BourgeoisieLiberalism

REPERTORIO AMERICANO 309 en romería a ver al loco encaramado en lo alto de la chimenea inaccesible Una luna esplendorosa inundaba la tierra al empezar la segunda noche de vigilia de nuestro héroe emancipado. no se sabe si vencido por el sueño se quedó dormido en aquella mortal altura o si vislumbrado el amargo oprobio de su derrota se arrojó en el vacío. Lo cierto es que Juan, el loco, murió descalabrado en presencia de gran número de consternados espectadores.
Todavía se habla en el asilo de Juan Escobedo, a quien una perversa e imposible idea libertaria le hizo perder la razón y lo llevó a su muerte.
La esclavitud negra en el coloniaje de Cuba Por FERNANDO ORTIZ Fragmento del Prólogo a la nueva edición de José Soco: Historia de la Esclavitud de la Raza Africana en el Nuevo Mundo, y en especial en los paises Americo Hispanos. Tomo Cultural, Habona. 1938. Envio del autor.
El problema de la esclavitud ha sido en Cuba el más importante de su historia por sus enormes trascendencias sociales en el país, así en el orden económico de su producción agraria y en el político de su constitución oficial como en el de los aluviones de su formación de mogénica y en el de sus turbias relaciones internacionales.
En rigor, el sistema colonial de España en Cuba, desde la conquista de la isla por Diego Velásquez en los albores del siglo XVI hasta la caída de tal soberanía en el ocaso del siglo XIX estuvo siempre basado en la esclavitud.
Primero la esclavitud de los indios, cfectiva aun cuando a veces disimulada bajo sutilezas de juristas; luego la esclavitud de los negros, con plena legitimación real, sin remilgos ni tapujos. Siempre la esclavitud, y sólo la esclavitud, fué la base de la estructura económicosocial de la colonia de Cuba. Sobre la básica esclavitud de la fuerza del trabajo productor se alzaba un sistema de concordantes y complejísimas restricciones económicas que caracterizaron el colonialismo español como un régimen autoritario y absolutista hasta sus últimos tiempos. España fué una metrópoli económicamente inepta que, cegada por sus fanatismos, destruyó su propia y activa burguesía, así la judaic e internacional como la católica y comunera, precisamente cuando nacía su imperio indiano, quedando sometida durante siglos, así ella como sus colonias, al dominador provecho de la banca extranjera, ora a los florentinos y genoveses, ora a los tudescos y flamencos y, al fin, a los mercaderes de London, Bristol y Liverpool. España fué incapaz de sostenerse en América cuando su política económica, secularmente esclavista y feudalesca, hubo de cesar por la abolición de la servidumbre y ésta fué sucedida en el mundo occidental por una economía liberal de industrias y comercios competidores, a la cual España no se pudo incorporar.
Fuera de aquel breve período progresivo de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, hijo de la Enciclopedia, de la Masonería y de los Ministros de Carlos III, que expulsaron de los territorios españoles a los jesuítas, establecieron las Sociedades Económicas de Amigos del País, crearon la instrucción pública gratuita y prepararon el advenimiento de las libertades civiles y comerciales, Cuba no tuvo en su secular colonia je otra época liberal. Jamás hubo aquí más cordial inteligencia entre autoridades y criollos. De esos días son las figuras más luminosa de la colonia y el único patriciado digno de la época. Pero todo aquello acabó pronto por la reacción absolutista le España, ayudada por las tropas invasoras del absolutismo extranjero. Hasta hubo clérigo cubano, como el Padre Félix Varela, que fué desterrado por vida como peligroso; hasta el Obispo Espada, de la diócesis de la Habana y vascuence de cuna, fué perseguido por ma.
són.
España adormecida en el dogma inmutable y negada al experimento creador, siguió aferrada a la milenaria economía señorial cuando ya el mundo contaba con potentes aristocracias industriales. Todo progreso económico vino a Cuba pedido por alguno de sus hijos y no por largueza metropolitana sino con asistencia extranjera; la libertad mercantil y la de los cultivos, la máquina y el vapor, los caminos de piedra y los de hierro, el gas y la electricidad, la supresión de la trata y la abolición de la esclavitud. el respeto al trabajo y la experiencia democrática. España, que en Cuba supo someter negros esclavos, no supo preparar ciudadanos obreros; si tuvo fastuosos hacendados le plantaciones no tuvo grandes industriales libres; si fué gobernada por pomposas dinastías ultramontanas no pudo conocer la potencia internacional de banqueros propios; si confió en capitanes despóticos no contó para nada con maestros educadores.
España no supo hacer compatible su soberanía con ninguna libertad. Sus potentados se obcecaron siempre en sostener integramente todo el sistema colonial de sus privilegios económicos y políticos y creyeron debilitarlo si aflojaban una sola de las ataduras. Los cubanos tuvieron que ganarse a la vez su independencia nacional y todas sus libertades ciudadanas. Todo hubo que sufrirlo junto y todo hubo conjuntamente que lucharlo y que vencerlo. Hoy parece inverosímil que nuestra tierra apenas hayan transcurrido cincuenta años del último latigazo a un trabajador esclavo.
El avance del abolicionismo en el extranjero, en todo el resto de América salvo el Brasil, no bastó a vencer la obstinación del absolutismo hispano en mantener la esclavitud para sus colonias, aun cuando ya se sabía que el trabajo del bracero encadenado por la esclavitud era menos provechoso que el trabajo del obrero ya sin grilletes pero sujeto por el salario.
Fué la guerra libertadora de los diez años, sostenida por los liberales criollos con la cooperación de los esclavos, la que impuso el fin de la esclavitud. La decretaron los cubanos insurgentes en los campos de su república de Cuba Libre. La metrópoli aun esperó a que terminara la contienda con la tregua de Zanjón. La esclavitud llegó a ser en el mundo occidental una Institución Española (1. como escribió en 1867 el mismo general Serrano, siendo gobernador de Cuba y poco antes de ser regente de España España promulgó la abolición en 1880 con sinceridad, por la revolución revivida en Baragúa, y no la hizo efectiva hasta el año 1886. Ni aún después de esta fecha supo España preparar el advenimiento de una burguesía insular democrática que diera la solución impuesta por los tiempos, la de una economía liberal. Por ello, antes de una de cada se reanudaba la guerra por las otras libertades.
Puede decirse que en Cuba al caer la esclavitud cae también España. De igual manera que en el Brasil es derrocado el imperio, en 1889, al ser suprimida la esclavitud el año anterior. La dominación española en Cuba apenas pudo sobrevivir diez años a la abolición de la esclavitud. No pudo adaptarse al nuevo clima político del liberalismo económico que la época exigía. Sus gobernantes, reyes, clérigos, aristócratas, militares y potentados, hasta sus mismos mercaderes, favorecidos por su privilegiada condición de peninsulares, abomiraban de toda idea de transformación social que hiciera mengua de ninguno de sus privilegios. al quebrarse la armazón sustentadora de la esclavitud, que era el harcón central de la economía de la colonia, todo el sistema de su autoritarismo absolutista se derrumbó al suelo al primer huracán popular. La gran procesión cívica que en 1886 recorrió las calles de la Habana para celebrar el fin de la esclavitud es ya el entierro de la colonia. llegó el siglo (xx) sin haberse formado ni en Cuba ni en España una fuerte burguesía propia y ambas naciones han seguido una paralela bistoria. Igualmente vacilantes en la ingenua puericia de sus democracias, pasa Cuba del imperio de la Esterlina al del Dólar y España sigue su debate contra las ingeriencias que en sus destinos quieren seguir imponiendo los intereses forasteros. Por todo esto, el tema de la esclavitud siempre mereció reflexión a los pensadores de Cuba y seguirá siendo indispensable estudio para conocer objetivamente nuestro desenvolvimiento histórico.
en ariel (1. La esclavitud, que ha sido en la historia una institución nacional, casi extinguida con los últimos vesfigios de la edad medio, pero que fuvo un frisfe renacimiento después de la conquista de las Américas, no es en el dia, cuesia dolor confesarlo, sino una institución espanola, pues el Brasil, que no la ha abolido todavio, tiene ya empeñada su palabra de que va a ocuparse en la pronto resolución del problema. Es una cuestión de humanidad y so pretexto de humanidad, estaremos siempre amenazados, y en proporción creciente cada dia, de una intervención extranjera, perturbadora y humillante, mientras montengamos la esclavitud en nuestros provincias de Ultramar. En Inglaterra, en Francia y también en España existen sociedades abolicionistas que van ganando terreno en la opinión público, porque es simpático el lema de su bandera, y que acabarán por producir una coacción moral irresistible. Anficpémonos para obror con libertad y prudencia, no sea que la corriente abolicionisfa venga mañana a arroslrarnos de manera que sea enfonces preciso seguirla a la correro, hollando todos los intereses, sin guia racional, sin compensación posible para los propietarios. Cita de de Labra. La abolición de la esclavitud, 1869, pág. 23. Quincenario antológico de Letras, Artes, Ciencias y Misceláneas.
Director: FROYLAN TURCIOS Ap. 1622 San José, Costa Rica, América Central Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica