Civil WarWorld War

REPERTORIO AMERICANO 75 poesía de Prados, Cernuda, Alejandro y los demás poetas españoles de este momento, que esa deshumanización. ha de perdurar la poesía de estos hombres rodeados y amenaza.
dos por la desolación torturante de la guerra, porque es poesía humana, de profunda bumanidad. Como la de Emilio Prados, que tanto le dice al corazón. Inserto aquí la parte titulada Permanencia, de su Estancia en la Muerte con Federico García Lorca: España. pesar de la guerra, se preocupan por asuntos como éstos: El Arte como Herramienta de Lucha. por David Siqueiros.
dictado en febrero, 1937; Lo que Solana y Sauto Pueden Ser. por Ramón Gaya. El Poe.
ta como Juglar de Guerra. de Juan Gil Albert: Los Héroes Epicos y el Pueblo. de Dámaso Alonso: El espíritu del Pueblo en la Formación del Idioma. por don Tomás Navarro Tomás.
Hemos mencionado estos datos para que sir.
van de sostén a nuestro propósito. En revistas, libros y conferencias, están recogidas las fe.
cundas oraciones de hombres que han mostrado una agilidad superior, una vibración de honda percusión, un sentir de agua honda, y que bajo el fuego de la metralla, de la muerte que acosa, de la guerra desoladora, han surgido más puros que nunca al arte. Antonio Macha.
do, Manuel Altolaguirre, Sánchez Barbudo, Rosa Chacel, Bergamín, Luis Cernuda, León Felipe, Max Aub, Rafael Alberti, Arturo Serrano Playa, y un centenar más, son los nombres que salvan la continuidad de la cultura española para España y el mundo. La vocación artística no puede perderse en una guerra y en una angustia, ya que esa vocación no fué nunca otra cosa que guerra y angustia. dice Ramón Gaya en uno de sus ensayos. Del poeta Manuel Altolaguirre, en plena agilidad creadora de juventud 32 años de edad ahora nos ha impresionado hon.
damente su poema: Ultima Muerte escrito en febrero de 1937.
honda conmoción de la guerra civil para apercibirse de su destino social y co.
lectivo. El viejo destino de la más an.
tigua poesía. También a nuestros humanistas e intelectuales para el sentimiento de una viva cultura humana. La cultura en vo, unida a nuestra propia carne. Caliente de vida, sangre y huesos nuestros. Forzosamente el poz.
ta, si lo es con plenitud, es un revolucionario (como nos viene en ayuda la significación creadora de su etimologia. Nuestros mejores poetas se han vinculado en carne y hueso a nuestra lacha libertadora y creadora, porque su misma sensibilidad y cultura les ha obligado a sentir y a pensar socialmerte, unidos humana y poéticamente a las fuerzas renovadoras. Así se expresa Bernardo Clariana al hablar del Humu no Trance de Nuestra Poesía. Aunque la luz te niega desertando tus límites y no cntibia tu sangre contra el cielo sus tactos; aunque tu voz no eleva los ecos que la aguardan marchitando en la piedra que enmudece en tu olvi do.
Aunque el alto lucero cumpliendo su mensaje noche tras noche enciende sin rozar con su sombra, pr. cisando en el tiempo su temor cotidiano. pueden gemirse ausente los bordes de mis pulsos?
Jamás podrá perderte la tierra de mi cuerpo que pisas los caminos de su latir profundo.
Basta cerrar mis ojos para que te levantes: si el viento te ha perdido, mi sangre puede ha llarte.
Basta cerrar mis ojos; que si estás en la muer te.
sólo de esta manera yo muerto te figuro: coninigo caminando pulso a pulso hacia dentro, mientras fuera te cantan los que no te conocen. Es la guerra, mi voz acostumbrada a cantar el amor y el pensamiento, canta esta vez el odio y la locura.
El nombre en las cenizas del mundo se deshace; Su nombre quede entero bajo el sueño del aire Termina con estos versos. Ultima muerte: la paz, No sé si cantar la vida o si la muerte llorar.
Marinero, marinero, eras río, ya eres mar.
No sé a qué tono cantar para ser más verdadero, que si al compás de tu muerte nació la paz, sea más fuerte mi dicha que mi pesar.
Ultima muerte: la paz, No sé si cantar tu muerte o si mi vida llorar.
Las mortíferas cargas de metralla que han desolado calles, plazas, viviendas, escuelas, hospitales, museos y bibliotecas, no han podido acertar su puntería en la potencia viva de creación del artista español. Hasta el espíritu no alcanza la devastación. Porque en el espíritu el dolor angustioso no se traduce en impotencia. Es el más poderoso agente de fecundación en todos los tiempos. Sobre todo ahora, para el hombre de España. Bien lo dice Antonio Sánchez Barbudo, uno de ellos: De las conferencias Lo que Solana y Souto Pueden Ser y El Poeta como Juglar de Guerra. de Gaya y Gil Albert respectivamente, separamos algunas ideas que encajan en nuestro propósito de señalar la misión tras.
cendental que se han impuesto y van realizan.
do los intelectuales españoles de hoy. Defender la cultura es no dejarla descansar. dice Gaya. comenta un oyente: Estas palabras imponen un ineludible deber a los artistas que se desenvuelven en la tranquilidad angustiosa de la retaguardia. Las serenas y emocionantes frases de Gil Albert dicen. el poeta y el pueblo, antes de esta guerra, estaban unidos por el sufrimiento, pero el poeta no ha producido ahora una poesía de guerra original: animadosa de esas heca tombes modernas que ciertos Estados pretenden presentarnos como una risueña fatalidad engendradora de vida. No. la guerra sigue siendo la diosa para ellos. No es la guerra sino la revolución la que todos queríamos.
Los españoles aceptamos la guerra como un deber. pero el deber rara vez se canta cuando es de naturaleza homicida. En todo pe.
ríodo de fervor bélico el arte permanece mudo. Sólo parece propicia a la creación, esa calma de mentida paz en que la humanidad se pasa incubando las guerras destructoras que a través de la historia vuelven fatalmente. Después de las grandes luchas se hace siempre la literatura de esa lucha. Los romances eran en la Edad Media y en los siglos del renacimiento, reminiscencias de épocas anteriores. La guerra mundial está todavía hov alentando una producción literaria cuyo máximo intérprete es sin duda Erich María Remarque. Sin embargo, esta esta guerra de hoy en España ha empujado el artista a la creación al compás de la muerte. las circunstancias en las cuales se va forjando la obra, es precisamente lo que nos maravilla. pesar del brutal dolor que padece cada español en alma y cuerpo, ese dolor no ani.
quila al artista. Ha servido para afirmar la hombría, intensificar la fe humana y hacer más intensa la concepción poética. No hay corriente de goce que no venga de una lejana fuente de amargura. Antes leíamos con frialdad a los poetas actuales de España: Prados, Altolaguirre, Cernuda. Nos dejaban las más de las veces esa sensación estática, de hombres cansados que habían adoptado una actitud de aristocracia artística para encubrir una poesía sin alma. Lo que ha llamado Ortega y Gasset la deshumanización del arte nos parecia haberlo encontrado precisamente en algunos poemas de los que Gerardo Diego incluyó en la primera Antología de Poesía Española. Hoy, sin embargo, nada más alejado de la vida y la Aletea entre estos nombres de poetas españoles el de Federico García Lorca. Víctima prematura de la salvaje guerra destructora. Casi nos parece imposible no pensarlo vivo, uno más entre los que forcejean por salvar la cultura de España de la crisis. Los asesinos que le mataron han despojado a España del cantor más excelso que iba a tener su trágica epopeya. Federico García Lorca ha quedado en el corazón de todos sus contemporáneos.
Acorde sostenido de emoción. Su muerte es el más elocuente Yo acuso. Ha sido tema fre.
cuente y lo seguirá siendo por mucho tiempo, de algunas de las más bellas páginas de la literatura de todo el mundo.
Con profundo respeto leemos fervorosamente las páginas que nos dan el sentir de los intelectos más ilustres de España y la razón vital de su labor artística. Citemos, para no alterar con el recuerdo. nosotros no nos interesa la renovación literaria sino la renovación total de la sociedad, el enderezamiento del hombre hacia su último destino. no nos interesa la literatura por la literatura, ni el arte por el arte, porque para nosotros, arte o literatura es verdad, poesía, drama y no juego; es hombre, libertad.
Es amor por toda la humanidad lo que emana la obra de arte que crea España en estos momentos. Sentimos la seguridad que brin.
da al mundo la labor de los intelectuales. Ellos son los verdaderos pacifistas, los únicos que sienten la hermandad sin fronteras y conciben la vida en función vital. La renovación del mundo le importa al artista. No su destrucción. El contraste no puede ser más violento con los otros, los mercaderes sin escrúpulo, que no pueden respetar al hombre, porque no pueden comprender lo que un hombre por sí vale. Qué esperanza puede tener la humanidad en los que se complacen aniquilando vidas por deporte, y celebran con júbilo la perfección de un aparato destructor más. qué puede ser más dolorosamente inmoral que hundir un barco y ofrecer en canje otra lujosa embarcación para saldar así una cuenta impagable?
Meditemos en la significación que encarna el hecho maravilloso de la fecundidad del arte español en estos tiempos de guerra. Tiene Fué preciso este suceso violento de la guerra civil para que los ojos del poeta se volvieran de nuevo a la vida.
Les faltaba, en fin, a nuestros poetas, la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica