262 REPERTORIO AMERICANO das sus excursiones vandálicas contra los indios. cuáles son sus empresas heroicas? El mismo claustro les presta un carácter novelesco, adecuado para impresionar a la gentuza, y a falta de merecimientos propios, sacan a relucir proezas mentirosas de sus antecesores, y la muletilla aquella de que los monjes salvaron la civilización en la Edad Med. a; no tienen más; pero cuando se examinan las causas del estado social del Ecuador, los frailes y el clero católico en conjunto, responderán del atraso, de la ignorancia y de los crímenes, en primer término, porque a ellos se les confió lo dirección de la conciencia de los ecuatorianos sin contrapeso alguno.
Defiendalos el Concordato, que es la ma.
yor ignominia clerical porque han pasado estos pueblos; una Carta insólita de esclavitud a Roma, que entrega a los eclesiásticos la sobe.
ranía de la República y el derecho de los asociados. Conservarlo sería una mengua.
Mientras los países cultos abren el campo al trabajo forastero, sin preguntar a nadie la fe que profesa, el Concordato aisla al Ecuador con esta declaración salvaje: La iglesia católica se conservará siempre con todos los dere.
chos y prerrogativas que debe gozar, según la ley de Dios y las dispossiciones canónicas. En consecuencia, jamás podrá ser permitido ningún otro culto disidente, ni sociedad alguna condenada por la iglesia. Art. tiempo que la Ciencia se independiza de lo sobrenatural, para volver los ojos a la tierra, en donde el hombre nace y acaba, goza y Oda a los fusilados de Madrid Colaboración. Puntarenas, Costa Rico, julio del 39 Al mismo Dios que señaló Rubén.
Qué, os matan, aún os matan, carne de libertad, almas de pólvora?
Deambula un sueño atrás, se hace de fuego, abierto, herido, desalado, corre por la arena y por la tierra humeante: hombres barbados, potentes y precisos, vuestras manos a la fuerza llevan huellas de (armas.
giosas sacrifiquen sus instintos particulares a las leyes generales, ni sus privilegios sectarios a las conveniencias democráticas; si no pueden coexistir en una misma Nación dos Poderes, uno que emane de la soberanía del pueblo y otro del capricho de algunos individuos que lo supeditan; si es verdad que todo organismo que no se defiende perece en la lucha por la vida, y si esta lucha es natural, justa e indis.
pensable para los partidos, se viene en con.
clusión que las comunidades religiosas de ben desaparecer de la escena, y los bienes llamados de manos muertas ingresar al Tesoro público.
Pensar un solo momento en modificar a os frailes es un contrasentido, y esperar a que el pueblo ignorante se desprenda de ellos, sin la iniciativa del Gobierno, es una candidez; porque si los frailes ceden un punto de su regla, dejan de ser frailes; y si se les conserva la autoridad que tienen, usarán de ella sobre el pueblo, como lo han hehco, para mantenerlo en la sumisión y obediencia que les conviene.
Los que aplazan la medida, aceptan la nece.
sidad y urgencia de llevarla a cabo, en tiempo niás o menos largo; pero no comprenden que la demora lleva consigo la amenaza, y permite a los interesados defenderse con todos sus recursos; y olvidan que bala avisada no mata gente.
Hay un Chimborazo de frailes: los muros de este gran convento del Ecuador, se estrechan, se juntan, se enroscan a la garganta del pueblo que saca la lengua como un ahorcado monstruoso. Pero se dice: ha vivido el país con las comunidades; puede seguir en paz con ellas; respételas el Gobierno, que ellas respe.
tarán a la autoridad. Sofisma de los oportunis.
tas. No se le preguntó al país si las quería, sino que se las impuso; no ha vivido en paz con ellas, mas dentro de sus garras, forcejando por libertarse; y no es lo mismo un gobierno radical, que los gobiernos ultramontanos. Le sirvieron al despotismo como aliadas, las trajo García Moreno para consolidar su tirania. pueden al mismo tiempo hermanarse con la Libertad y colaborar a los fines de la Revolución? Porque nadie es tan simple para creer que los monjes se estén quietos, sin tomar al.
gún partido, y menos conociéndoles su indole batalladora, peculiar a los frailes ambiciosos, y característica de los de aquí, de cepa de conquistadores unos, y otros importados de entre los más levantiscos de Europa, para amoldarlos a la fogosidad de nuestras luchas.
Para fundar el Gobierno propio de las Naciones que han querido ser libres verdaderamente, se eliminaron los conventos, o se los redujo a mínima expresión, pero jamás los reformadores les concedieron los privilegios ex.
cepcionales, ni les dieron la categoría inusita.
da que tienen en el Ecuador. Por haber procedido así. han sufrido las naciones grandeza o los individuos en su conveniencia?
Algunos países toleran a los frailes, sometidos a ley común, y no es raro encontrarlos en las naciones protestantes, pero hilando muy del.
gado, para gozar de la hospitalidad que se les concede, que no les dispensa favor especial, fuera del derecho consuetudinario que protege a los ciudadanos o súbditos. Si se probara que aquí hacen falta, y que no pueden ser reemplazados a menos costo y peligro, ya sería algo; pero son perjudiciales y gravosos, sin utilidad de ningún género. Aparte de servir a los malos Gobiernos. qué han hecho? Fuera de enriquecerse. en qué se han ocupado? Omiti. os matan?
Cien, quinientos, mil por dia los fusilamientos en Madrid; quieren mataros a todos, todos los que uefendisteis, todos los que tenéis un dedo de humanidad, todos los que gritasteis libertad, quieren tronchar la flor roja de la revolución, quieren que la tierra absorba toda la sangre que defenaía su pan y su trabajo, quieren que queden sólo fascistas, que todo el resto sean alemanes o italianos, os matan, aún os matan, carne de libertad, alma de pólvora. su Un ojo turbio, un ojo inyectado en sangre, un ojo cobarde, un ojo multiplicado en todas las soleras y las (salas, un ojo de judas y cain paseándose, un ojo esbirro gritando. éste. éste. éste. un ojo vil acusando y señalando por calles de Madrid, de Guernica, de Barcelona, ae Alpedrete, de Huelamo, de Peñarrubia, de Alatox, de Valdepeñas, un ojo traidor llenando los tribunales, dando blanco a los verdugos, embriagando su odio, su lujuria, su lepra, un ojo pútrido que han de tragarse un dia.
Os matan, aún os matan, carne de libertad, alma de pólvora. pues lo quieren y pues os matan, y pues os envían a llamarlo, llamadlo, llamadlo y dad su nombre: DIOS.
RICARDO SEGURA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica