Hitler

REPERTORIO AMERICANO 45 glesa era obligar a Francia a abandonar todos sus compromisos al este del Rin e internarla en la Europa Occidental. Quizás pueda permitirseme citar el siguiente pasaje de aquel artículo. Se calcula que para la fecha en que Hirler se haya hecho dueño del Continente al este del Rin, Inglaterra estará tan fuertemente armada que Alemania no osará atacarla, e Inglaterra estará entonces en condiciones de hacer una alianza con Alemania dictando ella sus propios términos. Esta es la verdadera razón del rearme de Inglaterra. Francia se vería entonces obligada a entrar en la combinación anglo germana y bajaría a la posición de un poder de segunda clase bajo el control anglo germano. En mi opinión esta política, que no es otra cosa que la división de!
mundo en dos esferas de influencia, la inglesa y la alemana, es una seria amenaza para los Estados Unidos de América.
Gracias al desatino y a la debilidad de los gobernantes de Francia, la política britán. ca ha tenido un éxito completo. En Munich, Ne.
ville Chamberlain inició la última etapa. El común acuerdo que él firmó con Hitler sin consultar al gobierno francés y ni siquiera a!
Gabinete Británico fué un acto tan flagrante de deslealtad a Francia como el acuerdo naval anglo germano, que declaraba simbolizar el deseo de nuestros dos pueblos de no volver otra vez a tener una guerra entre ellos. No obstante, Inglaterra está comprometida a ir en ayuda de Francia si dicho país fuera atacado por Alemania. Debemos llegar a la conclusión de que este tratado habrá de correr la misma suerte que el tratado de alianza entre Francia y Checoslovaquia?
Sin duda alguna que la amistad anglo francesa quedará debilitada por la capitulación de Munich. Siempre se desprecia al que se ha estafado con éxito, y el desprecio por Daladier y Bonnet en los círculos oficiales ingleses casi no puede ocultarse. Ya la gente dice en Inglaterra: Nosotros no estamos deshonrados, porque no teníamos tratado con Checoeslova.
quia, pero Francia si está deshonrada. Toda la culpa de la capitulación se le echará de nuevo a Francia esta vez, desgraciadamente, con bastante más razón que en ocasiones anteriores.
una Nuestro pueblo ante la enfermedad Por el Dr. GARCIA CARRILLO Colaboración San José de Costa Rica, octubre de 1938 que el gobierno francés no pensaba ir a la guerra bajo ninguna circunstacia.
El propio informe de Chamberlain de lo que transcurrió en Godesberg indica que él deseaba por su parte aceptar el ultimatum de Godesberg. Cuando salía de Godesberg dijo a la prensa, El asunto está ahora en manos de los checos. La indignación que levantó el ultimatum tanto en Inglaterra como en Francia fué, sin embargo, tan grande que imposibilitó su aceptación. Entonces, Chamberlain y Daladier decidieron asustar al pueblo inglés y al pueblo francés para que permitieran la capitulación ante Hitler. Los preparativos militares en ambos países no fueron más que una decoración de teatro extremadamente costosa que tenía por fin extender el pánico y permitir a Chamberlain ya Daladier posar como los hombres que habían salvado a Europa de la guerra.
Según la declaración de Daladier en la Cámara francesa el de octubre, fueron tam.
bién los franceses los primeros que se corrieron.
El 26 de setiembre Chamberlain mando a Sir Horace Wilson a Berlin con carta para Hitler, cuya contestación, que Wilson trajo al día siguiente, era inflexible. Durante la noche de setiembre 27 28 Daladier y Bon.
net telefonearon a Francois Poncet, el Embajador francés en Berlín, dándole instrucciones de que viera a Hitler inmediatamente y le dijera que el gobierno francés estaría de acuerdo con una extensión del plan anglo francés de 19 de setiembre, que permitiera a Alemania ocupar el 19 de octubre todo el territorio que debía ceder Checoeslovaquia. Así, ese día el gobierno francés capitulo completamente ante Hitler. Al mismo tiempo Daladier y Bonnet telefonearon al Embajador francés en Londres dándole instrucciones para que pidiera a Lord Halifax que hiciera que el Embajador inglés en Roma pidiera a Mussolini que apoyara la idea de una conferencia de los cuatro poderes.
El 28 de setiembre Chamberlain envió un mensaje personal a Hitler informándole que él podía obtener todo lo esencial sin guerra y sin demora y proponiéndole ir a Berlin a tra tar de los arreglos para el territorio que había que transferir, con Hitler y representantes del gobierno checo y representantes además de Francia e Italia, si Hitler así lo deseaba. Es toy convencido. decía Chamberlain, de que podemos llegar a un acuerdo en una semana.
En realidad, llegaron a un acuerdo en veinticuatro horas, pues el acuerdo fué simplemen.
te una capitulación ante Hitler. Al mismo tiempo Chamberlain también apeló a Mussolini, a cuya indicación se dice que Hitler pospuso la movilización alemana veinticuatro ho ras. Lo que esto quería decir precisamente es difícil explicárselo, pues Alemania ya estaba movilizada. Hitler se negó a dejar que Checoeslovaquia estuviera representada en la conferencia y Chamberlain cedió.
Francia está ahora en una posición terri.
ble. Ha perdido la última de sus aliadas y no le queda un amigo en el mundo. La destrucción de las fortificaciones checoeslovacas quiere decir que en caso de guerra habría disponibles de treinta y cinco a cuarenta divisio.
nes alemanas para atacar a Francia. Fué esa la razón por la cual los gobiernos franceses uno tras otro impedían que Checoeslovaquia llegara a un arreglo con Hitler. Es de temerse que los franceses pronto se vean obligados a comprender que al aliarse al crimen de Checoeslovaquia ellos mismos cometieron suicidio nacional. En The Nation de 24 de julio de 1937, yo dije que el objeto de la política in.
dades. No incluimos las afecciones puramente quirúrgicas como la apendicitis y las hernias.
que son el pan cotidiano de las salas de cirugía.
Nuestro enfermo campesino llega generalmente provisto de una carta de recomendación de un personaje influyente en su distrito el jefe político o el agente de policía. El más informado escribe al señor Director o al señor Superintendente; el que menos, a la señora Directora o a la Sor Superiora. Como muestra.
las siguientes: Pejivalle. 1938 Señor Director del Hospital San Juan de Dios.
San José.
Hemos tenido la oportunidad en los últimos meses, de atender la clientela del Hospital San Juan de Dios, de San José, y de hacer algunas observaciones pintorescas sobre las reacciones emotivas e idiomáticas que la enfermedad de termina sobre el sentir popular del campesino costarricense.
Una primera reflexión se impone, y es la ausencia de drama. El campesino que ha resuelto llegar al Hospital en busca de alivio parece resignado, no protesta contra su suerte. Probablemente la enfermedad, más que una filosofía particular, ha determinado la aparente ausencia de la inconformidad.
No he notado reflexiones religiosas sobre la ayuda que los santos puedan darles, salvo alguna promesa a las ánimas. todo se limita a la noción de la medicina curativa que esperan confiados.
El contacto con el médico que los recibe es llano, sin artificios. En algunos enfermos, principalmente mujeres, se nota un afán de limpieza, de buena presentación, pero la mayoría exhibe en su vestimenta la misma miseria económica y falta de las nociones más elementales de la higiene corporal, así como fisiológica. En efecto, el enfermo campesino es un ser desnutrido, avejentado precozmente, generalmente descalzo, con escasa ropa y malos dientes. Es decir, que los centinelas avanzados de protección han cedido. Sobre un terreno de mala nutrición, anémico, la piel escasamente cubierta, favorece el resfrío y la infección. Los pies sin zapatos y las manos sucias, dejan la puerta abierta a la invasión de los parásitos intestinales; la dentadura deficiente y enferma favorece la mala nutrición por falta de bien masticar y crea focos de infección. Así se explica que el noventa por ciento de las enferme.
dades que nuestro pueblo padece, son la anemia, la helmintiasis, el paludismo crónico, la tuberculosis pulmonar, la caries dental, los ab.
cesos sub cutáneos y la úlcera de pierna. El res.
to la determinan las cardiopatías, las enferme dades venéreas, avitaminosis diversas, cáncer (cutáneos, estómago, útero) y otras enfermeMuy señor mío: El joven. vecino de. de esta jurisdicción, hace ya un tiempo viene padeciendo sin haber logrado hasta hoy un tratamiento que le dé siquiera un alivio en su penosa enfermedad, razón por la cual ha resuelto consultar en ese Hospital; lleno de esperanza que de ese centro científico si saldrá curado. Rogándole seu recebido (sic. tengo el honor de suscribit me de usted su muy atto. y La Ceiba. 1938.
Sra. Directora del Hospital, San José.
Respetable señora: Por este medio hago constar que el portador de estas letras es persona pobre de solemnidad, quien está muy enfermo y necesita para curarse ser hospitalizado: por lo que ruego y por caridad den entrada a dicho señor, que Dios desde el cielo dará vuestra bendición por este favor. De Ud. con tods: consideración, atto. y El interrogatorio se efectúa según la rutina habitual, con el objeto de llenar la tarjeta de observación clínica. El más simple consiste en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica