REPERTORIO AMERICANO 347 Con don Julián Volio En El Renacimiento, de Cartago, 22 de octubre de 1919, hay una carta de Ricardo Jiménez a su Director, de la que sacamos este párrafo.
Completa puede también hallarse en este semanario, Nº del Tomo I, 15 de noviembre de 1919.
Sea esta tumba para cuantos la visiten, fuente de inspiraciones simples y patrióticas; y de la oscuridad de esa fosa, salga esa luz, así como de la oscuridad de la noche brota triunfante el sol. Palabras de don Ricardo Jiménez al in humarse los restos de don Julián Volio, el 28 de noviembre de 1889. tocó ser órgano de tan levantada política; y el memorable despacho en que ella se consignó, sigue siendo el canon tradicional e inmutable de la Seccetaría de Estado que hoy está en mis inexpertas manos. Desde entonces y para siempre, quiéralo el destino, pudo llamarse Costa Rica el seguro asilo de los emigrados políticos, la Suiza de Centro América.
La energía, dignidad y amor de la justicia y de su patria, de que dió prueba en esa casión el señor Volio, fueron siempre los rasgos distintivos de su naturaleza. Esas mismas virtudes le dieron aliento en su conducta con el Presidente Barrios, en su ostracismo voluntario de la politica durante muchos años y en la lucha inolvidable que emprendió en la Asamblea Constituyente de 1880, para que se restituyera al pueblo el goce de su soberanía.
El recuerdo de esas virtudes sírvanos, señores, para que llevemos de este acto tristísimo la impresión de que quien ha sido fiel a su conciencia y a su patria, no ha hecho surcos y sembrado en el mar, pues deja cosechas de bienes para sus semejantes y una memoria respetada y envidiada. fines de su administración, el General Guardia convocó una Constituyente. Tuvieron asiento en ella personas muy notables. La figura descollante fue don Julián Volio. El encanto de su palabra aún me dura. Yo era un mozalbete, siempre pendiente en las barras, de sus labios y listo a aplaudir sus golpes de maza, sus lecciones de democcacia y sus elocuentes invectivas. Había vivido él en California, y por haber vivido alli, era ferviente admirador de los americanos; y se esforzaba aclimatar aquí las ideas y prácticas políticas del norte. Nada más loable y nada más necesario. No lo pensó así el General Guardia; y una mañana apareció cerrado, por orden suya, el Salón del Congreso. No se plantó el cartel de So alquila, que Cronwell fijó en el edificio del Parlamento, pero el resultado fue igual. don Julián lo mandaron a su finca de San Ramón; y en seguid sin conmoción, todo recobró su pasividad y resignación de antes. Por qué? Porque don Julián iba muy adelante de sus contemporáneos; porque no representaba los deseos vivos y las posibilidades de éstos; porque pretendía lo imposible, esto es, que el muchacho encajinado caminara a la par suya, al compás de sus pasos, como si pudiera dar zancadas de gigante.
Cuando don Julián Volio compró la propiedad que es ahora de don Horacio Rodríguez, dirigió a la Municipalidad la carta que hemos copiado y que a la letra dice. Municipal. Al de la calle ronda de esta Villa fue abierta hace muchos años una calle que divide una propiedad mía de otra del señor Manuel Badilla; pero que por carecer de salida y ser por consiguionte inútil al público, se cerró por quién sabe cuál de mis antecesores en la referida propiedad hace muchos años, viniendo desde entonces a aumentar mi fundo. Pero como yo no quiero servirme de lo ageno, denuncio la expresada calle y pido se me venda, previos los por.
21EM Si cada uno de nosotros debiera morir cuando ha cumplido su deuda para con la patria y no antes, a la manera que uno no está exento del servicio militar sino cuando lo ha pagado, hace muchos años que el señor Volio hubiera podido desatarse de los dolorosos lazos de la vida, y gozar el reposo que la naturaleza tan tacdiamente le ha concedido. Por olvidadizos de nuestros benefactores que seamos. y harto lo somos por desgracia. será, sin embargo, necesario que el culto por nuestra historia se reduzca a cenizas, y éstas a rescoldo frío, para que se pierda el recuerdo de tan numerosas acciones importantes del señor Volio, ya como Secretario de Estado en varios departamentos, ya como constituyente o diputado ordinario o jurisconsulto; y si quisiéramos condensar en una fcase sus aptitudes, su celo y patriotismo, bien podríamos decir que, para la República, fueron siempre sus servicios, verdaderos beneficios, De muchas de las medidas de que el fué autor o solícito y hábil colaborador, no encontramos ya trazas; que en la evolución continua de la sociedad, las nuevas condiciones de cada día requieren por lo general nuevas adaptaciones, que rectifican o anulan las anteriores. Pero sin embargo, hay entre otras un acto suyo que conserva su fecundo poder, y el cual me permito recordarlo porque lo considero una de las más bellas páginas de su vida pública. Un ex Presidente salvadoceño nos pidió hospitalidad, y la obtuvo; y Gobiernos centroamericanos pretendieron que lo expulsáramos de nuestro territorio. pesar de la conciencia de nuestra pequeñez, y de que negarnos era entrar en un período de dificultades, cuya crisis podría traer una guerra, sin jactancia pero sin temor, resistió Costa Rica la expulsión de ese hombre que no tenía ante sus ojos otros títulos que los de proscrito y asilado; y la resistió como hubiera resistido la entrega de una de sus provincias. Al señor Volio La tumba de don Julián Volio en el Cementerio General Epitafio JULIÁN VOLIO (1827. 1889)
Corpus obruere tenebrae: mens super Patriam perlucet.
Unius pro cunctis officia beneficia fuere. FERRAZ Como si dijera: El cuerpo ha entrado en las tinieblas: la mente sobre la Patria explende.
De uno, los beneficios para todos son. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica