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14 REPERTORIO AMERICANO MANIFIESTO sin protestar; y sin embargo. el blanco para humillarte más. te pide más.
Camarada negro: No hay razón en decir con Jamer Corrother El ser de tu color implica pedir perdón ¡No! Negro. No!
Un coro de mujeres de Sccottsboro dejó huella de lágrima en tu raza. Levántate!
Una huida de sangre repartida dejó huella de llanto en Abisinia. Levántate!
Harlem, sabe de la ley de Linch y no ha llorado aún. Levántate!
Negro: Levanta tu puño, haz que en el muelle se detengan los barcos.
Que no haya ley de Linch.
Que tu color no implique pedir perdón.
Urete al destino de los que marchan al inañanı.
Bajo la luz del Alba viviendo libremente bajo el sol.
En el muelle te duermes satisfecho porque pronto habrá barco.
Amaneces con la carga que ha de enriquecer al bianco y enseguidı en las nochesen cualquier bar de barrio acabas de hacer negra tu desidia. se enmudece para siempre el coro de las mujeres de Sccottsboro de los hombres de Abisinia.
Camarada No detengas la marcha.
Comenzó en la Siberia. Ha seguido en España y hoy que cruza la América quitate ese color nocturno y triste y únete a nuestra marcha; donde el color es algo vino y donde tengas el derecho de triunfar codo a codo o morir como hermano.
Negro: Piensa que tu tierra es prestada.
Te la ha prestado el blanco a cambio le has dado tú el sudor y la ayuda de tus miúsculos Negro Camarada: No detengas la marcha con tu desidia.
Alza el puño y únete al coro de las mujeres de Sccottstoro y de los hombres de Abisinia.
El nuevo hispanoamericanismo Por ANTONIO MONTALVO Colaboración. Quito, Ecuador, 1938 ducción ni comprensión posibles. Como pensamiento colectivo, regado en la conciencia americana, ha probado ya sus realizaciones. Democráticamente, se ha traducido en hechos que confirman y afirman su verdad conceptual. en la medida que este sentimiento de hispanoamericanismo significa en los actuales momentos comprensión del conflicto español, las democracias de Hispanoamérica, vienen esforzándose, según es el ritmo de su libertad, en vivirlo lo más prácticamente que les es posible. Así es cómo, desde las iniciales horas de la invasión fascista, la solidaridad de los pueblos hispanoamericanos con la causa de la República se ha dejado sentir, ya con la presencia y actuación personal en las trincheras de muchísima gente, intelectuales, artistas y obreros, soldados todos de la justicia social, que han sentido en la entraña viva la necesidad y utilidad de la lucha en la que gran número ha ofrendado su vida, pero edificando un ejemplo que sólo es el reflejo directo de un sentimiento colectvio el sentimiento hispanoamericanista, fecundado, vitalizado por el ideal de la libertad y la democracia o ya también con la espontánea ayuda material, que, en cuanto al apoyo moral, éste, aun rompiendo las vallas de la represión oficial en los países donde ella ha existido, se ha manifestado siempre, traducido en la ansiedad con que los pueblos, la verdadera democracia de los pueblos, sigue el curso de los acontecimientos de la guerra, es decir, la suerte de los republicanos; en el fervor y fe que ellas manifiestan por su triunfo definitivo, en todas las manifestaciones populares, en la acción de los sindicatos obreros e intelectuales, en la expresión de la prensa misma, que a pesar de las influencias fascistizantes, no puede por menos que hacerse eco, aunque sea muy pálidamente, de esa gran corriente antifascista, que aquí en Hispanoamérica, no sólo es la promesa, sino la verdadera fuerza realista que hoy, ayudando a España salvará los destinos democráticos del continente.
No es aventurado ante la lógica de los acontecimientos, afirmar que la guerra de España, hecho, etapa del proceso dialéctico que ha debido vivir dentro del determinismo histórico, ha cristalizado aquí, en Hispanomérica, la idea y el sentimiento reales del verdadero hispanoamericanismo, no ya, lo repetimos, como exaltación sentimental del parentesco racial, como pura expresión literaria, como desbordamiento de efusión fraternal como hipérbole lírica; sino como concreción objetiva de una necesidad común, que afecta específicamente a un conglomerado homogéneo humano, ligado entre sí por los fuertes vínculos de la sangre y del idioma, necesidad que, en realizándose ha de traducirse que se traduce ya en beneficio mutuo, material y espiritual para ese mismo conglomerado social que sabe ya de manera precisa cuál es su posición, cuál su misión en el momento histórico que le ha tocado vivir, y sabe, asimismo, cuáles son sus elementos de lucha y de defensa en la guerra a muerte que debe librar contra las fuerzas coaligadas del fascismo, a las que hay que batir para la creación del nuevo sistema social de vida, que haga accesible, en primer lugar, el desarrollo de ese sentimiento el del hispanoamericanismo entre pueblos afines y, generalmente, que haga accesible también al hombre, al hombre de las masas, a las masas mismas, los caminos de la cultura y de la civilización, y otorgue el derecho a la vidavedados hasta hoy por una minoría que tiene en sus manos todos los poderes de la opresión, de la explotación, del aniquilamiento de las virtudes y posibilidades más preciosas del hombre, en su exclusivo favor y beneficio.
Antes de ahora, es decir antes de la guerra civil española, tornada guerra de penetración fascista, merced a la satrapía del imperialismo italo alemán, el hispanoamericanismo carecía del fundamento y estructuración vivales que eran necesarios para que viviera en corporeidad y Tealidad. Era una palabra vacua de sentido, sin raigambre material. Pura alegoría literaria. Que servía lo mismo para exaltar la lírica racializante, como para alborotar la insustancial patriotería de las festividades diplomáticas. La palabra, o el contenido semántico de ella, respondía sólo al sentido filosófico que le daba la realidad de ese hispanoamericanismo. la realidad del hispanoamericanismo de pre guerra, era, apenas, una pobre ficción teatral en la que jugaban, dualizando el coro, voces de élite, individualistas, españoles y américo españolas, interpretadoras u orientadoras no de lo que debía ser el hispanoamericanismo. hecho, acción, obra material e intelectual sino solamente de un sentimentalismo que se apagaba con el último grito poético o con la postrera burbuja de champaña Ahora es cuando se ve nacer el verdadero hispanoamericanismo. Surgido de una misma matriz creadora: la necesidad de cohesión de un núcleo homogéneo humano, que por sobre la distancia de un mar ancho, hablando un mismo idioma, tiene unos mismos intereses politicos. y aquí se contempla los intelectuales y materiales y lucha por un mismo ideal común a toda la humanidad: la redención total y auténtica del hombre. nace el hispanoamericanismo no por nuestro deseo de una necesidad material de un hecho dialéctico que han borrado de un brochazo el espejismno hispanoamericanista. La guerra española removiendo en el alma de los pueblos de Hispanoamérica, lo que hay de más noble e in.
timo en ella: su sentido de solidaridad humana. que no sólo el congénito de su parentesco racial ha puesto en evidencia la negación que entrañaba la vieja palabrería del idealismo hispanoamericanista, para afirmar la verdad de un nuevo sentimiento que responde, en todo, a un nuevo contenido, a una nueva verdad histórica; que se superpone lógicamente, como la expresión de una nueva, también, etapa de civilización, es decir, de conquista de los derechos humanos.
La guerra española ha creado en la conciencia de Hispanoamérica, ahora sí, la idea materializada, el sentimiento objetivo, concreto, del hispanoamericanismo. Idea y sentimiento que, recién nacidos han tomado ya cuerpo y se han hecho palpables en manifestaciones que dan, hoy mismo, la medida de las proporciones gigantescas y de los beneficios incalculables que ellos rendirán, cuando hechos carne de acción, crezcan aquí en nuestro continente y en los pueblos de la Península. he aquí que este sentimiento de hispanoamericanismo, ha nacido donde debía nacer: el alma misma de todos los pueblos de América española. Ha nacido colectivamente, de este gran conglomerado continental. De las masas populares. De lo que aqui constituye, a lo largo y a lo ancho de América, las auténticas democracias. por haber surgido de las democracias es que se desarrollará y fructificará, dando de sí los beneficios que la nece.
sidad y realidad histórica demandan.
Ya no es, pues. ni será jamás, el hispanoamericanismo una palabra esporádica, de élite oficial o núcleo intelectualista, sin traen Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica