Proudhon

260 REPERTORIO AMERICANO rosa, arcaica y nueva, cual de un profeta en diálogo con los muertos y los vivos. Resplandecía en su frente la estrella solitaria y la bandera de Cuba libre en sus manos convidaba al sacrificio. Fuera del circuito de este hechicero, caía otra vez la sombra y el desaliento, y las realidades que hacía palpables su palabra, se iban como fugiticvas quimeras.
No podía ser, no acontecería aquello. España en paz; la Isla guardada por un gran ejército de tierra y una poderosa escuadra de navíos; los buenos cubanos proscriptos, errantes, empobrecidos; dentro de la Antilla la vigilancia, fuera del país el espionaje; la división entre autonomistas y separatistas; los antiguos Jefes prestigiosos apartados de sus subalternos, Máximo Gómez en Montecristi de Santo Domingo, los Maceos en Nicoya de Costa Rica, Calixto García en Méjico, todos dispersos; la hecatombe de los diez años y la paz del Zanjón de presentes; la América latina ligada a la Península por la diplomacia, el comercio, las academias de la lengua y las juntas Ibero Americanas; la reacción absolutista en países amigos otro tiempo, como Colombia; Cuba, por fin, abatida, inanimada, exánime. se levan.
taría a la voz del poeta Martí?
Los incrédulos le escuchaban, prendados de su elocuencia, convencidos de que Cuba tenía derecho innegable a ser independiente, pero mirando la realización de esa esperanza en el confín del tiempo. Argumentábanle otros circunstantes con los recursos de la teoría evolucionista. que pierde su gravedad científica cuando pasa el Atlántico y cae en poder de los payasos; alegábanle que Cuba no había llegado al término de la evolución que se requiere para que un pueblo tenga y administre sus intereses por sí mismo; que los negros, que no tiene ndesarrolladas las circunvoluciones cerebrales como los blancos, serían un elemento perturbador en la nueva sociedad política; que fracasa quien empuja el nivel intelectual y moral de los pueblos, sin haber reparado antes por la enseñanza a los individuos, uno a uno; y que más acomodado a la Naturaleza era la Tutela en primer lugar, después la Autonomía administrativa, y luego. quizá. entonces. tal vez. la Independencia.
Martí era un dinamo, un explosivo, una centella del patriotismo; rompía por el medio las dificultades, anticipándose al machete, a la dinamita y al incendio, y era de vérsele, pequeño, delgado, pálido, enfermizo, cómo crecía en majestad, energía, fuerza y salud, al pronunciar su boca las palabras Cuba libre!
Cuba emancipada! Los argumentos de los pusilánimes los llamaba miedo lisa y llanamente: y triunfó el intransigente Martí, por más que haya muerto en la pelea, que ya sus compatriotas declararon, altos los aceros, tras un año de lid afortunada, que Cuba sería libre, o desaparecería para siempre de la faz del planeta!
No importa la hora!
La noche en que fué herido por la espalda Antonio Maceo, en San José de Costa Rica, acudí a su casa con mi hermano, que era su médico. La pandilla de españoles quiso salir del futuro libertador de Cuba, dándole muerte a mansalva y en las sombras. La bala le entró cerca de la columna vertebral, en la proximidad de los pulmones; la sonda del médico se iba por la cavidad muy hondo; el peligro se le disimulaba al berido; estábamos aturdidos sus admiradores por ese grano de plomo; pero Maceo desatendía su situación, mostrábase sereno y sonriente, y mientras se le hacian las primersa curaciones, se ocupaba en dictarle al poeta Loinaz del Castillo, que es ahora su jefe de Estado Mayor General, la correspondencia revolucionaria paTa el correo del amanecer. Volviéndose hacia un grupo en que estábamos el General Leonidas Plaza los escritores Julio Esaú Delgado y Eduardo Talero y yo, nos dijo. Este contratiempo no merece la pena. Los españoles oirán hablar de mi antes de poco.
Recuerdo que su hermano José Maceo, que estaba allí cerca, taciturno y cabizbajo, se irguió y puso el oído a estas frases, como si escuchara una corneta del campamento.
Pocos meses después, Antonio Maceo se embarcó con un puñado de valientes en Puerto Limón, trasbordó en las Bahamas, desembarco en Cuba, se internó en los bosques, apellido la guerra, armó un ejército, combatió, venció, tocó a las puertas de la Habana, se multiplicó, se prodigó y a la fecha escarmienta a.
los españoles en Pinar del Río y anuncia para un breve plazo la independencia absoluta de su patria. No ocultan el rostro los oportunistas?
Unas mismas son las guerras por la Independencia y la Libertad, palabras que en vano se las considera por separado, porque no significa nada la una sin la otra; unos mismos son para el hecho de causar mal los opresores extranjeros y los conterráneos y, por lo tanto, tenemos un igual móvil cuando nos sublevamos contra las tiranías importadas o aborígenes. No se escuden, pues, los sátrapas americanos con su fe de bautismo mestiza, ni nos vengan los de la balanza química con que somos hermanos de los que nos explotan y sacrifican.
La vida es la acción Me es de todo punto imposible apartar las cosas de Colombia en lo que voy escribiendo; rompería el papel antes que pasar adelante sin tocarlas. Cuántos sufrimientos. cuánta vergüenza. qué de equivocaciones en nuestro partido! Admitimos la legalidad y ejercitamos algunas migajas de derecho, para situarnos mejor mañana fuera de la ley, como lo entienden los conservadores, y fuera del rigor de la conducta, como lo entendemos nosotros. No hemos andado derecho. Puestos aparte de todo miramiento; cautivos dentro de la Patria; con las manos en las esposas y la lengua en la mordaza; apoderados los ladrones de nuestro trabajo, los esbirros de nuestro cuerpo, los curas de nuestros pensamientos; con el hogar a merced del delator, del sayón y del sacerdote; en la cárcel, en el destierro, en el confinamiento, en el patíbulo; sin orillas; bajo el lodo que arrastra la inundación; atropellados por la ralea; con un amo armado de látigo; con jueces vendidos y legisladores mercenarios; más allá de la deshonra; en un polo desconocido de la infamia; joh! nos equivocamos al tener paciencia, al pensar en la redención por el arrepentimiento de los malvados, al confiar en el tiempo, y en la verdad inerme, pusilánime y vergonzante. No hemos andado derecho. Hemos gastado la médula en juegos de trapecio, en agilidades de acróbatas, adelgazándonos, puliéndonos, evaporándonos; nos prepararon el tablado y representamos la farsa, cuando quisieron los godos; nos acostamos en el ataúd que nos regalaron y nos dispusimos, por la contemplación y el sufrimiento, a la muerte ascética, oscura y silenciosa! La vida es la acción; si prevaleciera el criterio oportunista en Colombia, cavaríamos la fosa y nos echaríamos en ella, muertos por nuestra propia incuria.
En el Ecuador, el problema se simplifica con el triunfo de las armas; consiste en asegurar el Gobierno y verificar las reformas, sin andarse con rodeos que cansan a los amigos y no satisfacen a los adversarios. Estos no se contentarían jamás sin la entrega formal del mando, porque traen de Dios mismo el derecho de explotar a los hombres para adiestrarlos en la vida eterna. Dios. Notad de paso que de la palabra Dios se deriva todo capricho despótico, todo lo que atenta contra nuestra libertad o nuestra bolsa, según el decir de Proudhon. Ahora: no se trata de consultar si los pobres están bien hallados en su miseria y los ignorantes satisfechos en su torpeza, para decidir que se pudran como les dé la gana, que es lo que piden los oportunistas; lo que se quiere es procurarles la vida civilizada como la solicitamos para nosotros, con el fin de que no los dañe el abandono y por ende nos perjudique la barbarie. Menos se trata de consultarles a los poderosos, si consienten que su autoridad sufra menoscabo, en provecho del bien común, porque nadie tiene regalías cuando se trata de la felicidad pública. La cuestión es obrar como revolucionarios. Sin la revolución no daría un solo paso la verdad; porque ella en cada uno de sus advenimientos tiene que desalojar la costumbre y combatir los intereses seculares que se defienden con empeño; donde no aparece armada materialmente, es porque de antemano se le preparó el campo con ayuda de la fuerza. No se nos hable de tolerancia. los radicales nos aconsejan la tolerancia los mismos que nos ponen fuera de la ley, como nos reclaman el respeto por las creencias ajenas, todos los que atropellan los fueros de nuestro pensamiento. Seamos intransigentes! Antes que cercenar la verdad para hacerla amable, es preferible se mantenga adusta, apartada de las adoraciones vulgares y los homenajes viles: que brote y luzca en una superficie angulosa y áspera como la flor del cacto. menudo la prosperidad acompaña la mentira y una idea que se facilita a los varios antojos, tiene algo de la mujer pecadora.
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