REPERTORIO AMERICANO 181 Consultas a la ignorancia Limousin que viven apretujados en caballo del Cid. Ya es hora de que de los tapetes de las timbas. Los mor. Son tan avaras estas gentes de las bubardas de la calle de Non el burlador se levante de su sueño huesos de don Gonazlo se secan en Francia que no le cuesta mucho al nains Hyéres o de la calle del mortal, de que rompa ese muro de los lupanares, Montmartre, santifi caballero superarles en magnificenyuntamiento. la hora del cre lanzas y picas flamencas que le es cado con la sangre de Rústico y cia y prodigalidad. Sus manos se púsculo se pliega el paisaje de la torban el paso y entre en escena Eleuterio mártires, parece desde en tornan fáciles para la dádiva. El ciudad populosa al són de los acor haciendo una venia y barriendo el tonces predestinado a todas las borgoña ensortijado de rubíes y deones nostálgicos y las callejuelas suelo con las plumas de su cham tentaciones. Las lindas lorettes muy pagado de que ante el presense animan con la zarabanda diabó bergo.
abuelas de Mimi Pinsón y de Mi ten armas los tercios del rey le lica de los bal mussetes. En la ba Don Juan, muerto en Sevilla, dinette. acuden allí a las citas ga enciende la cabeza y le pone inusirriada de los italianos las tiendas resucita en París bajo la peluca lantes y a recostarse al amor de los tados bríos en el antes impenetrable atraen a los transeúntes con el tu empolvada de Moliére y en el cora viñedos que destilan los más ilus corazón.
fillo goloso de los jamones de Par zón de nuestro gran Mariscal. tres caldos de Francia. la hora Ante el brillo de ducados y doy de las tentadoras mortadelas Hurrah! don Gonzalo, ya eres en que París se desdibuja sobre un blones, acude la prole canija de los que se exhiben en toscos escaparates. cumplido caballero, puesto que mifondo de niebla y calina, sólo se hambreados, el cortejo de los peruRusos y polacos andrajosos se con litas desde ahora bajo las banderas percibe en la colina sagrada el murleros arruinados, mozas de chapa y funden con el ghetto de la calle de de amor y de la caballería.
mullo de los besos y de los suspiros, mujeres fáciles que le tienden las los Rosales o del rey de Sicilia. Los el aria de algún ruiseñor enamoramanos grifosas, sarmentosas, suplialemanes en el siglo XVI ya habían Fin de fantasia do y muy hondo se desliza un ruicantes, a cambio de nada.
colonizado el boulevard de Strasdo de tahonas, entre un cantar de burgo y el barrio donde hoy se le París ha hecho que don Gonzalo vanta la Estación del Norte.
Las noches de orgía se eslabonan mujeres que ruedan la muela que tritura el grano de las solanas de olvide su Valle de los Alcázares y en una larga y lenta cadena de floel espectro alucinante del Dorado res que ciñe los riñones fogosos del Gonesse y San Dionisio. Con tan que, a intervalos, asume ante sus Bajo la bandera del amor y macho cabrio. Las barajas de los sutiles doctoras aprende nuestro seojos la apariencia carnal de Sacrede la Caballería naipes pasan por las estaciones ñor don Gonzalo a soltarle los corzazipa, la sombra vereadora del del azar: florecen, se marchitan y dones a la esquiva bolsa y a desci monarca chibcha que le ha de perLa vida amorosa comienza a ger mueren sobre la eterna primavera frar el complicado alfabeto del a seguir toda la vida como al rey hominar en la colina de Montmartre.
micida el fantasma de Elsinor. Qué París vive su abril de 1543. El rilejos siente ahora las voces de sus to de la fecundación se cumple con bravos capitanes y qué extraños asilencio de raso en las entrañas de centos cobran los nombres antes tan la tierra, en las corolas de las flo Colaboración San José de Costa Rica, enero de 1939 amados: Hunsa, Teusaquillo, Bures, en el vientre de las bestias y songote, Chía, Bacatá.
en la carne estremecida de amores y El tema tiene bastante atingencia con el autorizadamente tratado ¿Quién reconoce en este indiano de luz de las mujeres de París. Topor Pasteur y otros, el peligro, en la investigación, de las ideas precon manirroto y petulante, fanfarrón y do se fecunda, menos las azucenas cebidas.
mujeriego, a aquel don Gonzalo, que, al decir de Santo Tomás de Aquí nos referiremos al consejo que presentaríamos con el fuero el granadino, alabado por todos coAquino, son andróginas como los de Perogrullo de darlos a trochemoche: conviene a jueces, abogados, ángeles.
mo el fin y remate de la discreción, Nadie sospecha que en aquella médicos, ingenieros, etc. consultar, en los problemas que se presentan depósito de buen juicio, archivo del Alejandría del placer vaga por las de pronto como insolubles, al hombre corriente, al ignorante de la jus mejor discernimiento y el héroe, e ticia codificada, del derecho legislado, de la medicina en farmacopea, fin, de las arrecidas jornadas de calles, idesterrado y lancinado por de la ingeniería en formulas, etc. Es fácil que ése, el hombre que no Barbacoas, el infortunio, un hombre que ha Tora y Sompallón?
descubierto el Imperio del Sol y envejeció mirando la balanza de Temis, ni pasó las noches claras en Tánto han podido en él los aires que tras de ruda lucha con los ríos las Institutas de Justiniano, ni repasó reiteradamente los apotegmas de sutiles y perversos la dorada Isla desmandados y la selva embrujada, Hipócrates o de Galeno, ni se desveló en los teoremas de Euclides, etc. de Francia!
le ha arrancado al mundo un reino es fácil, repito, que ése, el hombre de la calle, dé, como una inspiración donde la tierra es buena: genial de la inteligencia libre, no maniatada por estudios, ni canalizada Exhausta la bolsa de caudales y de antemano, ni asida por tesis apasionantes, la solución acertada. De Tierra que pone fin a nuestra pena.
malherida el alma y quebrantado el refilón nos acordamos de la boutade de Anatole France: He comenTierra de oro, tierra abastecida, cuerpo, decide un día nuestro aconzado a aprender después de que he dejado de estudiar. Así se explica, Tierra para hacer perpetua casa, en la solución repentina, la intervención del subconsciente, el cual, gojado caballero hacer penitencia Tierra con abundancia de comida, trabajando indómito, y emancipado de trabas, labora en tierra virgen de sus culpas y como buen miliciaTierra de grandes pueblos, tierra y cosecha opimamente. Muchas veces reímos, ya en libertad, cuando no de Cristo y de su Rey asciende (rasa, hemos salido del encalabrinamiento de empeñarnos en que dos una noche, en traje de penitente, Tierra donde se ve gente vestida a la luz aciaga de los blandones y son seis. a su tiempo no sabe mal la brasa: el canto del Miserere, por los reHay una sorpresa, que deviene peligro grande en quien estudia Tierra de bendición clara y serena, cuestos de Santa Genoveva, a imTierra que pone fin a nuestra pena!
el caso y se pregunta. a quién le daré la razón. cómo defenderé a plorar de la doncella guardiana mi cliente. con qué cederá esa fiebre. de qué manera atravesar el de París y vencedora de los bárNadie imagina tampoco cómo río. etc. de hallarse ante la piedra que cierra el paso y que puede reaquel hombre que ha curtido su moverse, como en el cuento de Tolstoi, y encontrarse el tesoro; la baros que limpie su ánima de todo pecado con las aguas purificadopiel en guazabaras innumerables y tesis que apasiona y que garfea tenaz, dura e inmisericorde, y a la cual ras de la gracia santificante.
luchado contra los elementos todos se quiere acomodar el problema del desvelo, no debe orillarse con paliade la naturaleza, confabulados para tivos, hay que alzarla en vilo y hacerla a un lado. Para esa empresa se Lavado con las aguas lustrales cerrarle el paso y ante quien temencuentran ofuscados, con sombras indudablemente pasajeras, el juez, del arrepentimiento, don Gonzalo blan sus rodeleroses un ser tími el abogado, el médico, el ingeniero. Deberá invocarse al limpio de coJiménez de Quesada abandona para do, no ejercitado en las veladas ga razón, al sin pecado original, quien en este caso habrá de ser el lúcido; siempre la ciudad tentadora. Voldantes del París nocturno y que en pero entiéndase que no aconsejamos al empírico, ya que éste, añadida verá mohino a su casa, rota la rosu vida ha cortejado a mujer algua la misma traba del profesional académico, suma su pequeño bagaje dela de encaje, deshecho el yelmo na. Gajo cortado de la encina esde ilustración, y aquí se recuerda lo del Padre de la Iglesia: mucha heroico y herido como don Quijote pañola, ha refrenado los repetidos ciencia acerca a Dios. Recomendamos a quien tenga su erial limpio de amor y de punta ausencia. Pero llamamientos de la carne y ha hecho de maleza o de otras siembras estorbosas. No es que seamos enemigos no desencantado. Nosotros le imaderivar su sensualidad por las torde las consultas a la Ciencia, no; con ella siempre, menos en el caso ginamos anticipándose a Joseph tuosas vías de la aventura conquisseñalado en el que el sésamo maravilloso, para abrir la cueva anbetadora. Su cabeza cenceña y entrelada, sólo lo conoce el compadre bueno y pobre, el que no padece pruDelteil y conjugando este verbo cana, sus mejillas cavadas y la narito por la auri sacra fames.
magnífico y eterno: Yo amo a Pazarena barba le dan un aspecto de Ya terminando el artículo hemos creído que el título que mejor rís. Tú amas a París. El ama a Pa.
sombra escapada de una tumba. El habría convenido, es el de Consultas al sentido común, al horse sense rís. Nosotros amamos a París. Vodonjuan que todo español lleva a que dicen los americanos, aunque ese sentido común sea el menos cosotros amáis a París. Ellos aman a flor del alma y piel parece tronchamún de los sentidos, según el dicho agudo.
París.
do y muerto bajo los cascos de!
SAMUEL ARGUEDAS DARÍO ACHURY VALENZUELA y dos Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica