REPERTORIO AMERICANO 85 Un nuevo libro del Dr. Vaz Ferreira De la revista Ensayos, Montevideo, julio de 1938 a Carlos Vaz Ferreira Visto por Mario Radaelh (1923)
Carlos Vaz Ferreira: Fermentario. Tip. Atlántida. Montevideo. 1938.
Como todas las publicaciones del Maestro la aparición de este nuevo libro constituye un verdadero acontecimiento cuyas proyecciones intelectuales y morales son insospechables. Por sus características esenciales es la continuación de una especie de revista personal que publicada con otro título hace 30 años, se difundió después esporádicamente en revistas y a través de lecturas intercaladas en sus conferencias.
No se trata, pues, de un libro metódico que desarrolle una tesis sistemática sobre un tema preciso sino de una forma de publicación indefinida, inagotable, excepcionalmente apta para expresar pensamientos más profundos que las sistematizables o al menos que las sistematizaciones artificiales; apta también para satisfacer todas las exigencias de una sinceridad tan honda como la meditación que en Vaz Ferreira de un modo eminentisimo acompaña indiscerniblemente a un pensamiento que constituye una de las formas más hondas o tal vez la más honda de todas, de lo que podría llamarse por homología con las fórmulas de Pascal, el espíritu de la verdad. es el movimiento, el diapasón de ese pensamiento verdaderamente libre y abierto que las fórmulas por no poder contener del todo expresan pero no critalizan; la fluctuación, el trabajo ininterrumpido de los estados mentales vivos. el psiqueo, más que simetrizaciones verbales, que este libro tiende a representar y sugerir haciendo no tanto que el lector comprenda una fórmula, un esquemático y empobrecido producto del pensamiento sino que comprendiendo a propósito de formulaciones lo más depuradas posible, lo más elevadamente comprensivas, adquiera la más grande capacidad que esté a su alcance de pensar libre y directamente con la mayor amplitud. El fermento. según su expresión, hasta donde es posible el pensamiento mismo más bien que sus productos en cierta medida espurios y desnaturalizados por el dogmatismo que la formulación, cuando no es empleada con conciencia de su carácter esencial de esquema, parece comportar por sí misma. Si es legítimo aplicar un giro Bergson, el pensamiento haciéndose más que el ya hecho; su progreso en sinceridad, corrección, complementación, conflictualidad, en duda e ig.
norancia también; sus conversiones no esporádicas, que equivaldrían a pasar de una cristalización, de un dogmatismo a otro, sino su conversión permanente.
Configura, por tanto, una forma eminentisima de libertad de pensar, libertad con respecto ya al lenguaje, a los criterios hechos, al simplismo, a todos los dogmatismos que son mucho más numerosos y difíciles de advertir cuando se tienen en cuenta además de los extremos que reviste el principio de autoridad y los totalmente constituidos, los larvados e informes. La expresión verdaderamente libre tiene, entonces, aplicada a este pensamiento un sentido mucho más hondo que el corriente, el de la más eminente, amplia y abierta comprensividad, el de un libre examen más continuado, lúcido y permanente, que no se agrega o yuxtapone al trabajo de síntesis y formulación, a los puntos de vista que elabora sino que, si es posible expresarse asi, constituye con ellos estados mentales más complejos y completos; y lo a producir en el lector no es un cierto sistema, en el fondo un cierto dogmatismo o cristalización, que si ampliaría su inteligencia en un sentido no dejaría de detenerla y cristalizarla en otro. Su influencia es de otra naturaleza, infinitamente más importante y valiosa: un crecimiento de su propia libertad de pensar, el más poderoso estimulante, fermento de una lucida y abierta comprensión, en una acción cuyo proceso es inagotable, indefinido y permanente y también, por ser la más profunda, indescriptible. Nada daría una idea tan clara de este tipo de influencia como la penetrante frase de Bergson refiriéndose la Ravaisson: nfluencia cuyos límites precisos no pueden determinarse ni medirse su profundidad ni aún describirse exactamente su naturaleza.
Y, en efecto, un libro como éste en que el pensamiento del autor no se fija ni se cristaliza. cómo podría fijar y cristalizar el del lector?
Es una obra penetrable. de acción incesante, cuya lógica y cuya moral como todo lo vivo no pueden reducirse a fórmulas.
Estas insuficientes consideraciones no tienen otro propósito que el de destacar la importancia y el profundo significado de lo fermental. del título de la obra casi sinónimo de la que fue denominación primitiva de esta forma de publicación, que era simpleemnte el nombre del autor. así el ideario que contiene, lejos de constituir una doctrina cerrada incompatible con su admirable espíritu central, es un conjunto de fórmulas y puntos de vista depuradísimos y cuya justeza es imposible elogiar, las que se llega no prematuramente por insuficiencia de análisis sino luego de un análisis excepcionalmente firme, riguroso y continuado; y la claridad parcial determinada por esas fórmulas que en nada se parece a ese dogmatismo del simplismo generado por el automatismo de lo verbal y los modos reflejos de pensar, no se constituyen sin completarse por un halo de dudas de ignorancia sincera y positiva, de las incomprensiones crecientes que en él cada nueva comprensión suscita, de toda una penunmbra que el pensamiento sistemático, la formulación clara y distinta no pueden contener. Puntos de vista y fórmulas que en lugar de inhibirla incitan a la profundización y al examen libre y riguroso las cuestiones, y que si son válidos en planos superficiales conservan su validez en planos más hondos en que habría que volver a ellos; serían penetrables en el sentido de que, verdaderos para un lector que los pensara en un cierto plano, lo serían también para otros que los pensaran en planos más profundos. medida que se ahondara una cuestión, lejos de aparecer simplistas o insuficientes como courre en los criterios sistemáticos, las formulaciones de este modo de pensar se presentarían como más profundamente verdaderas. lo que habría que agregar que la lógica viva que preside esta obra constituye un nuevo modo de pensar, de usar la razón después de la más grande asepsia lógica. Esta asepsia no es una eliminación, la mayoría de las veces abstracta, de falacias y sofismas tales como aparecen en el lenguaje, sino otra mucho más profunda que consiste en eliminar además de esos, claramente concebidos, precisos, nítidos, los que con una frecuencia muchísimo mayor se dan en la realidad y son también mucho más difíciles de percibir y evitar, los imprecisos, apenumbrados, no distintamente concebidos, los sub discursivos en una palabra. La transformación que de este modo se opera en la Lógica seria semejante a la que sufriría la Medicina si se descubrieran, además de las enfermedades precisas y nítidas como se conciben hoy, estados larvados de enfermedad, imprecisos, sutiles. La Medicina se transformaría, se haría mucho más profunda, sutil y souple; al lado de ella la actual sería esquemática y simplista.
La Lógica ha sufrido una transformación analoga después de Vaz Ferreira y el esfuerzo por pensar bien, con justeza y consistencia (lo que implica además emplear adecuadamente la formulación) se ha hecho mucho más difícil; pero lo que se ha perdido en facilidad se ha ganado, en una proporción incomparablemnte mayor, en justeda y adecuación en lo intelectual, en supe.
riorización moral, en eficiencia en la acción. Tan clarovidente, continuada, minuciosa debe ser la crítica, llevada a sutilizar por debajo del lenguaje, que es necesario según sus expresiones crearse, más allá del razonamiento, como un instinto para percibir las formas infinitamente variadas y sutiles del error; convertir al espíritu Máximo Fernández Santiago Alvarado que tienden Esta es la columna miliario del Rep. Amer. En ella escribiremos los nombres de los suscritores que por años de años, hasta el final de sus dias, le dieron su apoyo. Servidores del Espiritu fueron. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica