370 REPERTORIO AMERICANO sus la semana; en Santa Ana los lunes, en la del día, seguido de un torrente de luz presente todos los días, viéndola luchar Concepción los martes, en los Desam plácida y serena, de comentarios morales, con la indigencia, y cumplir con sus deparados los miércoles, en la Trinidad los prácticos, fáciles, aplicables a las situa beres. La Providencia la ha sacado de jueves, en Santa Lucía los viernes, en San ciones todas de la vida. Ay! y qué lás conflictos por manifestaciones visibles, Juan de Dios los sábados, y en la Matriz tima es que aquel Sócrates, propagador auténticas para ella. Mil casos nos ha los domingos.
en San Juan de los preceptos más puros contado para edificarnos, en prueba de Pero estas pláticas doctrinales, en que de la moral evangélica, no haya dejado esta vigilancia de la Providencia sobre sucesivamente tenía por auditorio la po nada escrito sobre su interpretación del criaturas. Una vez que volvía de blación entera de la ciudad, tienen un espíritu de nuestra religión, hallándose casa de una hermana suya más pobre carácter tal de filosofía, que me hacen sólo en los recuerdos de las gentes de que ella, desconsolada de no haber ensospechar que aquel santo varón conocía su época, fragmentos inconexos y que contrado recursos para el hambre de un su siglo XVIII, su Rousseau, su Feijóo y demandan perspicacia, estudio y discer día, que había amanecido sin traer consus filósofos tanto como el Evangelio. nimiento para darles formas de doctrina sigo su pan, halló sobre el puente de En los pueblos españoles, más que en seguida. La religión de mi madre es la una acequia, en lugar aparente y visible, ningunos otros de los cristianos, han re más genuina versión de las ideas reli una peseta. Quién la había conservado sistido a los consejos de la sana razón giosas de don José Castro, y a las prác allí, si no es la Providencia? Otra vez prácticas absurdas, cruentas y superstiticas de toda su vida apelaré para hacer sufrían ella y sus hijos los escozores del ciosas. Existían procesiones de santos y comprender aquella reforma religiosa in hambre, y a las doce del día abre con mojigangas que hacían sus muecas detentada en una provincia oscura, y donde estrépito las puertas un peón trayendo lante del Santísimo Sacramento; y peni se conserva en muchas almas privilegia un cuarto de res que le enviaba uno de tentes aspados en Semana Santa, disci das. Alguna vez mis hermanitas solían sus hermanos, a quien no veía hacía un plinantes que se enrojecían los lomos decir a mi madre, recemos el rosario, y año. Quién si no la Providencia había con azotes desapiadados; otros enfrenados ella les respondía: esta noche no tengo escogido aquel día aciago para traer a la que se pisaban las riendas al marchar en disposición, estoy fatigada. Otra vez decía memoria del hermano, el recuerdo de su cuatro pies, y otras prácticas horribles ella: irecemos, niñitas, el rosario que hermana? en mil conjeturas difíciles he que presentan el último grado de degra tengo tanta necesidad! convocando la visto esta fe profunda en la Providencia dación a que puede el hombre llegar. familia entera, hacía coro a una plegaria no desmentirse un solo momento, alejar Don José Castro, apenas fué rombrado llena de unción, de fervor, verdadera la desesperación, atenuar las angustias, y cura, descargó el látigo de la censura y oración dirigida a Dios, emanación de lo dar a los sufrimientos y a la miseria el de la prohibición sobre estas prácticas más puro de su alma, que se derramaba carácter augusto de una virtud santa, brutales, y depuró el culto de aquellas en acción de gracias por los cortísímos practicada con la resignación del mártir, indignidades.
favores que le dispensaba, porque fué que no protesta, que no se queja, espeExistían entonces en la creencia popular siempre parca la munificencia divina con rando siempre, sintiéndose sostenida, apoduendes, aparecidos, fantasmas, candeella. Tiene mi madre pocas devociones, y yada, aprobada. No conozco alma más lillas, brujos y otras creaciones de antiguas las que guarda revelan las afinidades de religiosa, y sin embargo, no vi entre las creencias religiosas, interpoladas en las de su espíritu a ciertas alusiones, si puedo mujeres cristianas otra más desprendida casi todas las naciones cristianas. El cura expresarme así, de su situación con la de las prácticas del culto. Confiésase tres Castro las hizo desaparecer todas, persede los santos del Cielo. La virgen de veces en el año, y frecuentara menos las guidas por el ridículo y la explicación los Dolores es su madre de Dios; San iglesias si no necesitara el domingo cumpaciente, científica, hecha desde la cátedra, José, el pobre carpintero, su santo patrón; plir con el precepto, el sábado ir a conde los fenómenos naturales que daban y por incidencia Santo Domingo y San versar con la virgen, y el lunes enco.
lugar a aquellos errores. Fajábanse los Vicente Ferrer, frailes domínicos, ligados mendar a Dios las almas de sus parientes niños, como aún es la práctica en Italia por tanto a las afecciones de familia por y amigos. El cura Castro aconsejaba a y otros países de Europa, ricos en preola orden de predicadores; Dios mismo ha las madres no descuidar el decoro de su cupaciones y tradiciones atrasadas. ΕΙ sido en toda su angustiada vida el ver posición social, por salir a la calle para cura Castro, acaso con el «Emilio» esdadero santo de su devoción, bajo la ir a misa; debiendo una familia presenadvocación de la Providencia. En este condido bajo su sotana, enseñaba a las tarse siempre en público con aquel ornato madres la manera de criar a los niños, carácter, Dios ha entrado en todos los y decencia que su rango exige; y este las prácticas que eran nocivas a la salud, actos de aquella vida trabajada; ha estado precepto practicabalo mi madre en sus la manera de cuidar a los enfermos, las días de escasez, con la modestia llena de precauciones que debían guardar las dignidad que ha caracterizado siempre CABALLEROS: embarazadas, y a los maridos en sus acciones.
versaciones particulares o en el confesosus vestidos de casimir, Todas estas lecciones de tan profunda nario, enseñaba los miramientos que con sabiduría eran parte diminuta de aquella sus compañeras debían tener en situacioSeñoras y Señoritas: simiente cerramada por el santo varón, y nes especiales.
fecundada por el sentido común y por Su predicación se dividía en dos parsus abrigos a la medida el sentimiento moral que encontró en el tes, la primera sobre los negocios de la o sus vestidos estilo sastre, corazón de mi madre.
vida, sobre las costumbres populares, y SOLO LA su crítica, hecha sin aquella grosería de. La posición social de mi madre estaba improbación que es común en los prediSASTRERIA tristemente marcada por la menguada hecadores ordinarios, obraba efectos de rencia que había alcanzado hasta ella.
corrección tanto más seguros, que Don Cornelio Albarracín, poseedor de venían acompañados de un ridículo la mitad del valle de Zonda y de tropas lleno de sal y de espiritualidad, a punto de carretas y de mulas, dejó después de de ser general la risa en el templo, de doce años de cama, la pobreza para rereir él mismo a llenarse los ojos de de Francisco Gómez e Hijo partirse entre quince hijos, y algunos lágrimas, para añadir en seguida nuevos podrá complacerlos, solares de terrenos despoblados. En 1801 chistes que interrumpían la plática; hasta doña Paula Albarracín, su hija, joven de que el inmenso concurso atraído por los UNICA ESPECIALIZADA EN ESTA veintitrés años, emprendía una obra sugoces deliciosos de esta comedia, desCLASE DE TRABAJOS perior, no tanto a las fuerzas, cuanto a cargado el corazón de todo resabio de la concepción de una niña soltera. Había mal humor, tranquilizado el ánimo, el Haga una visita y será bien atendido habido el año anterior una grande escasacerdote decía, limpiándose el rostro: TELEFONO 3283 sez de anascotes, género de mucho con Vamos, hijos, ya nos hemos reído bassumo para el hábito de las diversas órtante, prestadme ahora atención: POR LA Frente a Compañías Eléctricas denes religiosas, y del producto de sus AVENIDA CENTRAL SENAL DE LA SANTA CRUZ. etc. y a contejidos reunido mi madre una pequeña tinuación venía el texto del Evangelio suma de dinero. Con ella y dos esclaconLa Colombiana Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica