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REPERTORIO AMERICANO 185 Una Si se implantara el fascismo en el mundo entero, yo andaria todo el orbe, siete veces, en pos de una roca pelada, donde no me alcanzara el sistema. Gabriela Mistral.
Viva mi colega! Como ella ve, no he cortaco, he añadido. Diga todavía que el socialismo de los incas sí lo habría divido. El miraba al cuerpo y al alma. Diga aún que yo espero que pasen por el mundo los ismos como un sarampión de infancia. Porque el mundo es niño aún, aunque, por cruel, parezca viejo. Palabras de Gabriela Mistral, al margen de esta información de Bohemia. esa.
Nunca como ahora, me congratuló ser periodista. Aquella inquietud por escribir, que me turbara la infancia; aquel afán por la literatura que se frustrara en mi adolescencia, me dejó un sentimiento de vocación fallida a lo mejor porque a la cita le faltara la gracia poética que luego me retoño, cuando la pubertad se encargó de señalarme un sendero angosto, aledaño al gran camino. Reportajes, siluetas, entrevistas. Es una ronda de menudos motivos, que ilustran la publicación transitoria, aliviando, por el otro extremo, mi carga emocional agobiadora. Mi vida interior se sosiega, desbordándose a veces por la ventanilla del periódico. Además ibendito sendero de sencillez y humildad. el periodismo me conduce hoy a un téte a téte con Gabriela Mistral.
Para ello, no he tenido que afrontar el ridiculo de acercármele con la morbosa curiosidad de un ser humano, ante el ejemplar extraordinario, que, por otra parte, propició, desde hace tiempo, el contacto inefable de sus libros con nuestra feminidad americana alerta. Es acaso una regla periodística buscar el sensacionalismo como anzuelo? Cierto. Con todo mi amor por el matiz delicado, por el perfume sutil de una emoción de niño, llevo al Hotel Vedado, esta tarde de otoño, el indague angustioso, que debe resolverse en clarinada, si Gabriela Mistral me confiesa que ella no es fascista. malgré los malévolos rumores propalados, No es curiosidad morbosa. No es indague sensacional de periodista. En mujer, me apasiona el asunto. Por la sintaxis suigeneris de la ilustre poetisa he ido sorbiendo su sed de justicia social, su amistosa compenetración con los humildes, su maternal devoción por el niño, su enfoque generoso de otras mujeres, que escriben, aunque el mensaje de éstas diste mucho del de ella, que es cristiana y luminosa metáfora. Gabriela Mistral. me digo, mientras avanzo al encuentro, no puede ser fascista. No rezan con ella los anatematizados por Castelao en su estampa: Queman, roban y asesinan en tu nombre. En ese nombre de Cristo, que vaporiza la religión de Gabriela, cabe la cual se arrodillan los ateos, beatificando, en poesía, a la excelsa vestal del Redentor, vestal franciscana, que reedita, en su pedagogía, al Maestro. No puede ser fascista. Otro infundio ese, para confundir los pasos de la mujer americana que halló en la chilena su mentora, y ahora contrae los labios, repeliendo la blasfemia de que ella justifique el crimen nefando. Gabriela Mistral no puede ser fascista.
Esperamos. Ha llegado una alta y erguida tarde con Gabriela Mistral Envio de la autora. Marianao, Cuba.
los rasgos que paraliza y endurece la cámara, incapaz de llegar al sub rostro, si la aptitud fotogénica o la artificiosa naturalidad cinematográfica, no le prestan las alas del arte. Será cierto que hemos venido Rosa Hilda Zell por Ellas y yo por Bohemia a celebrar una interviú con Gabriela Mistral? Es lo que me voy preguntando, luego que Gabriela colocó ante sí una mesilla y dispuso todos los chismes rituales del mate. Me lo pregunto, porque Gabriela, entre succión y succión, nos está interrogando. Es una amable peripecia. Una suerte de cambio de impresiones entre las niñas de una escuela y su maestra. De una escuela primaria, desde luego, donde el modernismo plantó sus banderas y la ingenuidad infantil no se contagia con tiesos academismos ni con pedagogia pelada y seca. Como Mirta Aguirre ha llegado tarde, Gabriela le pide que arrime su sillita. Y, atenta maestra, enterada de que Mirta es la poetisa ide quienyera hace tiempo algunas cosas, le pide, además, su último trabajo. Su último trabajo! Es ese libro reciente, Presencia Interior, que a todos nos lleGabriela Mistral na de alborozo, porque lo logró una mujer Por López Mezquita. cubana. La alumna lo ha olvidado en casa. La maestra le escudriña el gesto altivo, sin petulancia, la franqueza valiente. Aguirre! Tu mujer que se confunde con nosotras por su absoluta carencia de pose. Si queremos sorapellido es vasco, Mirta. Desconfiada habías prender un perfil destacaldo, una indumentaria de ser y por eso no me trajiste el libro. Te dillamativa, un perifollo que acentúe la estatura, jiste: Primero, investiguemos como piensa real o virtual, hemos de mirar en torno: acaso Primero, vamos a ver como piensa Gabriela lo encontremos en una de las turistas que jueMistral! Ya lo estáis viendo, compañeras. gan al bridge o beben té, en el amplio portal, ajenas a que las está rozando una impar es de veras una pena que alguna abrigara dudas a ese respecto. Sin temperamento político, presencia. Queda la voz, aquietado el gesto.
Gabriela Mistral no puede, sin embargo ser fascon una hermosa cordialidad que esclarece la cita, nos ha saludado, Somo seis o siete mucista. Tiene por otra parte que rechazar los antis anti nazi, anti fascista. porque no se jeres que acudimos a Gabriela, representando aviene a su espíritu cristiano. Por armas, los el próximo Congreso Nacional Femenino. Sabe ella que entre nosotras, habemos dos periolibros, tiene aún que escribir mucha poesía que destile la justicia social con firmes sugerencias distas. Parece no advertirlo. Acostumbrada al temblorosas. quién con su lectura, no le close up, no le teme porque entre ella misma y su obra existe una identificación total de tiembla el rinconcito de vida interior, donde contornos morales La misma, que entre su paquedara aposentada la belleza?
labra hablada y su prosa escrita. Yo reconoHa sido una amiga de Unamuno y de Racería la voz de Gabriela Mistral, si la radio, me miro de Maeztu, por encima de todas las diferencias de opiniones. No puede, además, coregalara una de sus charlas más íntimas, como la voz que estremeciera líricamente mi soñadora mulgar plenamente con los marxistas, porque adolescencia. Tal vez, no suceda así con sus de ellos la aparta y es el más importante de retratos. Gabriela Mistral en persona dulcifica los tres puntos que les opone una línea pequeñita, que es hondísima: la beatería de Gabriela Mistral. Beatería conmovedora que debe hacer muchos prosélitos, porque, recordando a Maritain, de quien es Gabriela admiradora y amiga fervorosa, no es una beatería decorativa o ficticiamente cristiana. Porque es la batería que rima, en compases celestiales de comprensión y bondad, con ese Cristo, imposible de ignorar si se ha leído a su moderna sacerdotisa. Beata, Gabriela no se ha ofuscado. En su María de entraña de madre virgen se clavaron los siete Peralta puñales de la ametralladora que siega la infancia española. Si la disolución de la familia punto negro de la Rusia actual, que la misma Claudia Gabriela supone que se ha difuminado mucho Peralta parece proyectar en su espíritu una orfandad desolada; si el desconocimiento de los clásicos greco latinos torna árida y hosca la pedagogía soviética, el ateísmo es, por sobre todo, a su juicio, la mácula del materialismo histórico, a quien rechaza Gabriela de plano, porque no todos los sinsabores humanos, aunque sí muchos, se deben al factor económico.
Esta es la columna miliaria del Rep. Amer. En ella escribiremos los nombres de los suscritores que por Tres puntos, pues, que oponer al marxismo.
años de años, hasta el final de sus dias, le dieron su Tres puntos que la sitúan en una ultrademoapoyo. Ricos de espiritu fueron!
cracia a pesar de que la palabra no le gusta.
UIU. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica