REPERTORIO AMERICANO 367 TU NO LO SABRAS Por encima de las desesperanzas he tenido el anhelo de hacerte feliz y vivo el misterio de amarte en silencio.
Tú no lo sabrás que aparto ya el choque viviendo el momento.
La ráfaga entonces silba su quejido, penetra cavernas en la obscuridad.
Tú no lo sabrás que aparto yo el choqne.
me acerqué a tu lado.
buscando el espacio de tu soledad.
Asi fué escondido el fuego sagrado.
No sabrás que te amo silenciosamente!
es fuerte valor callar lo que siento.
Que si digo un algo te puedes quejar.
Da rigor en tu alma mi dolor tan cruento?
Mi calor aviva este fuego santo.
Puedo amarte al gusto, disculparte aquello. No sabrás tampoco que es mío el misterio de adorarte tanto. Sin que sepas nunca, buscaré el reposo de amarte con calma. ya que no lo sientes quiero hallar el modo de verte en mi alma!
que perfuma el ambiente, refresca hasta los polen que ocultan en capullo! en las tiernas simientes un murmullo estremece, al roce que ella vierte en su secreto albergue.
Va la lluvia hermosenando los cármenes y huertos. escondida en la tierra, naturaleza esplende. Robustece su aliento con el vaho de la tierra, va aliviando las hojas del que las Seca. ya colgada en los hilos que la brisa alli ensarta, sus gotas transparentes lucen nítidas perlas. Agua dulce. agua de lluvia. que alegra las chozas tristes, y los veranos destierra!
Dame ese sabor sabroso, que me da tu agua de lluvia, para que pueda filtrarme deliciosa. entre la piedra!
Esa brisa terca, o esa brisa rara.
que se mete en tus libros, y en todo!
Que se envuelve en tu ropa de seda y le quita las huellas del polvo. Te persigue siempre, nunca está cansada esa brisa rara, esa brisa alada, simulando malicia lejana.
sale de tu puerta, y entra en tu ventana!
Esa brisa buena, esa brisa rara que vive a tu lado, o te hace una cosa. no te dice nada, si te da en la cara, te mueve el cabello, te inquieta, o te roza?
FRAGANCIA DE AZAHARES Está la tierra húmeda, regada de azahares.
baja la noche, reposando su capa llena de obscuridad; pasa el claro de luna por las redes de hojas, como pasa la ninfa que recorre descalza riberas azuladas de un mar de inmensidad.
Respóndeme. Te llamo en el silencio de esta hora.
te busco en el recodo del querer.
Te aspiro en la fragancia de estas flores que perfuman mi tibia palidez. Descansas? mi anhelo no te deja reposar sin reclamo.
Te acoso con las garras del deseo, cual las fibras de carne entre mi mano.
Respóndeme. No oyes las voces del alma que te nombra suyo, que te llama dueño. No escuchas el triste graznido que brota dulcísimo, quedo, como ave en derrota, que busca al amante después de la nieve y el frio del invierno. Fragancias de azahares disueltas en la luna, perdidas en la sombra de un frio anochecer.
Sola, exhalando aromas que embalsamen tu vida, va regando sus pétalos esta alma de mujer!
LA LLUVIA La lluvia va cayendo con timida caricia, sobre el verde del césped que gozosa remoja.
Confundida en la tierra su preciada sonrisa, va arrastrando los pétalos que ella misma deshoja.
La lluvia entre las flores se esconde con delicia.
Los cálices de licios le sirven de refugio!
y mezclada a esa esencia NO TE DICE NADA.
la brisa fresca, esa brisa buena, que entra en tu cuarto y recoge tu olor?
ni la brisa aquella que no es muy amena sino que persigue tu paso altanera.
pasa inquieta, o se esconde ligera, entre los repliegues de tu cobertor?
Esa brisa buena, esa brisa rara. que al seguir tu paso parece que llama!
Si le cierras la puerta, te empuja; si la empujas, se agarra a tu traje o se esconde debajo de tu cama. Cómo conocí a Teresa. Viene de la página 365)
almas espoleadas por el afán insa miliares y el misterioso colorido de ciable y el ilimitado ensueño. los paisajes que las envuelven. La curiosidad femenina sabia como siempre y acaso superándose en los recursos para no quedar in a sí misma, se muestra maestra en satisfecha se aguijó hondamente el difícil arte de la fluidez y sencon la crítica valorizadora del éxito cillez literarias. Qué secreto enresonante que alcanzó Ifigenia. canto tienen sus personajes para en la lectura de sus quinientas y quedar viviendo con vida garantimás páginas halló la interpretación da y perenne en las páginas del lide su espíritu, lleno de exquisiteces bro? Quiero pensar que al compoe inquietudes. su corazón, bucea nerlo, no se propuso imprimir a esta dor infatigable de auroras y horizon novela un sello fuertemente psicotes que armonicen con las gamas lógico. sinembargo, a través de infinitas y cambiantes de sus senti todos sus capítulos, en cada uno de mientos, descubrió en ese libro uno los pasajes, se tamiza un dominio como evangelio de los ortos y atar profundo del conocimiento de las deceres, de los éxitos o fracasos, de almas, de las almas infantiles, en los triunfos o derrotas, en la cam constante estado de evolución, o de pal batalla, en la que todos partici las almas adultas ante cuyas complepamos, vencedores o vencidos, del jidades la ciencia psicológica se deamor.
tiene todavía con el índice en los La más honda crítica sería, sin labios.
duda alguna, la que alcanzara a Teresa de la Parra ha muerto, condensar, en espontáneas apre calladamente, en un Sanatorio de ciaciones, la impresión dejada, con las sierras de Guadarrama, en el emoción perdurable, en las almas mes florido de mayo. No sé si su femeninas, la lectura de los libros muerte ha hecho eco en el Contide Teresa de la Parra. Sólo que esa nente. Creo que no. Mejor así. Las crítica ha de ser, necesariamente, solemnes consagraciones se hacen callada y vagarosa, o dicha apenas en silencio. silenciosamente se ha al oído ido su espíritu, dejándonos el reTras un paréntesis de silencio, en cuerdo de sus libros. a mí, perel que sin duda se plasmaba de sonalmente, el recuerdo dolorido de filosofía y serenidad su espíritu su silueta elegante y fina, armonicolumbrador, Teresa de la Parra zando con la tarde, blanca de sol sorprendió a las letras con y de nieve, en que desde el altozano nuevo libro: Las Memorias de Ma del Gran Hotel de Leysin, en Suimá Blanca. Tampoco en esta novela za, me decía con sus ojos de lehay tesis, y desaparece de su tra Janía y sus manos transparentes de ma todo conflicto. Con estilo limpio dulzura, que aquélla debía de ser y diáfano que fluye terso y suelto la del de julio de 1932 nuescomo hilillo de manantial, pinta los tra primera y última entrevista.
paisajes cándidos de las almas faQuito, seliembre, 1936.
Himnos del Homero En la muy noble y muy lael ciudad de Pasto se cultivan las humanidades con fervor y con provecho las dulzuras del lacio y los panales helénicos, bocado de gargantas dilec.
tas, tiñen allí los labios de varones discretos que en el silencio del altiplano, bajo las nubes y laderas del Galeras, no siempre manso, vierten a la lengua nuestra, los poemas inmortales de los pueblos antiguos. Aquella ciudad, de recios caracteres y de empeños constantes, es hoy un jardin donde los dioses que cantara Homero, discurren alegres, dialogando en endecasilabos sonoros, Leopoldo López Alvarez, humanista perito en ambas lenguas sabias, ha hecho el prodigio de traerlos de la tietra divina de la Hélade a estos surcos colombianos, donde harán mansión luenga.
Bien hayan los trabajos del estudioso señor López Alvarez, que nos han dad oel placer de saborear bajo el amplio jubón del endecasílabo qeu a la España medioeval trajera Garcilaso para solaz de pastores y gentes letradas, verso nobilisimo, que venido de Italia a Castilla, es oro antiguo y nuevo en la versificación universal, como que tomó asiento en todas las lenguas cultas, y por el intermedio suyo hace llegar los gajos frescos del laurel a las frentes.
El libro de los Himnos de Homero es, ade.
más, un lujo editorial de las prensas de la ciudad citada. Traducción directa del griego al castellano, y lleva para comprobación plena de serlo, paginación doble: en la primera ve el texto griego; en la frontera, la traducción en endecasílabos asonantados.
Las armas heráldicas de la ciudad letrada escdenlo orgullosas para honor suyo del traductor afortunado.
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