Ricardo Falcó

382 REPERTORIO AMERICANO. es verUna carta y un romance nuevo de Juan Ramón Jiménez Cerramos. a fines del año XX de este semanario. el tomo XXXVI, que con tantos desvelos hemos podido llevar a cabo. con una sentida carta y un hondo romance de Juan RAMON JIMÉNEZ. Nos honramos publicándolos. Reaniman voces de estimación y aplauso como las de este gran poeta de las Españas. Su carta de veras nos ha conmovido.
Conste así, llenos como quedamos, de la más profunda gratitud; llegan muy a tiempo dad. las palabras reconfortantes del insigne poeta. avisamos que el tomo inmediato, el XXXVII, estará consagrado a la memoria de nuestro Señor Don Quijote, en la perdurable lección de sus dichos y aventuras. Sin descuidar a Sancho, por supuesto. Tengamos fe en el quijotismo, sirvamoslo. Dígalo, si no, el admirable don Miguel de Unamuno!
a) Gracias al apoyo crédito, paciencia, etc. que nos han concedido los improsores catalanes don José Borrasé y don Ricardo Falcó Mayor.
La carta: Coral Cables, 16 nov. 39.
Señor García Monge.
San José.
Querido amigo de siempre: Soy el escritor menos epistolar del mundo.
Pero escribo bastantes cartas con el espíritu. Tantos años escribiéndole a usted así, dándole gracias por tantas cosas, por su fe, su constancia, su lealtad, su heroísmo. iY también por su amabilidad constante conmigo, ingrato en apariencia por abstracción y ansia interna. Estoy mirando un número de su REPERTORIO.
Veinte años de generosidad y cultivo. Qué herJuan Ramón Jiménez (1935)
mosa obra! Yo he seguido siempre de cerca su labor; y he tenido su revista siempre que la he encontrado, desde su fundación. Ahora me la envía de La Habana la Srta. Martínez Márquez, pero con irregularidad y pérdida frecuente. Bueno, no me he muerto sin decirle amigo con signos visibles. le envio para su, nuestro REPERTORIO un nuevo (y le enviaré otros trabajos. hoy un buen abrazo, abierto hace mucho tiempo.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ romance The Alhambra, Circle, Coral Cables. La Florida. Por todo el invierno.
El romance: Pinar de la eternidad Ea la luz celeste y tibia de la madrugada lenta, por estos pinos iré a un pino eterno que espera.
No con buque sino en onda suave, callada, serena, que deshaga el leonar de las olas batalleras.
Me encontraré con el sol, me encontraré con la estrella, me encontraré al que se vaya y me encontraré al que venga.
Seremos los cinco iguales en paz y en luz blancas, negras; la desnudez de lo igual igualará la presencia.
Todo irá siendo lo que es y todo de igual manera, porque lo más que es lo más no cambia su diferencia.
En la luz templada y una llegaré con alma llena, el pinar rumoreará firme en la arena primera JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica