Democracy

184 REPERTORIO AMERICANO El Sr. Suárez De El Tiempo Bogotá, abril 24 de 938 En nuestro suplemento literario de hoy, hacemos un homenaje a la memoria de don Marco Fidel Suárez con motivc del aniversario de su nacimiento y de su muerte.
Homenaje de admiración, de reconocimiento y de respeto, al gran patrioti, al estadista vidente y previsivo, al ciudadano ejemplar y al sabio meritorio qu.
honró a Colombia con la profundidad de sus múltiples conocimientos y con la utilización que de ellos hizo en bien del país.
Con serenidad que el tiempo impone al juicio crítico de los hombres, debe estudiarse la vida del señor Suárez y deben examinarse sus actos públicos. del baiance que de esa investigación resulta, sale engrandecida y ennoblecida la figura del ex presidente.
No puede ser obstáculo para admitut a este ilustre varón, estar en desacuerdo con algunas de sus ideas filosóficas, no compartir su pensamiento político o no uplaudir ciertos hechos de su gestión administrativa que en su tiempo combatió este periódico como adversario leal, con toda energía y sinceridad. Porque por encima de tales divergencias, obliga el respeto y la admiración, la sinceridad de sus convicciones, la firmeza de su ideología y la constante preocupación por el bien de la patria, que dominó todos los actos de su vida.
Martirizado por el odio insayo de quieLes estaban obligados a respetarlo por razones de jerarquía intelectual y por circunstancias de disciplina política, inmortalizó su defensa con el sacrificio de su prestigio de gobernante en beneficio de la causa nacional y cimentó su noble erudición de estilo y de ingenio que ponian crudamente en relieve el contraste entre su propia grandeza y la exiguidad del adversario Colombia tiene y tendrá sien:pre una deuda de gratitud con el señor Suárez.
Cuanto se ha hecho para desgraviar su memoria y para honrar su personalidad, no compensa en la más mínima parte la obra que llevó él a cabo contra sus propios intereses y contra la incomprensión general, obra traducida en actos internacionales de excepcional importancia. y en fecundas enseñanzas que diariamente utilizan estadistas, hombres de letras. juristas y filósofos.
Marco Fidel Suárez en sus últimos años (Abril 25 de 1855. Abril de 1927)
Homenaje a Marco Fidel Suárez Por BERNABÉ RIVEROS De El Tiempo. Bogotá, abril 24 de 1938 De las azules montañas antioqueñas, fecun pública se detuvieron en aquel portal, como das y pródigas a perennidad, que vacian sin tasa el otro ara de la democracia cristiana, a señapara la república el oro de sus socavones mara larlo como predestinado para la gloria y el dovillosos y el más preciado de su raza empren lor. La una le alzó de sus humildes principios dedora y audaz, vino, hace lustros, esta al solio de los presidentes y el otro fue su ciudad acogedora, un joven de rubicunda tez, numen inspirador, su compañero intimo, el amique había sido seminarista en la Villa de la go de sus postreros años, el que le puso en las Candelaria de Medellín y luego dejado los manos descarnadas ya por la fatiga y la enferejercicios de la preparación teológica maes medad la pluma inquieta de forjador de suetro de escuela en un pueblo de aquel estado so ños, remate y corona de sus trabajos, caldeada benano, puesto sobre los carriles del orden y defensa de su vida pública, memoria testamendel empuje del doctor Berrío. Con poco equitaria de sus combatidas actuaciones políticas.
paje material y con mucho mental y con una Si su dilatada tarea de escritor, de escudrigran capacidad para aumentarlo, a poco de an ñador de las reconditeces del idioma y de los dar de profesor y de estudiante en el Colegio secretos de la filologia, le aseguran un sitio del Espíritu Santo, que quedaba por los lados alto entre los maestros de la lengua castellana, de la Pila Chiquita, casa que cumple un siglo donde su estilo correrá dilatado luengos side servir de abrigo a la educación, fue tomando glos confundido por su calidad y su contenido estatura visible sobre los demás y su nombre, con los de esos ríos mayores de la raza, su revelado al mundo de las letras y de las hu vida trabajada y sufrida, desvalida en manidades en sonado certamen, quedó inscrito, inicios y combatida en su cenit, será estrella desde entonces, en la lista de nuestros escrito que guie los alientos de la ambiciosa juventud res y pensadores máximos: Marco Fidel Suá en esta tierra de Colombia, donde la democrarez.
cia es la sangre que renueva la vida nacional Consagrado a las faenas del servicio público y el jugo de que se nutre el árbol de la patria.
en brillante carrera de ascensos, hizo de la fi Cumplido el que podríamos llamar su ideal fosofía, en el amplio sentido en que la definie político, el de la alternabilidad de los partidos ron los antiguos, amor a la sabiduría. el ins en el gobierno, sin que ese brusco tránsito trastrumento de sus batallas y el escabel de sus tonne o menoscabe la paz religiosa, ni haya sido descansos. Si a su casita de Hatoviejo no lle ocasión de luchas confesionales que serían hoy garon las hadas de la fortuna, las de la re de un anacronismo absoluto, su figura ejemplar sus y austera cobra relieves nacionales y la soledad de su tumba se eleva como piedra de unión y cimiento de paz entre los colombianos todos.
Campanero tozudo de la unión conservadora, se llamó en sus finales días, que fueron los postreros de mando y hegemonía de su causa, y campanero de la mejor política de concordia colombiana, sigue siendo, a través de sus produciones de esa indole, como conductor de aqueIla unión, que miraba y alentaba como medio patriótico de llegar a la unión de la comunidad soberana e imperecedera de la patria.
Su vida y sus obras están pidiendo el historiador sagaz, el biógrafo inteligente, que haga manar de esa personalidad tan humilde y tan alta, tan compleja y tan sencilla, caudales de estímulo para las generaciones que (Concluye en la página 188. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica