12 REPERTORIO AMERICANO Alfonso Reyes, Embajador de las Letras Mexicanas, regresa a patria su Por ARTURO MEJIA NIETO Envío del autor. Buenos Aires, enero de 1938 Este viaje de Alfonso Reyes nos da coyuntura para hablar de lugares comunes, que, sin embargo paradójicamente salen de lo vulgar: México es el país que más estimula a sus artistas. Lo no sé qué piensan de esto en México, quizá ni se den cuenta: ni los hombres ni los actos generosos son profetas en su tierra.
México, entre los países hispanoamericanos, es el que más estimula a sus artistas. Las poderosas naciones de Sud América como las patrias chicas antillanas o centroamericanas, no hacen otro tanto. la causa es de orden metafísico: México es esencialmente un país emocional. Allí vivió una raza que buscó para expresarse, la forma, los colores, la belleza en una palabra. México es, posiblemente, el país más condicionado por las fuerzas estéticas entre los occidentales hoy día. Cuando José Vasconcelos escribió en el escudo de la Universidad: Por mi raza hablará el espíritu, nos dió que pensar. está condicionada por el espíritu la raza hispanoamericana. mejicana. Remito al lector curioso a un pequeño folleto, proyección de un artículo publicado en La Nación y cuya autora, doña Victoria Ocampo, nos plantea el problema del espíritu y la sangre. Europa sí, actúa por el espíritu, nosotros más todavía que el italiano, raza de pasión actuamos o estamos condicionados por la sangre. Por la raza latina habla el espíritu? nosotros hispanoamericanos ¿somos latinos como lo proclama Francia? Es decir, como quiere Francia llamarnos? aun eso es discutible: ninguna raza ni ninguna cultura įes que es posible la cultura sin comprometer el espíritu. puede proclamar el monopolio del espíritu. Pero la intención es generosísima y somos los primeros en aplaudir a Vasconcelos, hombre tan personal y tan raro de quien algún día su intimidad nos irá palique, para un ensayo. Pero ahora debemos volver al camino real como buenos jamelgos: México recurre a sus escritores para llenar sus plazas vacantes en la diplomacia. Señor lector. qué otro país nuestro hace otro tanto?
Algo el Brasil y allí acabó la cuenta. El Río del Plata ha recibido, como representantes oficiales, a hombres como Amado Nervo, González Martínez y Reyes, además el joven querido amigo Torres Bodet, entre otros. Sud América se había apropiado de Alfonso Reyes desde hace cosa de doce años; hoy lo devuelve. Alfonso Reyes ha dicho en una comida intima con cierta sorna: volveré en la semana que no tenga viernes. Risas. se va, se fué. Ya estuvo en París, en Madrid, en Río, en Buenos Aires, todo, todo lo latino. Qué hará ahora? El, tan admirador de las letras inglesas. no irá a Inglaterra. Permanecerá en México? Reyes ha llegado a ese pináculo de grandes responsabilidades, pero de jugoso y rico estado espiritual que se llama: madurez. Su talento creador y su erudición europea, unido a su espíritu americano, lo colocan en una situación envidiable para darnos una obra que acaso no esté entre los buenos libros que ha escrito. Que acaso las tareas diplomáticas le hayan impedido dárnosla. Alfonso Reyes hay que envidiarlo por los millones de millones que tiene. Este hombre pequeño de estatura, elocuente de mirada y de palabra, este hombre, en efecto, que pañol de España. Por eso llamamos a Reyes: El Embajador de las Letras Mexicanas.
Los amigos de Reyes en Sud América son incontables. Queda bien en la jerga de escritores decir: estuve con Alfonso Reyes, me escribió Reyes, recibí carta de Reyes, allí publica Reyes; entre otros escritores americanos, colaborará en esa nueva revista Alfonso Reyes. Si pasaba un escritor sudamericano por Buenos Aires, preguntaba: dígame. en dónde queda la Embajada de México? Quiero ver a Reyes.
Yo creo una cosa: Reyes es el hombre de la tolerancia. El tiene sus simpatías y diferencias, pero sabe callar. Por eso es tan querido. porque ha puesto arte en su vida y en su obra. Yo no he leído quizás exista, pero lo ignoro. un escrito corrosivo de Reyes: esto, por desgracia, es lo común en los escritores americanos y mucho ay. 2n el mexicano. Reyes es todo lo contrario. La mayor censura que oſ a un escritor chileno gran amigo de Reyes por cierto fuc ésta. Le falta quizás fuerza. quizás pasión. por lo mismo que es un escritor tan Alfonso Reyes cuidado y tan pulcro. 1938)
Las clases altas de Buenos Aires quieren a Reyes del mismo modo que las clases bajas.
De Buenos Aires se ha ido en el preciso molo miramos tan chiquito cuando nos acermento en que empezaba a ser de importancia camos a él y que luego, al dirigirle la palasuma. Ved si no: estaba constituyendo un bra y oírle hablar, de pronto ique cosa rapuente entre la aristocracia y el escritor y enra. se nos estira y lo vemos alto, elegante tre el pueblo y las esferas diplomáticas. Con intenso y en lo que menos pensamos es que su presencia se aseguraba el éxito de una coes un hombre bajo, gracias a su palabra al mida, de un recital, de una obra de beneficencia. Se le admiraba y se le quería. Decían: Este Alfonso Reyes, decíamos, es un millo. Ah, Alfonso Reyes, tan bueno. Claro, nario de amistades. Ser amigo de Alfonso no debe faltar. Concurría, pues, el Embaja.
dor de México, pero quien salvaba Reyes es un honor. No importa si uno perReyes.
tenece a tal o cual partido político, a tal o cual escuela literaria, ame o no a México, ya ¿Quién puede sustituir a Reyes ahora?
Nadie, nadie tiene el don de gentes y las aque Reyes a fuerza de ser mexicano es promistades suyas. Pero pienso Reyes no iba fundamente universal y su idioma, sus tea escribir mucho con tanto compromiso, con mas, su estilo, su matiz es tan interpretado tanto llamado telefónico. Los que queremos por un francés. qué bien suena la fina al escritor, sacrificamos al amigo y decimos: prosa de Reyes en el idioma de Juan Racine!
está bien que se halla ido, en México podrá. o por un chileno, un argentino o un es escribir más libros. Ah, con tanta mujer en la antesala, que iba a escribir. Ah, con tanto discurso. Unas palabras de Alfonso Reyes, ya que se trata de un acto americanista.
Una suerte insegura se fué Reyes, pues. Reyes, el erudito Pero el hombre que no se olvida de la nueva Fuera de la creación artística es muy insecivilización de América, a pesar de su amor gura la suerte de una labor literaria. No es por la vieja de Europa. Su simpatía por la República Española ha sido notoria. Era la cantidad garantia de duración. Southey, uno no sólo el diplomático que se hacía eco de de los poetas ingleses del siglo diez y ocho, su Gobierno, sino el hombre que se haría eco alcanzó verdadera fama en su tiempo. Fue de los sentimientos de su corazón. no se poeta laureado de Inglaterra. Escribió unos puede usar su nombre como bandera, porque no es un General, ni mucho menos, pero no cien volúmenes de prosa y verso. La critica hay duda que Reyes se presentará a las filası inglesa lo sitúa hoy por debajo de Wordsworth, como soldado en cualquier momento. Ya esKeats y Shelley; se lee muy poco, y uno solo pero leer su nombre en letras de molde en los entre sus libros parece conservar la frescura diarios de Antillas, Centro América y México. el nombre de la actual situación espay el interés de su aparición, la Life of Nelson.
ñola, andará mezclada.
La Argentina, país generosísimo para los (De Medardo Vitier en el libro Enrique portadores de cultura, sean de donde fuesen, José Varona: su vida, su obra y su influen sabe apreciar a Reyes. Desde aquí le agitamos cia. La Habana. 1937. una vez más nuestro pañuelo.
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fiesta era Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica