Anarchism

EDITOR: GARCIA MONGE Repertorio Americano EXTERIOR: EL SEMESTRE: 50 EL ANO: 00 o. am.
CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica: Suscrición mensual (2. 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro común que a fodos igualo, por lo que para la dicha de la persona y lo colmo público, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Ferocidad teutonica Articulo sacado de la obra Anarquía. Fdiciones Ercillo. Santiago de Chile, 1939.
Hará siete u ocho años, una revista alemana la Neue Deutsche Rundschau deseando adquirir informes acerca del régimen más conveniente de implantar en Africa, se dirigió a muchos exploradores y funcionarios coloniales para pedirles su opinión respecto a la manera de tratar a los naturales: casi todos los consultados estuvieron por la dureza y la inhumanidad.
Para que nuestros lectores vean que la ferocidad teutonica no sólo se manifiesta en la práctica sino en la teoría, vamos a citar algunos fragmentos de las contestaciones dadas por individuos que habían desempeñado notables puestos en la administración pública y hasta gozaban de alguna notoriedad en el mundo científico.
no Cuando se trata de conquista es necesario poner la mira en la victoria, que se obtiene sino infundiendo terror. Karl Peters. Al negro sólo se le educa con el tiempo y los golpes. Según él, toda mansedumbre denuncia flaqueza: pide látigo. El Comandante Morgan. Imponer el castigo corporal es mejor enseñanza para el negro que apelar a los sentimientos de honor. Para corregirle se requiere algo más tangible que la prisión. Fritz Langhed. El negro es animal de rapiña, sanguinario y feroz, que no se domestica sin el azote del domador. Se ha cometido una falta grave al abolir la esclavitud. El mayor August Boschardt. Había una vez un firono.
o la cubren de improperios; el institutor, más parece cabo de escuadra que director de ni ños; el feld mariscal, ante el amo supremo, tiene lameduras de lebrel y arrastramientos de culebra. Hasta parece que la vida de cuartel va concluyendo de anquilosar el organismo a los descendientes de Arminius, pues en muchas ciudades del Imperio se ven desfilar a cada paso, hombres tiesos e inflexibles, marchando automáticamente, con aire de espíritus encarnados en palos de escoba. El respeto a la autoridad es culto en Alemania, y eso nos dice por qué sigue ciñéndose una corona quien merecería llevar una camisola de fuerza. En ese país la libertad de pensamiento no influye en la emancipación de la vida: así, el filósofo alemán niega a Dios o le amenaza con los puños: mas en seguida se vuelve a lamer la bota del Cuando el Emperador Guillermo, al despedirse de los soldados que formaban la expedición de China, les ordenaba no tener piedad con nadie y proceder de modo que dentro de mil o dos mil años los chinos se acordaran de los alemanes. todas las personas sensatas se imaginaron que barbaridades de tan gordo calibre eran el simple desahogo de un insano, pues no cencebían que en hombre cuerdo la maldad pudiera subir a punto de aconsejar la matanza de niños y mujeres. Pero, al leer los teorías sentadas por gentes que no llevan apolillado el cerebro, nos convencemos que todos los alemanes no son unos seres románticos que se pasean a los rayos de la luna, suspiran con las baladas de Schiller y sueñan con las sinfonías de Beethoven. Por lo visto, el salchichón y la cerveza no dan sentimientos de gacela.
El alemán, y particularmente el prusiano, causa el efecto de un inglés que no ha concluído de revestir la costra civilazada: a lo mejor suda barbarie. Tomemos al Canciller de hierro, al tipo representativo de la Alemania monderna. qué fué Bismarck. un hombre de gran talento, a la vez que un bruto cuarternario. El régimen militar ha creado en los alemanes un doble espíritu de obediencia al superior y despotismo al inferior o más débil: el príncipe y el gañán brutalizan a su mujer sargentón que le acaba de administrar un puntapié.
Esbozado el ale. nán, ya se con. prende lo que dará de sí en las poblaciones y desiertos de Africa, donde tiene asegurada la impunidad o sólo se expone a sufrir las penas más leves por los delitos más atroces. Parece que en el Camerón, no corriendo sino el riesgo de pagar una multa de cuatrocientos o quinientos marcos, se puede quemar poblaciones, violar, torturar y fusilar. Díganlo Leisty Wehlan.
Actualmente, los súbditos del Kaiser tratan a los herreros como los ingleses a los matabeles, los boers a los cafres, los belgas a los congos.
No creemos mucho en las profundas diferencias de raza, y pensamos que todos los hombres se conducen lo mismo al ballarse en circunstancias iguales; pero reconocemos que la vida social ha creado en el blanco muchas necesidades ficticias que le obligan a proceder como el salvaje y el felino. El ansia de lucro, la fiebre del oro hacen del hombre pálido una fiera implacable y sanguinaria. Los asiaticos afirman que el hombre blanco no tiene corazón. No sabemos lo que digan los africanos al ver que, por algunos seres racionales como Livingstone y Savorgnan de Brazza, el Africa recibe manadas de tigres en figura de hombre. Probablemente, dirán que el blanco resume los tres colores, teniendo blanca la piel, amarillo el corazón, negra el alma.
MANUEL GONZÁLEZ PRADA (Artículo escrito en Lima por ahí de 1906. tan de actualidad en estos tiempos. Paz ¿Habrá que desesperar del porvenir del imundo. Estará perdido el hombre para la libertad. Tendrá que abdicar de su decoro y de cuanto hace hoy la vida generosa y amable, para convertirse en tornillo de una ma quinaria monstruosa? No. Confiemos en el ineludible cumplimiento de las leyes morales. Los soberbios serán abatidos. Los imponderables jugarán su papel. La causa de la libertad, la juridicidad y la dignidad humanas triunfarán mejor dentro de los infinitos recursos de la paz, que en los azares de la guerra. De Calibán, en El Tiempo de Bogotá, IV 39. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica