216 REPERTORIO AMERICANO Semblanzas Por DALIA IÑIGUEZ Envío de la autora. En Costa Rica entonces, marzo de 1938 La Lluvia Lluvia!
Rio vertical sin cauce.
Enemiga de la luna y del lucero, del oro y del azul.
Lluvia!
Pena multiplicada en agua cantora.
Luz en quebradizos flecos, cómplice de la tristeza. Lluvia Tronchadora de trinos.
Cristalino sudario para la flor y el césped.
Enjoyadora del trigo, Lluvia!
Incolora sangre de nubes heridas.
Eterna Samaritana.
Invertida fuente. Lluvia!
Frágil lira de infinitas cuerdas.
Novia de la sed del campo.
Maga tejedora de arcoiris.
Dalia Iñiguez con Juana de Ibarbourou El Viento ¡Viento!
Acróbata invisible.
Tronipo colosal que danza sobre la pista multicolor de nuestra vida.
Mensajero de pólenes.
Fecundador del velamen.
Despeinador de rizos. Viento!
Artífice del ritmo.
Orfeón de voces infinitas.
Renovador de simientes Adulador del fuego.
Acunador de espigas. Viento!
Misterioso abanico que se agita dando tregua a la furia del calor implacable.
Can fantasmagórico que aúlla en las noches propicias al espanto.
Duende retozón que va rizando las dormidas superficies de los lagos. Viento!
Silbador sempiterno.
Instrumento universal que jamás falta al cotidiano concierto de los días.
Huésped intruso que se viste a diario con las ropas tendidas.
Misterioso corcel en que las Parcas vienen para segar las vidas. Viento!
Travieso bufón de ráfagas.
Consolador del campo cuando su gesto es grato.
Desolador del campo cuando su ceño frunce.
Voz contradictoria que gime y canta que susurra y ruge. Viento!
Atrevido galár que a las cosas desnuda.
La Luna ¡Luna!
Cero de luz.
Número de plata en la interminable cifra celeste.
Letra mayúscula en el negro pizarrón del firmamento. Luna!
Solitaria pupila.
Blanco pecho que se escapa del oscuro corpiño de la noche.
Bondadosa nodriza que amamanta su rebaño de luz.
Luna!
Capricho de los niños.
Lejana espectadora del amor en las noches.
Iluminado jazmin.
Luna!
Paloma prisionera en cárcel de luz.
Antorcha de blanco fuego.
Lluvia de azul.
Luna!
Zagala primorosa que a diario se retrata sobre la piel de un lago.
Cándido corderito que cada noche cde en cautiverio de aguas.
Traviesa criatura que emborrona los campos con manchones de luz. Luna!
Nido de claridades.
Cabezal de plata para el sueño del día.
Tatuaje luminoso sobre el cuerpo del mar.
Dalia lñiguez con el editor de este semanario (Marzo de 1998. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica