REPERTORIO AMERICANO 267 Carta alusiva Santiago de Chile, 12 VII 38.
Mi muy estimado señor Monge: Le escribo estas líneas para agradecerle a usted por el bondadoso envío del Repertorio Americano. He leído los números salidos últimamente, con sumo interés. Puedo decirle francamente que no hay otra revista hispanoamericana de valor igual a la de Ud.
Me honra mucho su deseo de publicar en el Repertorio mi conferencia sobre Freud. Le agradezco muy sinceramente no sólo por razones de orden individual, sino que le agradezco también por la justicia que hace usted a los judíos perseguidos en Alemania y Austria por los nacistas. Conozco esta tragedia por el sinnúmero de cartas que recibo de Alemania, Austria, Polonia, de intelectuales y profesionales obligados a emigrar, sin saber a dónde dirigirse.
Con el mismo correo me permito enviarle a usted un ejemplar de mi librito Indoamericanismo y Raza India, que resume mi concepto formado en 12 años de permanencia en este Continente.
Lo saluda muy cordialmente su sincero admirador LIPSCHÜTZ Prof. Dr. Lipschutz, Autor de la conferencia sobre Freud que damos en este número Oh, raza inquieta, irresistible!
Raza la más amada! De tanto amarte me llega a doler el pecho!
Aún sufriendo, vibro de alegría, encendido de amor para con todos, oh, adelantados de la nueva frontera!
Alzad la enseña madre, que flamee la dulce compañera, que por encima de todas Ondee la divisa estrellada. Inclinad, silenciosos, la cabeza. Empuñad la insignia marcial y bravía, austera, impasible y temeraria, oh, adelantados de la nueva frontera. Denodados hermanos, hijos mios, ni cejar ni desfallecer, que a nuestra retaguardia, en el pasado, millones y millones de fantasmas nos hacen señas imperiosas, oh, adelantados de la nueva frontera. Adelante, en filas apretadas, con nuevos reclutas de reserva, para llenar sin demora el claro que cada muerto deja.
Entre el fragor de la batalla o en medio de la derrota, sea la consigna ;adelante. estigma el detenerse, oh, adelantados de la nueva frontera!
Oh, morir en la marcha. Que hemos de sucumbir algunos. Qué ha llegado la hora?
Si en la marcha perecen los más aptos, no tardaremos en rellenar la brecha, oh, adelantados de la nueva frontera!
Los pulsos todos del mundo laten de consuno con el ritmo y contrapunto del Oeste, sea que uno ande solo o marche en grupo, rumbo al frente común de nuestra lucha, oh, adelantados de la nueva frontera. Los múltiples, complejos aspectos de la vida, toda forma y espectáculo, cualquier obrero en su trabajo, lobos de mar y campesinos, señores de la tierra y sumisos esclavos, oh, adelantados de la nueva frontera. Amantes precitos de labios sellados, cautivos de las cárceles, justos y pecadores, dichosos y cuitados, vivos y moribundos, oh, adelantados de la nueva frontera!
Yo mismo, con mi alma y con mi cuerpo a cuestas, trinidad peregrina que ora pierde o halla el camino, a tientas por las playas, en las sombras envuelto, perseguido de fantasmas, oh, adelantados de la nueva frontera!
La esfera terrestre que se abalanza y gira!
Contempladla y contemplad los astros que la circundan, racimo de soles y planetas, dias astrales que deslumbran la mitada, místicas noches de ensueño, oh, adelantados de la nueva frontera!
Nuestros son éstos y aquéllos y a nuestro auxilio acuden.
De todo ha menester la vida. Entre ellos aguardan su hora los que han de seguirnos.
Hoy, nos toca encabezar la romería y quitar la broza del camino, oh, adelantados de la nueva frontera. Salud, hijas del Oeste!
Oh, las niñas y sus hermanas mayores! Oh, madres y esposas!
Que nunca os dividáis entre vosotras: en nuestras filas debéis manteneros unidas, oh, adelantados de la nueva frontera!
Trovadores anónimos aún en las llanuras (amortajados bardos de otras tierras, descansad en paz, vuesra misión está cumplida)
no tardaréis en acercaros, con el canto en los labios, uniendo a nuestro paso vuestras pisadas, oh, adelantados de la nueva frontera!
Nada de blandos deleites, ni cojines ni chinelas, ni tranquilidad y estudio.
Tampoco las riquezas que atosigan: no queremos los placeres cortesanos, oh, adelantados de la nueva frontera. Que se harten los golosos y que los dormilones se entreguen al sueño.
Duerman, si quieren, bajo siete llaves. nosotros nos basta con un sobrio sustento y con una manta a ras del suelo, oh, adelantados de la nueva frontera. Ha cerrado la noche. Se hizo arduo el camino en el último trecho. Nos detuvimos acaso, decaído el ánimo y la frente inclinada?
Por una hora fugaz os dejaré entregaros en brazos del olvido, oh, adelantados de la nueva frontera!
Hasta que al son de los clarines desde lejos os llegue el anuncio del despertar del dia.
Atención! Sonora y distinta llegue la voz a nuestras filas.
Sus! Formar en la vanguardia! Sus! Cada cual en su puesto!
oh, adelantados de la nueva frontera!
Nota del traductor: Hay palabras que no pueden, o no deben, traducirse. Tal el caso de pioneer, en el sentido en que la usa Walr Whitman en esta poesía, intitulada Pioneers! Pioneers! Los pioneers de esta hermosa composición son los esforzados hombres y mujeres que, en la segunda mitad del siglo diecinueve, se aventuraron por las tierras yer mas del Oeste de los Estados Unidos, venciendo toda clase de privaciones y de obstáculos. Fueron ellos los colonizadores de lo que hoy constituye una región inmensa, rica y progresista. La versión castellana de la poesía de Walt Whitman fué preparada especialmente en la Oficina de Cooperación Intelectual de la Unión Panamericana para la presente colección: Gentes de América (Antología, versos bispanoamericanos, casi todos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica