Joaquín García Monge

132 REPERTORIO AMERICANO Tablero Con gusto, de un sorbo, nos hemos leído este libro: BAIXENCH Lic. Alejandro Alvarado García (1839 1922)
El Licenciado don Alejandro Alvarado García.
Centenario de su nacimiento. Compuesto por Alejandro Alvarado Quirós. San José, Costa Rica. Enero de 1939. Editorial Teejos Hnos.
Dichoso padre que pudo hacer las cosas buenas que su hijo sabe decir de él con orgullo, sobriedad y decoro. Dichoso hijo que tuvo padre de quien hacer tan buenos recuerdos; a quien amo, y admiró. quien amar y admirar; esto es lo fundamental, lo decisivo, en el homenaje del hijo agradecido al padre generoso.
Un libro conmemorativo inusitado en nuestras letras. No suelen salir parecidos. Ni es fácil hacerlos. Ojalá los hubiera más, porque vidas obras memorables no nos faltarían, Lo que no hay son devociones sinceras, sin retórica, desde luego, ni posturas, ni encargos, ri veladas segundas intenciones.
Sacamos en limpio algunos pasajes, como lección y ejemplo.
Del padre como Presidente de la Corte: Su personalidad y hasta su aspecto fisico, como ha dicho uno de sus biógrafos, parecía rectilineo e imponía respeto. Sus cabellos blancos, que daban a su cabeza un atractivo singular por la regularidad de sus facciones, como si fueran las de un europeo, semejaban la peluca que en In glaterra decora artificialmente a los jueces del Tribunal Supremo; y si a esto se une la afabilidad de su trato, que se hacía sentir con sus subalternos o con los humildes, haciendo brotar la simpatía y facilitando las entrevistas, es lógico suponer que el po der en sus manos fue ejercido noblemente y con llaneza, y que cuando al final de su vida repasaba sus múltiples etapas, pudo exclamar con ingenua satisfacción que, a pesar de haber juzgado a los hombres durante tantos años, no creia tener un enemigo; que de seguro había cometido errores, porque era humano, pero que la ecuanimidad de espíritu había sido la norma inflexible de toda su existencia.
Del profesor, dice el hijo: Para ser profesor poseía don Alejandro una verdadera autoridad moral, que le venía de su propia vida, y una gran experiencia de la multitud de litigios y casos Tesueltos como Magistrado de la Corte, asi como su don de gentes y la simpatía que le inspiraban los jóvenes, al punto de que, si renunció voluntariamente a sus labores de juez, no quería, ni por la disminución de su energia física causada por la avanzada edad y la dolencia, separarse de la cátedra, que era después de un cuarto de siglo la ocupación predilecta de su espíritu.
Del Magistrado habla, con la sencilla sabiduría que posee, su compañero el Lic. don Alberto Brenes Córdoba (Su contribución para este libro educativo, como la de Tovar, es de lo mejor que en él hay. En punto a castigos, la lenidad era su regla; que no parecia sino que Dios, cual el de Mahoma, tuviese como supremo ctributo al ser clemente y misericordioso.
De ahí que en ejercicio de facultades disciplinarias, difícilmente consintiera en destituir a un funcionario o a un simple empleado subalterno, o en imponer cualquiera otra severa reprensión. Fue él quien en estos días iniciales del año XX de la publicación de este semanario. Como para decirnos: Adelante, no hay que flaquear. Los días que vienen han de ser mejores, ya que el año 1938 ha sido un tanto aciago.
Esta es la circular: logró implantar, no sin vencer tenaz resistencia, la teoría de que en delitos de prensa son aceptables atenuantes a efecto de rebajar la pena, no obstante tratarse de una ley especial que no las nombra. Grande era su satisfacción cuando en virtud de atenuantes llegábamos al mínimum: tres dias de arresto!
Puede que la teoría no fuera muy fundada, pero era humana, muy en consonancia con los benévolos sentimientos de su alltor. De todas suertes, en ello, сото си todo, le guiaba su inclinación al bien, su obediencia al impulso altruista, que es lo que en definitiva importa, lo que jamás se pierde. pues las acciones generosas son el pan de vida de que habla la Escritura Santa, que puesto sobre las aguas fugitivas del tiempo en las playas de la eternidad lo encontraremos.
Comité Pro Repertorio Americano Apartado 276. San José, Costa Rica Recojamos esta circular que tanto enal.
tece a los que la han firmado. No saben ellos cuán grande es el agradecimiento en que nos dejan con eso. Algunos resultados se han obtenido ya de su esfuerzo, dentro y fuera del país. La conducta de estos jóvenes les el estímulo mayor que nos llega Setiembre de 1938 Muy señor nuestro: Repertorio Americano debe ser revista ampliamente conocida de Ud. como lo es por todas las personas cultas y democráticas de América. La labor de esta revista nuestra como exponente de todo noble ideal panamericano llamada por eso mismo la tribuna de América se ha consolidado tanto a través de los años, que ya es opinión extendida al referirse a Costa Rica y a sus avances culturales, singularizar una y otros en este vocero del pensamiento honrado.
En esa inteligencia nosotros estamos conven.
cidos de que Repertorio Americano, independientemente de la figura prestigiadísima de don Joaquín García Monge, ha echado ya muy hondas raíces en la conciencia de América como uno de los motores fundamentales de todo problema social e ideológico matizado de justicia. Así es cómo, en esa enorme proporción, se ha convertido Repertorio en algo muy nuestro, muy de todos, en un conjunto imprescindible para el público costarricense y para la vida espiritual de los demás pueblos hermanos.
Ahora, si es cierto que Ud. como toda perso na culta, abunda en la misma comprensión del problema, no nos explicamos cómo aún existen individuos de avanzada, en el país y fuera de DE MONTALVO DICE MARTÍ: que fue gigantesco mestizo, con el número de Cervanles y la maza de Lutero Así habría que leer y entender este párrafo en el artículo de Martí que sobre Proaño, periodista sacamos en la entrega pasada. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica