DemocracyHitler

140 REPERTORIO AMERICANO algo como la venida del Mesías, que no llega.
Usted va contra los eufemismos, y, no pagándose de palabras, quiere democracias, pero no de oroplel, sino de verdad, y en las cuales quepa repetir, a toda hora, el postulado de Jefferson: la autoridad de los gobiernos se asienta en la libre voluntad de los gobenados.
Su libro tiene en mira principalmente el discutido problema de la independencia de Puerto Rico. Estarían, sí o no, los ultranacionalistas por torriqueños ilusionados como el perro de la fé.
bula, que al cruzar el río, soltó la presa que levaba en el hocico por también agarcar la que aparecía en el cristal de la corriente? Su libro proporciona para la discusión del arduo problema una valiosa contribución. También será lectura provechosa en los otros países iberoamericanos; en los unos, para consolidar y mejorar el régimen democrático de que gocen; y en los rezagados, para dar nuevos bríos y elementos de combate a las minorías democráticas que no creen en las decantadas maravillas de la taumaturgia de los gobiernos fuertes y providenciales, y que pugnan por que las prometidas garantias constitucionales y los principios democráticos dejen de ser mera música celestial. Su libro, en esos países rezagados merece, más que en los otros, honda meditación. En ellos, qué lejanas y desvanecidas se oyen las voces del patriota americano Patrick Henry, del siglo Xvin, dadme libertad o dadme la muerte.
Tal vez usted en sus juicios se deja llevar demasiado por la austeridad de sus convicciones; pero en estos asuntos, de tanto momento, para ser oído, no es malo alzar la voz.
Su atento y seguro servidor, RICARDO JIMÉNEZ (De La Tribuna, 17, enero de 1939)
cajinado caminara a la par suya, al compás de de Chicago, refiriéndose a la Conferencia de Lisus pasos, como si pudiera dar zancadas de gi ma, dice: De las 21 democracias representadas en gante.
la Conferencia sólo nueve Estados Unidos, ChiHablando en términos teológicos, para que le, Argentina, Colombia, Costa Rica, México, la sociedad se salve es preciso que cada individuo Nicaragua, Panamá y Uruguay pueden ser de finidas como Estados de gobierno popular. Las labre su propia salvación. Cuando esto se obtenga, todo lo demás, incluso el buen gobierno, nos sollas cosas que las 21 naciones tienen de común es estar situadas en el mismo hemisferio y su será dado, por añadidura. Lo que importa por ansiedad por buscar una protección contra los ahora, si es que queremos regeneración, y si es crecientes disturbios en el otro lado del mundo.
que lo queremos del fondo del corazón y no de Si el escritor hubiera hecho unos pocos cecortes en los dientes para afuera, es trabajar fuera del su lista de las nueve democracias: y si a la frase Congreso y sin preccuparnos mucho de él. De ansiedad por buscar una protección contra los esa manera egaremos a tener Congresos buenos crec. entes disturbios en el otro laao del mundo y eficientes. Es la tesis de mi amigo Tovar.
le hubiera agregado el complemento: que puePronto hará un siglo del gobierno de den Braulio, gobernante del género Bonaparte: un den poner en riesgo la independencia o seguridad de cada una. mi adhesión al juicio del columcerebro de gran administrador, servido por una nista del Times sería dada sin ceservas. Desgramano férrea, que hace añicos, sin escrúpulos, toda ciadamente, nos asustan las conquistas de euroresistencia. Le debemos el prototipo de los gobierpos y sobre todo, de japoneses y con razón. nos de fuerza, en Costa Rica; y, a un siglo de dispero las dictaduras nos dejan, a casi todos, retarcia, acabamos de tener otro, que le hace pensignados, y aun hay muchos que las consideran dant. Como salimos de las manos de don Braulio, buenas e imprescindibles. Desde los tiempos de así estamos. Carrillo puso fuera de la ley a don Joaquín Mora. Cayo Carrillo, y el gobierno posta: la conquista y a pesar de la independencia alcan zada en el siglo xix, han venido estos desdicharior de Alfaro, enemigo de Carrillo, puso fuera dos países, con pasajeras intermitencias, viviendo de la ley a todo aquel que alzase la voz, desconociendo al Gobierno. Don Braulio se indigno en pleno régimen hitleriano o mussolinesco. la cosa se le ha dado otro nombre. Eso es todo. Ancontra Alfaro y su Ministro, porque autorizaban taño lo que ahora llamamos influenza, usanel asesinato. Otro pudo indignarse, no don Braudo un italianismo, le decían aquí rempujón, y lio. Pero esto hace poco al caso. Lo que importa luego, trancazo, y después, gripe, valiéndose de es que distintos los gobernantes e iguales los proun galicismo, y, por último, influenza. Han camcedimientos. Variaron los Jefes del Estado, pero biado las denominaciones, pero la enfermedad es como el pueblo no había variado, como los cosla misma y endémica. Costa Rica, bien entratarricenses seguían siendo los mismos, el gobierno do el siglo xix, la gobernó dictatorialmente don de fuerza que es el que da epontáneamente la tieBraulio Carrillo. No usó el nombre de Fuehrer, rra como da el chirride, el jalacate y el tuete, sino el de Jefe Supremo, pero fue Fuehrer en perduró y lo hemos visto, entonces y después, toda la extensión del vocablo. Se declaró Jefe por largas temporadas, lozano y floreciente, hasSupremo de por vida; todos los demás funcionata en nuestros días. Se arranca, se vuelcan hacia exterminado.
el sol sus raíces, y lo cree uno rios estaban sujetos a ser removidos, menos él.
Promulgó, por sí y ante sí, la Constitución políPues nada; viene una lluvia propicia y resurge tica del país, a la que dió el inesperado y tragicon más vicio que nunca. Hay que cambiar a los cómico nombre de Ley de Bases y Garantía.
gobernantes, siempre es bueno; pero sobre todo, Ni Hitler ni Mussolini, en cuanto a poderes hay que cambiar a los gobernados. La herida ha omnimodos habrían podido envidiarle nada. Ha de sanar de adentro para afuera; y si no, cierra trascurrido casi un siglo y don Braulio es te en falso. Estas son mis ideas de viejo; y por eso nido por uno de nuestros grandes presidentes, no hago cola a la puerta del Congreso, y menos cuando no el más grande, y goza de inmensa pocodeo a nadie, para cogerle la delantera.
pularidad. En muchos de estos países, la democracia no es una realidad, sino un posible devenir, San José, Costa Rica, enlero 12, 1939.
Señor don Ricardo González Ruiz, Cataño, Puerto Rico. CANSANCIO MENTAL Señor mío: NEURASTENIA Le acuso recibo del obsequio de su interesante Libro Alerta; y le envío mis agradecimientos.
SURMENAGE Es una formidable acusación fiscal contra mu FATIGA GENERAL chas de las llamadas democracias iberoamericanas. No querr. a yo ser vocal del jurado que la fa lara. En su libro Costa Rica sale bien librada.
son las dolencias Me parece que demasiado bien librada. Se lo que se curan agradezco como costarricense. La emprende usrápiamente con tedy hace bien contra la mentira convencional, como priva en estos pueblos, acerca de que se goza de instituciones libres y democráticas. Con mentiras y lirismos ni se eleva el nivel del bienestar social, ni menos se fabrican y mantienen efectivas libertades. En la Conferencia de Lima el medicamento del se habló mucho sobre lo peligroso del trasplante de los métodos soviéticos, nazis y fascistas cua) dice el nuestros suelos. En aquella oratoria hay mucho distinguido Doctor de bunk. Comprendo que hay numerosas razones Peña Murrieta, que de peso, decisivas, para que las veinte naciones del continente que no hablan inglés hagan presta grandes servicios a causa común con la anglo americana; pero entre esas buenas razones no hay para que incluir la de tratamientos dirigidos severa mantener en salvo la democracia, de que habló y científicamente.
Wilson. Para mantener hay que tener, y ambas cosas no son lo mismo. Un columnista del Times Al referirme a don Braulio Carrillo como gobernante, en esta ocasión como en todas las otras en que pública o privadamente he tenido que hacerlo, jamás he dejado de reconocer muchas do:es suyas que lo hacen un hombre destacado realmente en nuestra historia. Sé que era trabajador, que era probo, que obraba pensando de buer fe que hacía el bien del país. Pero si reconozco estos méritos, no he dejado de mirar sus defectos, sobre todo el que lo llevó a mandar como un dictador; y por convicción profunda de mi espíritu yo censuro el gobierno dictatorial, porque pesa sobre el derecho a ser y vivir Libres que tienen todos los hombres. No hay tal inquina contra Carrillo sino natural oposición a la mano fuerte del mandatario que para gobernar como él quiere sin consulta ni respeto a la pinión pública, hace caso omiso de su condición de servidor del país para convertirse en su mandón No creo tampoco que pudiera justificarse lo de Carrillo como producto del tiempo; si, según el mismo comentarista, las condiciones políticas del país son ahora las mismas de la época de Carrillo, nada justificaría entonces una dictadura en su tiempo como nada la justificaría hoy. Pero añadamos otros conceptos: cuando Carri o surgió a la vida pública nacional en el plano destacado en que actuó, ya la filosofía liberal era el pan de los espíritus cultos del mundo; ya había pasado la revolución francesa, ya se conocía a los enciclopedistas, ya había tenido lugar la revolución norteamericana alentada por el espíritu de la libertad y de la democracia, ya en la América del Sur era moneda corriente hablar del gobierno popular y condenar las cadenas. La misma revolución de 1830, la de julio, había tenido lugar marcando un rumbo hacia la liberalidad política en Francia, y los espíritus del nuevo mundo, los más avanzados, se abrevaron en las fuentes francesas; el propio don Braulis hacía adoptar el código de Napoleón, con lo Kinocola que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica