una estrella de picos con una línea horizontal que se vuelve al terminar diminutos fragmentos de línea, separadas aquella y ésta por una distancia lírica que nos hace pensar a la vez en fra Angélico y en Kandisky o en la conciliación de ambos, Es la viñeta para Llamada, verso libre de González Lanuza adornado con esta joya de cuarteto: Es una producción orgánica que nos llega como bien sazonado fruto de estación. nos da alientos su tono sedante, discreto, bien medido al tiempo.
EMILIA PRIETO Hay muchas revistas que pueden ostentar ese al servicio del pueblo pero Conducta merece una especial referencia.
He ojeado este número que corresponde a octubre de 1938. El formato, la presentación, los bien cuidados detalles me han venido a revelar que un número de revista puede mostrar los inconfundibles caracteres de una obra de arte.
Conducta. Está bien el nombre. El tiempo se ha puesto como de revivir el vocablo, de volvernos a acordar de que existe, de sacarlo del viejo diccionario donde yacen otros términos que han caído en desuso, y plantarlo con caracteres renovados sobre el forro sencillo y se rio de una revista de vanguardia.
Pero todo estará mejor si como en el caso que nos ocupa sobre ese forro se estampa la caracterización de una heroína de Moliére que fué un gran crítico de conductas.
Dándole vuelta al forro nos hallamos con: los anuncios del Teatro del Pueblo precedidos por Goethe: Mi voz en alas del viento ha cruzado el ancho mar: haz que tus pechos, paloma, le sirvan de palomar.
Los titulares a tinta china manuscritos, Fotografías sugestivas, Unidad en el plan.
La última página, boliche, espera al lector con este delicado menú: Viera Altamirano Nos queda este campito para llenarlo con unas cordiales palabras de bienvenida a Napoleón Viera Altamirano. Está con nosotros, lo hemos visto ya, lo hemos abrazado. Saludable presencia la suya, fisica y espiritualmente. Un tesoro es Viera Altamirano. Búsquenlo los jóvenes y disfruten de su compañía. El tiene doctrina y palabras que enseñarles, ejemplo de decoro profesional que darles. Anda desterrado. gran periodista centroamericano que él es por el tirano de su tiemra, El Salvador. con esta credencial nos llega, bajo el alero de nuestras simpatías y aprecio. Con los brazos fraternales abiertos le decimos: Bienvenido!
Bienvenido!
Eso tiene de abominable la crueldad de los déspotas: el destierro con que afligen al hombre de bien y de honor que no se les humilla. Piensa Viera Altamirano en los suyos ausentes, la noble y ejemplar esposa, los tiernos hijos, y la tristeza empaña sus ojos atentos, que aprenden. Bien caro ha de pagarlas algún día, las que hace ahora el tirano Martinez de El Salador con sus compatriotas honrados y útiles.
Hagámosle grata la permanencia a Vie ra Altamirano en Costa Rica, y que de una vez se quede con nosotros. y lo ello ganaríamos todos! Viador de libertad es él.
un sorbito de Séneca; la fruta madura de algún cuarteto po pular; dos sentencias escépticas de Romain Rolland con sabor a vino seco; una sustanciosa cita de Díez Canedo que es un golpe técnico y definitivo asestado a Anunzio; y esta declaración: avanzar sin prisa y sin pausa como la estrella Luego en las páginas más vivas perdemos la numeración. Esto no lo entenderá una mentalidad de leguleyo. Pero es que Conducta no es un código. Por eso la que vendría a ser pág. es una hoja deliciosa. La fotografía del original typewritten de un poema de González Tuñón: La señorita muerta, sobre un retrato de mujer muy señorita que parece disecada. en la fotografía del poema, esas faltillas como de repetir letras o salirse del margen que todos hacemos cuando escribimos en máquina, nos acercan al espíritu de Conducta y nos la hacen intima esos detalles que tan al nivel la ponen de nuestra humanidad.
Pero sobre todo las viñetas.
Dibujos de. Conducta es la trayectoria de los hombres de bien que se han propuesto ser útiles al mundo y aman apasionadamente la justicia y desean ardientemente la belleza, y saben que la tranquilidad es el camino de la muerte y el descanso la muerte misma y por amor a la vida rehuyen la tranquilidad y el descanso.
que con Aquiles Badi Emilio Petoruti Pedro González Ulún Boliche es una hoja juvenil, movida y sü gerente. Hay que leerla dándole varias vueltas al formato para hallar en cada vuelta otra cosa que detiene de nuevo la atención y la vuelve con interés al comienzo. reelemos sabiendo que no vamos a tropezar con el editorial púlpito desde donde el periodista enciclopédico lanza en falsete el sermón idiario que nadie oye después de haberse santiguado con ademán prudente. Todo el folleto interesa. No hay página primera ni última. No hay jerarquías en su vivo, en su cálido didactismo.
Adquiéralos: José Antonio Encinas: La educación de nuestros hijos Jahlil Gibrán: Poemas escogidos Germán Pardo García: Presencia Teresa de la Parra: Ifigenia Norberto Pinilla: Cinco poetas Con el Admor, del Rep. Amer. Calcule el dólar a Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica