44 REPERTORIO AMERICANO de Othón, fundida por Baudelio Contreras; biendo vivir en constante actividad, se pues todos conocían mi culto por el gran halla en forzado descanso. Debía Ud. propoeta potosino. Trátase de una carta que mi curar dar a su vida intelectual las expanpadre dirigió a Othón en 26 de mayo de siones que necesita, en todo lo que de Ud.
1889, dándole cuenta de mi nacimiento el dependa. si, por virtud del alejamiento 17 del mismo mes. Es mi mejor certificado en que se halla, no quiere dedicarse a trade presencia en este mundo. En esta carta bajos que necesiten estímulo, podría ponerencuentro unas líneas que valen la pena se a comentar obras de importancia, cotranscribir, porque contribuyen a la biogra mentarios que le serían un ejercicio muy fía interior del poeta. Este, en sus expan útil porque avivarían sus ideas ilustrándosiones amistosas, sin duda había contado las; y de este modo, el tiempo que Ud.
a mi padre que pasaba por una de aquellas esté en destierro no se habrá perdido.
crisis provocadas por la soledad y el aleja La verdad es que mi padre, naturaleza miento, metido como estaba en su pobre profundamente activa, tenía gran confianaldea. mi padre le contestaba, a la vez za en la moral del trabajo, creía que en que se refería a ciertos planes que, juntos, el ocio el alma cría malos humores, y iban poniendo en acción para procurar al hablaba del caso daba el consejo con poeta una situación más acomodada: conocimiento de causa: poco después, reti Ese desencanto de que se siente Ud. rado momentáneamente del gobierno civil herido, y que le ocasiona una enfermedad del Estado de Nuevo León y confinado intermitente de cansancio de espíritu, no a las funciones de Jefe de la Zona Militar, es otra cosa en mi concepto que el resulta que no le ocupaban mucho tiempo, como do de sus aspiraciones no satisfechas y de era de la noble tradición latina que alterna la ociosidad de una imaginación que, de la espada con la pluma, se puso a llenar sus ocios de cuartel realizando una verdadera bazaña: leyó y resumió toda la Historia Universal, de César Cantú, de que resultó un librito que publicó en edición privada: Bosquejo sobre la marcha de la humanidad, por Yosé de Banrer, anagrama de su nombre.
Pero, volviendo al trabajo que motiva estas líneas, hay que decir que poco afortunada la edición emprendida por la Secretaría de Educación Pública, de México, en 1928, y a la que ya hice algunos reparos en mi Monterrey, Río de Janeiro, octubre de 1931. con las notas de Jesús Zavala sobre el Epistolario de Manuel José Othon se inaugura el verdadero estudio documental del poeta. Por lo cual deseo, desde las páginas del Repertorio Americano, felicitar a Zavala, a la vez que le mando a Ud. mis más cordiales saludos.
ALFONSO REYES.
Señas: Córdoba, 95. México, España y Nicaragua Por SALOMON DE LA SELVA De El Nacional. México, 25 de diciembre de 1937 tía violación en mujeres de su familia, o había impuesto bumillaciones como las que alemanes e italianos están imponiéndoles a los españoles en las regiones dominadas por los facciosos. Más y más cada día, estos españoles, contrarios a la República o tibios para con ella, han de sentir su sangre arder en contra de los invasores. Ellos también han de comprender la enormidad de la desgracia que le han acarreado a España, y volverán sobre sus malos pasos a afiliarse con los ejércitos de la República. En La Voz de España, el periódico de los facciosos en Santander, no es raro ballar noticias como ésta que cita Leigh White. Por orden de las autoridades militares que dan rertirados de sus mandos los siguientes oficiales, desafectos al movimiento nacionalista.
La lista incluye a once oficiales. once espa.
ñoles que la España auténtica recobra.
Unidos en el espacio a un Lo que ocurre en la España pisoteada, en la España bajo el régimen de los fachistas extranjeros, me dolería si no tuviera experiencia personal de ello. Me duele doblemente recordándome ignominias que he visto sufrir a mi Nicaragua, patria bajo la bota herrada de la marinería de Coolidge y de Hoover.
La información que de ese aspecto de la guerra en España tengo, es la que ha suministrado el norteamericano Leigh White en artícu.
los recientemente fechados en Barcelona donde actúa como intérprete, al servicio del go.
bierno iegítimo. Lo más odioso de la invasión extranjera dice es la presencia de la infanteria italiana. En Valladolid los italianos se han hecho dueños completos de las fundiciones del gobierno. En la estación del ferro.
carril han arrancado los avisos y letreros y donde decía Guardia de Estación en castellano ahora se lee Corpo di Guardia. Tropas italianas patrullan las calles, exigen que los transeúntes les muestren sus salvoconductos, y allanan hogares. Al abordar un tranvía o entrar teatro, se niegan a pagar y vociferan. Essercito Italia, salvatore de Espagna!
No hace mucho que en Sevilla, cuando un tranvía no se detuvo a recoger a un grupo de italianos, éstos tomaron un automóvil, alcanzaron al tranvía, lo asaltaron, y hubieran lin.
chado al motorista si no se hubiera opuesto ello vigorosamente el pasaje. En Bilbao entra.
ron italianos a un café y ballando todas las mesas ocupadas ordenaron a los parroquianos españoles a desalojar el lugar. Se negaron a ello los españoles y uno de los italianos desenfundó un revólver y disparó. Dos mujeres y un mozo cayeron muertos antes de que los españoles pudieran darle muerte al facineroso a golpes de botella. Esas cosas solían ocurrir en Managua, al grado de llenar de ira hasta a los que eran responsables de la intromisión yanqui en Nicaragua. En España hasta los más recalcitrantes rebeldes han de odiar a los invasores. éstos perecerán cogidos entre dos fuegos, cdiados por aquellos a quienes atacan, y por aquellos que mal querían a la República, pero que a la larga han de convencerse de su error capital. Lo que los italianos son para las clases humildes, los alemanes son para las clases pu.
dientes dice Leigh White. El mejor hotel de Burgos, el Maria Isabel, sirve de cuartel para los aviadores alemanes. los huéspedes españoles se les ha arrojado de sus habitaciones y solo se les permite llegar a comer. El permiso les obliga a tomar sus alimentos en corti.
simo tiempo y evacuar el lugar inmediatamente. Los aviadores celebran bailes casi todas las noches. Permiten que lleguen mujeres, pero hombres españoles no. Si estas humillaciones las sufrieran sólo los civiles agrega Leight White quizás no re.
pararían en ellas los militares. En Nicaragua sólo los individuos de alma bastarda como el doctor Juan Bautista Sacasa, o de espíritu per.
vertido como el general José María Moncada, no sólo toleraban sino que aplaudian esas humillaciones. En España ha de haber, como en todas partes, Moncadas y Sacasas, pero en minoría. En España, conforme afirma el escrifor cuyos artículos glosamos, ya se van convenciendo los propios militares traidores de que su cjército no se toma en cuenta. Los extranjeros son los mimados del gobierno de los desleales. dice Leigh White. Todos los alemanes, con excepción de algunos mecánicos, tiener rango de capitán para arriba y sea cual fuere su rango original, a los alemanes y a los italianos se les otorga en España rangos superiores a los de los españoles que tienen idéntica función. los soldados rasos italianos se les paga diez pesetas diarias, a los reclutas españoles sólo 25 céntimos. El sistema de castas que se ha establecido queda inmejorablemente epitomizado en el reglamento de las casas de prostitución. Hay cuatro en Burgos: las dos mejores están reservadas para los alemanes, la tercera para los italianos y la cuarta y de peor calidad para los moros y los españoles.
En Nicaragua ocurría cosa igual. No es fenómeno particular al caso de España. Es lo que ocurre siempre que una parte descastada de la población tolera que llegue un ejército invasor para luchar en contra de los que alien.
tan un patriotismo elevado. Ello lleva en sí el germen de rebeldía eventual. En Nicaragua he conocido a gente que aplaudio el apoyo dado por los yanquis invasores a los vendepatrias, hasta que la soldad esca extranjera come Si un ciclo entero de predilecto cultivo de la historia ha producido, finalmente, que la historia se haya trocado ya en instinto fundamental e inconsciente de la sensibilidad humana. por qué no esperar que, tras de otra época, consagrada del mismo modo y con amor paralelo, al cultivo sistemático de los estudios de geografía, a la remoción por las emociones geográficas, esta misma geografía, con su multiplicidad de labor y de esfuerzo, alcance a trocarse, igualmente, en blanda disposición, en un instinto de unidad? Mucha historia ha dado por resultado, al otorgar a los hombres una conciencia tan profunda de la unidad en el tiempo, que éstos se sientan ya dispuestos a olvidar la historia. Mucha geografia producirá, tal vez, resultado parecido; y logrará hacer profundamente sentida, no ya la unidad de los hombres en el tiempo, sino su unidad en el espacio. Y, por consiguiente, su fraternidad. De Eugenio Ors, en su libro Las Ideas y las Formas. Edit. Peláez. Madrid. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica