DemocracyStrike

236 REPERTORIO AMERICANO Ñatore may. Motivo indígena)
Recado a la ciudad de San José Colaboración, México, mayo 23 de 1939 Colaboración. Panamá, de En dialeclo gueynú: Comuniyo. Cómo estás?
Nolore may. Muy bien, gracias.
Snmedio esta gran fábrica del Anahuac inmenso viendo torsos desnuuos y blandiendo los puños pienso en ti. Oh ciudad de mis dias primeros!
y te mando de obsequio mis palabras mejores para que hagas con ellas papelotes al viento. pesar de tus vicios y a pesar de tus cosas quiero quererte. Ya lo ves. Así soy.
Te me haces como un nudo pequeñito en el alma y soy necio perdido; mi necedad es tanta que te hace generosa cuando eres una ingrata. Cómo estás. Sigues siempre la misma. No cambias esa aldeana manera de comerte a los otros, y sigue afilando la piedra wel choteo sobre los escritorios de tus despachos públicos. Prosigues atesta a de curas y doctores y lindos Bachilleres y bellos Licenciados, y señoritos bien fumando en las esquinas sin nada en el bolsillo y menos en el seso. Comuniyó. pregunto Prosigue con sus fardos a la india macilenta sin que el hermano diga: que en pos de su hombre adusto he de aliviar tu carga, marcha con lento andar, he de clamar tu mal. Ñatore may contesta sin que llegue tampoco sin levantar los ojos; activo camarada tan sólo mira el polvo, y logre en noble esfuerzo remedo de su faz.
su vida humanizar. Ñatore. y la doblega Continuará su marcha la mochila a la espalda doblada sobre el polvo y la agobia la curva que pisaron caciques de su misión fatal.
del nativo solar su hijo cuando nazca diciendo a su Destino: acaso muera inerme. Natore may, natore.
que sólo puede darle porque piensa que es éste el jugo maternal; su círculo fatal.
su leche macerada Los cuatro siglos fueron con golpes del marido; sobre su casta humilde caldeada por la piedra cuatro hojas desprendas en donde muele el pan; del árbol secular; mezclada con fermentos las humanas reformas de incógnitos rencores, no han rozado su vida: de anhelos subconscientes en ella se hizo carne inmensos como el mar. todo el zumo ancestral. Ñatore. y sus vestidos Retornará a la tierra son sucios, harapientos, sin saber que vinieron su hogar húmeda choza, hombres de gran espiritu su lecho un pajonal.
su raza a libertar. Natore. y nunca supo Colón con sus navios, de mimos ni de besos.
Bolivar con su espada Descanso jamás tuvo y, sobre todos ellos, su cuerpo de animal. Jesús con su Verdad. la llaman hermana al caer a la tumba los que siguen a Cristo cual bestia fatigada, y, camarada aicen gozará las caricias los que en vanguardia van, de la madre eternal pero ella no comprende y entonces, sólo entonces ni aquél ni el otro idioma, será justa su frase ella tan sólo sabe al decir resignada decir: Ñatore may.
a Dios: Ñatore may.
MARÍA OLIMPIA DE OBALDÍA ¿Has aumentado el número de los buenos logreros que hacen su profesión en el arte del bombo, y has inflado más títeres, y has robado más giros. Sigue siempre robusta la salud de tus pillos. Qué haces en tu Congreso lleno de verduleras. Cómo va la politica. Qué se dicen sus hombres. Pretenden esta vez salvar tu democracia, y hacer un Paraíso de cada institución?
Quisiera preguntarte mil y mil cosas más pero huelga inquirir tu manera de ser. eres la misma: ayer, y hoy, y mañana serás la misma siempre. Ya no puedes cambiar. Seguirás con la misma vida que te conozco: con tus lindas retretas las noches que no llueve y tu humedad de invierno que se cuela en el hueso.
El tranvía anacrónico cruzando la Avenida Central. Periódicos banales llenos de reportajes insulsos y páginas sociales. Palunios, arriba, de Ministros. miles de mamones prendidos a la teta flaca del presupuesto.
Homenaje a Levante Gritale al mundo, Levante, que tú no has de ser esclavo, que tienes sueños de espuma, de ola y viento, monte y rayo.
Sal de lucha, sal de triunfo te rezuman los costados.
Guardo de ti la imagen a tus noches lluviosas, la risa de tu juventud amorfa empleada de los Bancos, el gesto de tus policías anémicos, el andar académico de tus hombres ilustres; a tus intelectuales, hablando de la guerra en una esquina y escribiendo folletos y biografías. Oh Principes del Iaioma. guardo el gesto prócer de tus cocodrilos sagrados, de tus zorros políticos, arreglando las cosas; y tácita quedarás en el fondo de mi espíritu con tus domingos llenos de sol, con tus huertas de Calle de Blancos que sintieron mis huellas de rapaz y de niño; y así con tus bullas y tus altanerías, y tus pillos y tus comejenes humanos, en el fondo de mi alma quedarás. Oh, mi aldea paterna, agridulce visión trémula. Oh, San José chismoso, perdido en la distancia. ALFREDO CARDONA PEÑA Ya te adivinan mis ojos; ya te presienten mis brazos; ya vislumbro por las cumbres tu galope desbocado, sembrando explosión de estrellas la libertad de tus cascos.
Un limonero agridulce de un mañana esperanzado te mama el mundo en las ubres de tus granadas de mano, te sorbe en tus venas rotas, bebe en tus ojos sin llanto.
Playas rojas de tu sangre la victoria van varando y el viento con ser el viento ante ti se queda pálido.
BERNARDO PEREA MORALES (Envio de Sanchez Trincado)
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