CommunismPopular FrontsSocialism

104 REPERTORIO AMERICANO Alrededor de Charles Louis Philippe Por EDUARDO AVILES RAMIREZ De El Nacional. México, 20 de enero de 1938 Charles Louis Philippe Charles Louis Philippe, cuyo aniversario acaba de ser celebrado en París, un poco en familia, lejos de la Academia, lejos de ese ruido de discursos y de concursos de que hablaba Verlaine en su célebre soneto sobre Calderón de la Barca; lejos de los salones lustrosos y de los personajes que hacen ruido al andar; Charles Louis Philippe, digo, era iya! un inienbro del Front Populaire, treinta años antes de que naciera el Front Populaire. Monsieur Boni de Castellane solía decir no tiene derecho a llevar sobre sus hombros un abrigo de bisonte mientras la hijita de mi conserje no tenga un abrigo, aunque sea de lana que llevar sobre los suyos durante el invierno.
Eso decía Charles Louis Philippe en los alrede.
dores de 1900. Un militante del Front Populaire de 1937 no lo diría mejor.
Al mismo tiempo explicaba sin pretender crear paradojas. Yo soy anticatólico precisamente porque me siento profundamente cristiano. Sólo un cristiano perfecto llega a ser revolucionario perfecto. por último rezongaba. Si los pobres no hiciéramos tanto ruido, los ricos no se apercibirían de que existimos los pobres. Decididamente los ricos tienen el oído defectuoso.
El gran escritor pobre iba muy lejos aún. Para él no habían países, no habían fronteras, no habían himnos, no había diferencia de razas, no había disimilitud de lenguas. Los hombres eran uno y lo mismo con sus defectos, con sus virtudes, con sus pasiones, con sus aberraciones, con sus actos aqui, allá, más allá, por todos lados. En cambio, para él había una división pro.
funda y llena de espasmos, entre dos mundos: el mundo feliz de los ricos y el mundo triste de los pobres. Los cronistas se acuerdan, en este aniversario, de su célebre explicación pú.
blica con Maurice Barres, en el curso de la cual le hizo este reproche. Usted, señor Barres, campeón integral del nacionalismo, se complace públicamente en se.
parar, de manera irreconciliable, las nacionalidades. Es una manera muy suya y muy particular de dividir al mundo. En cambio, yo separo sólo las clases, es decir, voy al fondo del problema, sin pretender resolverlo, pero muy satisfecho de por lo menos denunciarlo y seña.
larlo a la conciencia de los hombres, de los hombres ricos y de los hombres pobres, a la conciencia de todos los hombres de todas las razas, para que cada cual tome sus responsabi.
lidades.
Ya en aquella época, que resulta un poco he.
roica si la consideramos desde un punto de vista de estricta estrategia política, Charles Louis Philippe era socialista como un negro tiene los cabellos crespos. para serlo había una razón genérica, que lo explica todo: era hijo de un obrero, zapatero humilde si los ha habido, que fabricaba chanclos de madera de sol a sol por un salario infimo, y de una criatura que no aprendió sino a mal escribir su nombre y a mal deletrearlo, por culpa de la cadena invisible al cuello con que nacen los desheredades. Charles Louis Philippe logró alzarse, a fuerza de puños, hasta un modesto empleo en los mercados (era vigilante en les Halls y recibía un sueldo de la municipalidad. y después de haber vivido pobre durante toda su vida murió en un hospital, con la cadena invisible al cuello.
Sin embargo, su talento le abrió las puertas de la Revue Blanche en donde León Blum era crítico de teatros; escribió cuentos para Le Matin. y logró editar Pere Perdrix y ese célebre Bubu de Montparnasse que, como decían los naturalistas, es una tajada de vida.
Francia hay que consignarlo en su honortiene en su historial, muchos Charles Louis Philippe. Forman itantos son! una tribu numerosísima dentro de la frontera sentimental de la lengua. Es una casta que tiene horror de las castas. través del tiempo no del espacio se han sucedido en el Medioevo, en el Renacimiento, en la Edad Moderna, Unas veces combatieron en las jacqueries del siglo xiv, otros guerrearon en la gran Revolución, otros aún, durante la Comuna, supieron hacer discursos en las barricadas; y hoy, que es preciso mostrar remachada en la frente una etiqueta, para no ser confundidos ni con los indiferentes ni con los emboscados de la causa, están afiliados al socialismo y al comunismo, las dos únicas formas de combate de que disponen.
Un poco irónico, un poco railleur. un seño.
rito engominado y sutil podría decir que los Charles Louis Philippe no pesan, en el grandioso escenario de la batalla, más que lo que pesa un mosquito sobre el lomo de un elefante. El señorito sutil estaría tota mente equivocado. Los poetas tienen halo, como los predestinados. Los mosquitos son los señoritos sutiles Los poetas tienen el don de crear luz en torno e iluminar los cerebros oscuros de nacimiento, con sólo mover la invencible palanca de su palabra, versificada o no, Villon era ya un miembro del Front Populaire en el siglo xv.
Es la suma de Villones y de Pilippus los que hacen la revolución perenne de que hablaba Henri de Jouvenel Es la masa del pensamiento revolucionario, que tiene su lengua propia, que participa en la gran batalla, la que sirve de mo.
tor y renueva los elementos que son indispensables. Hay muchos hasta ignorándose, muchos Villones y muchos Philippes en Francia. La mejor prueba es que hay la temperatura revolucionaria sin sobresaltos que necesitan los politicos para trabajar. ciento sesenta años de distancia, la fisolofía y la crítica de los Enciclopedistas continúa agitando los espíritus. Es una especie de gigantesca e ininterrumpida carrera de antorchas griega en lo que se pasan, de generación a generación, los Jacques de Francia, el fuego sagrado.
Las ceremonias intelectuales celebradas en honor de Charles Louis Philippe son simbólicas por el sentido instintivamente revolucionario que entrañan. Los millares de conserjes de Paris, los millones de conserjes de Francia se acuerdan, este invierno, de que en 1909 murió un escritor que pedía a los Boni de Castellane no usar abrigos de bisonte mientras hubiera una hijita de conserje sin abrigo. así continúa Francia, la verdadera Francia. El General Franco se dirigió no hace mucho a la verdadera Francia. para pedirle su apoyo. Sabéis cuál es para el general felón la verdadera Francia. La que se compone con los miembros de la Academia, los restos de la nobleza de Coblentza, las doscientas familias y el clero. Ah, no! Esa minoría no es la verdadera Francia, de ninguna manera, es la que se trasmite de generación en generación la antorcha de la idea revolucionaria, y que es una masa innúmera de espíritus esclarecidos, de poetas proféticos, de líderes obreros, de conserjes que no tienen abrigo para su hijita. Más aún: yo conozco cien casos en que esta verdadera Francia está compuesta por burgueses. Si señor, por burgueses revolucionarios, sin paradoja sea escrito. Es esta marca humana de los desfiles del 14 de julio, este torrente de manos que votan en las elecciones, este padre río que se desborda y se infiltra en todas las capas de la sociedad. La verdadera Francia es Charles Louis Philippe y su Pére Perdrix. Es Charles Louis Philippe denunciando con la cadena invisible al cuello. el nacionalismo exacerbado de Barres y el abrigo de bisonte de Boni de Castellane. De los opuestos confines de la pumpa, uno tras otro, scbre el indómito potro que vuelca y bate las crines, abandonando fortines, estancias, rancho, mujer, vienen mil gauchos a ver si en otro pago distante, hay quien se ponga delante cuando se grita. vencer. Décima del Santos Vega. Con la CENTRAL DE PUBLICACIONES Avenida Juárez, Apartado 2430. México. México. Tels. Eric. 59 75 y 208 38 Méx. 94 30, consigue Ud. este semanario.
Con la LIBRERIA HACHETTE, Maipú 49, Buenos Aires. Rep. Argentina Dir. Tel. Aglibrairi. Tele. 38. Mayo 0101 y 0255. consigue Ud. este semanario Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica