REPERTORIO AMERICANO 379 pesar de la primavera Estoy loca de ríos, de pájaros, de llamas.
Pero si gime el mundo, yo maduro y me muero por ofrecerle nidos en mi sangre mejor.
Elegía sin eco Si yo gritase quién me oiría. egia primera. Rilke.
Aquí desesperada aquí en mi isla limitada me socava el gemido y la furia. Tes el dia del crimen!
La luna roja, fria, se levanta desde miles y miles de ojos niños ya para siempre sorprendidos.
Ayer en los parques, en las plazas, rodando sus aros mundos al futurola infancia instalaba júbilos en palomas.
Hoy, lentos ríos oscuros conducen el lamento de España por sus niños.
Eran miel, la risa, la mañana, la próxima ciudad para el destino.
Siglos y siglos despertando abrían su flor en aguas de sus pechos puros.
Hoy árboles tiernos desgajadosun bracito sangrando, acusando, una boca soñando el último columpio para el juego confundida con el vidrio y la cal en el polvo sin latido.
Es la hora del crimen. Por mis venas madres martirizadas confunden sus gemidos.
Si mi voz se cerrase, si se quedase ya para siempre sin temblor en un rincón cualquiera tajo el cielo. dónde anidariar. las flechas. dónde el pequeño corazón de la margarita rizaría su secreto. dy dónde la paloma trémula entre dos bocas encendidas escucharía su grito interpretado. En qué jardin de veletas, en qué sol ciego ya se alzaría el dvino rumor de las madres. Oh voz. imi voz. voz con sangre y con locura y con pico de go. londrinas ateridas.
y con pétalos de niños universo, eje del universo: si te cerraras, si aufragaras, si te sorprendiera la garganta. ya para siempre el collar del silencio. dónde encontraría su centro, dónde respiraría la noche, y el mar, y el fuego, y la muerte, y el hombre. Sitio Donde nacen la raíz de los pájaros y la raíz del fuego, donde cada estrella clava un puñal distinto en el pecho, donde el musgo nos crece pisadas por la vida, donde un puñado de tierra en mis manos sueña hombres, árboles, ríos: donde la muerte humo de flor y noche lanza sus gaviotas contra la frente, donde aprendí el sabor de la palabra nunca.
Allí, en las lunas últimas del alma pino bajo la lluviatu presencia.
Oda a Federico en el cielo de Granada Risa eterna Sólo pierde la vida su sentido cuando el amor se olvida.
Rimas. Unamuno Para tu luna, amor (norte, sur, este, oeste en el eterno girasol sin ribera de mi alma)
mi luna En cada fuego y cada brisa, bajo los ojos de los peces, o en las vertientes de la espina. Toda la vida en una rosa recomenzada cada diaPulso de sol y espuna, Federico; pecho de lura, maduro a sombra y trino y brisa de alondra vidente. en qué viento negro. en qué ola ácida. en qué orilla morada hincaron el pico tus palomas. Una lluvia de. golondrinas desesperadas me golpea el corazón ¡Tú disperso. tú callado. tú anulado. dueño de la eternidad encendida. Qué locura de sangre y abismos espadas fieras pudo herir tu manzana de milagro. Mariposas mariposas oscuras vuelan noches sin astros¿Y tu voz? cy tu voz. oh Federico!
tu voz abrasada de mareas tornasoles. en qué ciudad distante e inrisible de azuceras y de uiscñores vigila el paso de la primavera. Un viento huracanado, empapado en llanto de estrellas y de nardo y de ángeles insomnes alarga el llamamiento de los trigos: Federico, Federico, Federico espejo exacto al sueño y a la luz¿En qué árbol eterno señor del mediodía del silencio custodias la palabra de las albas. Pulso de sol y espuma, Federico habitado de niñas tiernas y de caracolas. en qué río rojo, en qué delirio, en qué agonía innombrada naufragó el secreto de tus nidos?
Soneto con recuerdo Que es un crudo linaje de tormento para matar aquel que está sediento mostralle el agua por que está muriendo.
Garcilaso por tu luz más cierta en lejanía desnudo en sal, en nido y caracola gimiendo playas sin memoria mía, este llanto con mar que es mi corola, Este ci uzar de nombre sirs estría, este fluir en muerte y amapola, este pinar lloviendo noche y día el ¡ay! tenaz que crece por mi ola.
El ¡ay! tenaz:el fijo amargo espejo alzado en la penumbra sin reflejo de tu mojado ausencia revivida.
Con él, por rojos pájaros y anillos, alimentando lagos amarillos, bajo la densa riebla, sumergida.
Elegía por los niños de España Maribanca Sabas Alomá Desesperada aqui, clavada aqui, negada a los inútiles abanicos soltando negros pájaros desde mi isla limitada estoy desenterrando el llanto de todas las campanas.
La angustia convoca las gargantas.
Es el día de la cólera, del grito, del brazo derrumbando las estatuas sin fuego, el dia que nos pide la palabra y la vida. Mis paisajes hunden cielos de horror bajo las lágrimasZopencadas. Pueden ser zopencadas muy de marca mayor nuestras ideas sobre el derecho que no da a los caudillos la popularidad para hacerse amos y señores de un país, cuando cuentan con bayonetas, masas y partidarios que se entreguen a ellos; pero estas zopencadas tendrán siempre el mérito de nacer, de principios. De Sarmiento, en el tomo XXXIV de sus Obras, Buenos Aires. 1900. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica