REPERTORIO AMERICANO EDITOR GARCIA MONGE CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica: Suscrición mensual 00 EXTERIOR: EL SEMESTRE: 50 EL ANO: 00 o. am.
SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es la única propiedad plena del hombre y fesoro común que a todos iguale, por lo que para lo dicho de la persona y la calma público, no se ha de ceder, ni fior a otro, ni hipotecar jamás. José Marti Giro bancario sobre Nueva York El padre de los pájaros Por CLEMENTE LOPEZ TRUJILLO De El Nacional. México, de agosto del 1938 Ausldaia ¿Es eterno el hombre? Morir es renacer en alguna parte, quizás en uno mismo. renacer es entregarse a una eternidad de espacios y tiempos y no saberlo uno, acaso, pero sumergiendonos en la conciencia de todas las cosas. He aquí que los árboles son la mejor eternidad del hombre, frente al paisaje. Los árboles, que ha en total e integralmente al hombre en la naturaleza. con los árboles, los pájaros. Si no existiese la selva no habría pájaros. Podria faltar la luz, y ser eterno y melodioso el ruiseñor. no ser la alondra, hija del día. Pero el ruiseñor, seria más humanamente divino. Ya en la antigüedad se hablaba de la misteriosa inteligencia de este pájaro, digno de la mejor poesia. Michelet, que sabía, o mejor, entendía como ningún otro hombre estas cosas de los pájapás, ha hecho el elogio del ruiseñor. Su elogiosy su cumbre. Lo ha colocado más allá del hombre, más allá de la naturaleza. Maestro de sí mismo, y maestro insuperable en la maestria del canto armonioso, el ruiseñor es cumbre y base del hombre.
El cardenal El hombre se hace eterno con el canto de los pájaros. Ahí está la sombra de Carlos HollaenIlustración de Héctor Basaldus der, que acaba de entregar el alma, definitivamente, no a la naturaleza, sino a la maravillosa existencia, por siempre y para siempre, de se que su vida es una de las más interesantes cien canarios cantores. Ha muerto en Budapest, de estos últimos tiempos. Sólo puede compay se le llamaba el padre de los pájaros. Ha rársele, en perspicacia y penetración claro que ce treinta años era un humilde carpintero, es en otro sentido y desde otro punto de vista con decir, un artista. Porque hay una sensibilidad Sigmund Freud. Cuando Hollaender decidió camdel carpintero como la hay del músico. biar sus herramientas, también cantoras, del cepillar madera es una manera de cantar. carpintero por las del instructor de pájaros, huCon las manos. Qué no es posible hacer con bo un largo, insospechado estremecimiento en las manos? Recordemos aquella página de Mon todas las ramas de todos los árboles del muntaigne en que nos habla de las múltiples expre do. Dio principio su tarea musical con diez siones de las manos. El cepillo, al deslizarse, canarios, quienes a vuelta de dos años, bastaba tierna o bruscamente sobre la madera, tien con sólo una indicación del viejo carpintero canción, delicada o áspera. aunque cepilla para entonar da martha Rakoczy de La Conun pedazo de madera, canta con los labios, y a denación de Fausto. de Berlioz. Fueron creesto puede llamarsele un diálogo de dos melo ciendo en número los canarios cantores. Ya en das; la de quien cepilla y la del cepillo sobre 1920 eran cien. Qué maravillosa orquesta, y qué la madera. Pues bien, Carlos Hollaender, muer enorme y delicada, sensibilidad la de los pájato ya irremediablemente, es ahora una sombra TOS, bajo la batuta nerviosamente iluminada de que canta. Muerto, si espiritu es una sombra los ojos y las manos de Carlos Hollaender. Los que está escurriendose con suaves resonancias dividió en grupos de a diez; conocían los más en la selva de todos los continentes. en delicados matices de los tonos; su melodia era la selva del más allá que es más que una insuperable e inquietaron, por tanto, a toda Eurenacimiento. Hace treinta años ropa, donde se conoció por primera vez en el que Hollaender cambió las herramientas del mundo una orquesta de tal naturaleza y maracarpintero por esas otras, tan delicadas, del villa. Hollaender era el héroe, el cazador memaestro musical. Era él un músico? Que se lodico, el maestro divino de la eternidad del pamos, nunca meditó sobre la labor del zapa hombre y del pájaro en la canción.
tero, que se dice tiene muy apretados los lazos Ha muerto el padre de los pájaros. Qué inde amistad con la música. Porque trabaja, tam fluencia demoníaca fluía de su espíritu. Cómo bién, con las manos, que poseen variedad que es posible que un solo hombre pudiese lograr el nada tiene que envidiar a las modulaciones mas delicadas de la voz. que decía Montaigne. Ah, porque las manos, cuando trabajan, incitan al canto! éste se va escurriendo asimismo por las manos. Hollaender tenía un grande amor por los pájaros. Habría leido a Michelet? Lo duAbogado y Notario damos, pero le bastaba conocerse a sí mismo, OFICINA: que ésta es una manera de comprender a los pájaros, de entrar impunemente a pasearse por 125 varas al Este del Almacén Roel mundo inefable de las palpitaciones en juego bert, frente a Reimers de resonancia delirante. Muere Holgender a los Teléfono 4184 setenta y nueve años de su edad. cuántos Apartado 338 les dedicó a sus pajaritos! Por eso, puede decir. que se pongan de acuerdo cien pájaros a una sola vez, divididos en grupos de diez? Era todo eso nada más que una expresión de su sensibilidad.
Carlos Hollaender ha tenido una muerte como de pájaro. Hay algunos de éstos se nos dice que mueren como si se adormeciesen.
Sintiéndose morir, no pidió más luz, como Goethe, ni se tomó el pulso, para sentirsd morir, como aquel médico de quien alguien nos habla.
Sólo pidió una sombra suave y tibia, la proyectada por sus canarios, para tomarles el pulso con su muerte. Colocados a su alrededor, y guiados acaso por los hilos invisibles de la muerte, que se leía en los ojos del padre de los pájaros, entonaron su última canción. Exactamente la última, que fue también la postrera canción de Carlos Hollaender. se durmió, conio mueren los pájaros, se entregó no a la naturaleza, no la tierra, no a la otra sombra de los hombres en torno de otro que va a morir, sombra que es también más sagrada que la que se proyecta, por ejemplo, en la soledad de un desierto, cuando sólo se lleva encima el tic tac de un reloj, que decia Buttler. Rodeado de sus canarios, Hollaender entregóse a sus pájaros. Su última súplica consistió en que fuesen puestos en libertad, porque pensaba, después de el nadie podía cuidarlos con la diligencia y atención a que los había acostumbrado.
Ha muerto Carlos Hollaender, pero vivirá una eternidad, estremeciéndose la suave vida de su voluntad tranquila, de rama en rama. Así lo quiere el amor más humano y más divino, atravesándole la sombra de su espíritu en la selva. Asi lo quiere el estremecimiento de las cosas sagradas en la sombra por siempre luminosa de hombre fue un niño. Porque no otra cosa fue Carlos Hollaender. su sombra, que es también un estremecimiento, vivirá en la selva, y en la garganta de todos los pájaros del mundo Es una lección definitiva la suya. Definitiva mente poética, más allá del hombre, más allá de su corazón vigilante. Allá donde se asientan todas las resonancias, donde el color es una música de los matices; un paisaje qus no necesita de la presencia del pintor, porque sólo bastan los ojos y las manos del hombre para fijarlo certeramente en la conciencia de la libertad y del canto.
Los ojos y las manos y todo el carácter y la voluntad en polvo ante sus canarios de Carlos Hollaender, viejecito musicalmente construi.
do, que aprendió mejor canción de su vida mientras cepillaba pedazos de madera. La mejor canción de su vida que adelgazó como si fuese un hilo invisible y la introdujo en la garganta de sus pájaros, Por eso, nunca mejor que hoy, vale la pena recordar la vida sencilla y heroica, y recordar su muerte, reciente y dolorosa. Con una palabra podría ser detenido el movimiento de la tierra.
Pero una canción podría destruirla. reconstruirla, que es lo que necesitan hacer los hombres ahora para salvarse. para poder morir en paz con los demás hombres, como ha muerto, en paz con sus pájaros, Carlos Hollaender, maestro de la vida sencilla y constructor de una eterna conciencia musical.
muerte un OCTAVIO JIMENEZ