REPERTORIO AMERICANO 55 fara mantener coloquios heridos con agua clara. una golondrina pálida, que en tu clavícula estaba, de amor exenta, y que a ti, y sóio a ti te amaba con horizontes de enamorada, tenía la voz ahogada.
Canción a un poeta negro Langston Hughes Yo también soy América sueña Langston Hughes con delirios de seda; y en tus venas de negro, de sangre negra, llevas un romancero de color de canela. Qué euritmia gigantesca tieries en tus pupilas grandes, como quimeras, y en tus hombros de ciclope, y en tu cuerpo de atleta, cuántas veces cargaste, entrañas marineras. Yo también soy América, la que ha vilipendiado al negro, de miseria; y también soy poeta. he venido a cantar a vuestra raza ibérica.
Sonetillo con estrambote sin rima y con ritmo José, el filósofo.
Cervantes redivivo, Shakespeare no muerto, Homero con su plétora y su plectro, Quevedo el sátiro, sin patas de chivo y sin cuernos, Washington, Washington y el sexto sentido de Pasteur, Ferrán, Cajal y Jenner, Peral, Pitágoras, Bertoldo.
a) La visión del Greco: b) La anunciación del pretérito futura: c) La realización de una obra exacta: Triunviro sin triciclo y sí con autogiro, y las margaritas de Musset y Rubén en los campos de ayer, hoy, todo es capicúa, porque es impar. 1, 1, Verdad, Paul Verlaine?
Sonetillo caprichoso los cien caballistas chinos a los campos de batalla.
Magüer miraba a tu lunar de estrella de mar, que en el yugal derecho de tu boca estaba.
Mientras, mis férreos brazos implicaban tu sedosa espalda de caminos de luz nimbada. empecé a soñar las araucarias de tus divinos brazos en mi garganta, y empecé a sentir el tulipán Nubes, que nublan el sol con un paisaje de balas, amenazan el desierto que ruge en la Gran Montaña; y los milagros parecen ique bailan danzas macabras, pues de los cien caballistas, quedan cinco. que la raza, defenderán con la sangre limpia, de las cien entrañas, y gondrán en su bandera, el oráculo de España, y el grito: No pasarán. clamando mientras. Venganza! si pasan, morirán antes de llegar el alba, en un anillo de sombras de China la sitiada, que defiende el Univreso, desde una sola muralla.
de tus pechos en mi boca de plata.
entonces desperté, y en lugar de tu imagen. vi mi almohada. del séptimo mes (Epopeya china) José Estellés Por jardines amueblados con sueños rojos de albahaca, cabalgan cien caballistas de China, la milenaria.
Cossío José Ontañón.
Ya ha muerto Manuel Cossío en su palacio serrano; las aves, el pío pio no rimarán en sus cantos, y se vestirán de negro con etiquetas de salmos; y las gardenias y lirios flores de sudarios blancosacompaññarán su cuerpo, camino del campo laico.
Ya ha muerto Manuel Cossío en su celda de ermitaño.
San Francisco, San Francisco encarnó en su cuerpo flácido; y, al conjuro de sus labios, el lobo que antes Francisco amansó ante los cristianos, besaba su doloridos miembros y acariciaba sus manos de Quijote Cristo laic Ya ha muerto Manuel Cossio, espejo de solitarios; ya para siempre fino su tristisimo calvario; y en el dulce santuario beberán sangre de nardos, y se encontrarán a Cristo yacente, en lecho de palo, los discípulos del sabio y la Fama, que le besará en los labios. Si ha muerto Manuel Cossio, el de los clamores mágicos. Si ya le llevan en hombros por laberintos gitanos!
Yo quiero, madre, yo quiero acompañarle en su ocaso; y después, grabar alli, alli. en aquel picacho. Ha muerto Manuel Cossio, el santo cristiano y laico, que a los niños llamó hermanos.
Si ha muerto Manuel Cossio, el de alamares de mago. Si ya su cuerpo reposa con cipreses funerarios. Yo quiero, padre, gritar, con eco de sol muy alto: Que se apaguen los luceros, y que, con sus flores, mayo cubra el mausoleo trágico, y que por un solo dia. dejen de cantar los pájaros!
Esa noche la Hilandera y el Boyero se casaban; del séptimo mes, que sueña cosas extrañas, cuando está en el horizonte lejano, la Vía Láctea, contemplando la razón de los que luchan sin armas; entonces. en vez de lluvia, siembra una nube de llamas y un inscmnio de planetas que iluminan las ventanas.
Tienen luz en sus mejillas de religiones fantásticas, y un sueño. que es el crepúsculo muerto en ainbiente de lágrimas.
Como no queden gritar, Tongas tienen las gargantas, pues pájaros astronómicos cruzan valles y montañas, sembrando sauces de sangre en sonrisas solitarias.
Cuardo despierta la Aurora, tiembla toda la mañana, pues ve que sólo amapolas quedar en la tierra parda.
Como no pueden llorar, dosenvainan las espadas contra el beso que domina nervios vestidos de escarcha y un rumor de luna joven, form: una nueva metáfora. Mientras queden corazones China, nunca será esclava! un clamor de sangre roja sobre ruinas desoladas, grita: Civilización.
de entierros y carcajadas.
Cruzan parques y museos con pañuelos de esperanzas; golondrinas de colores y atracciones humilladas. asi llegan. como estrellas rojas de color naranja, Solicite este semanario a la Señorita MATILDE MARTÍNEZ MÁRQUEZ LIBROS La Habana, Cuba. Apartado 2070.
Teléfono Fo. 2539. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica