REPERTORIO AMERICANO 95 a tu días. Esto le ocasionó severos castigos que deprimieron su alma profundamente.
Cierto dia se verificó un concurso para premiar a la alumna que escribiera la mejor composición. La recompensa eran ocho dias de vacaciones en la finca de una señora, amiga del asilo. No había una sola que no anhelara salir vendedora, y todas se proponían competir en el concurso. Solamente Marta fue excluida por haber dibujado ciertas caricaturas de algunas de las que dirigían el asilo.
La chica no respondió una sola palabra cuando le informaron de la decisión. Se fue a acostar en silencio, y contra su costumbre, con ninguna de sus compañeras comentó la injusticia, Al día siguiente había desaparecido.
cantaré mi última serenata. Me acercaré ventana, te diré muchas cosas que he guardado para última hora, y se unirán nuestras almas en dulce emoción, por más que estemos separados por una pared.
Eugenia se fue a acostar esa noche con la alegria del que espera oir cosas dulces de su amado, y su madre, pensando que al día siguiente tenía que levantarse en la madrugada para partir, también se retiró temprano. Al poco rato se oyó el rasguear de una guitarra acompañado por la magnífica voz de tenor de su amigo, que cantaba canciones muy tristes. Luego cesó el canto, y Eugenia esperó ansiosa la confesión a través de la ventana. Pero. nada. Aguzó entonces su oído, y escuchó un suave e ininteligible murmullo cerca de la ventana de su madre, Dios mío, pensaba Eugenia, si le dije que era la de la izquierda. si mamá se encontrara despierta. Qué puedo hacer? se tapó bien la cara con la cobija.
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El agua grande (Viene de la última página)
vez a Habiendo quedado Marta huérfana de padre madre a la edad de cinco años, fue conducida un orfanatorio. Alli dio muestras de precocidad desde su más temprana edad. E! asilo era dirigido por damas caritativas, mas gran cantidad de niños se quejaban en la creencia de que no era regido con entera justicia. Contaba Marta seis años cuando casualmente oyó la siguiente conversación de dos de sus compañeras de más edad. Tenés listas las bolsas ya? decía una. Sí, ya tengo todo arreglado, fue la contestación. Pero tengo miedo de que se vaya a enterar la niña María, y entonces nos castiguen por querer zafarnos. No seas tonta. Cómo lo va a saber! Además, pensá en todo lo que vamos a gozar cuando salgamos al mundo. Allí nadie nos dirá: e.
hora de estudio. a dormirse ya. queda Ud.
sin postre por desobediente. Terminarán ias preferencias e injusticias, y entonces vamos ser completamente felices. Marta, que escuchaba sorprendida. preguntó ingenuamente. dónde van ustedes?
Marta. que escuchaba sorprendida. premetás en las conversaciones de las grandes. Eso es muy feo. Pero yo quiero ir con ustedes. dijo la chica casi Morando. Díganme a dónde van, porque si no le pregunto a la niña Macia. Martita. dijo entonces dulcemente la misma muchacha No le digas nada a la niña María. Ella quiere que salgamos a pasear, pero sin que nadie se entere, porque no podríamos ir todas. Verdad que no dirás nada? Toma y le regaló una pequeña muñequita, su único juguete.
Marta se quedó pensativa y antes de acostarse, cuando la niña María pasaba revisión a las chicas más pequeñas, le preguntó en voz muy baja: Si me duermo ligero y me porto bien. puedo ir mañana a pasear con Luisa y Virginia?
La niña María preocupada en ver a cada una en su puesto, respondió que sí. la mañana siguiente Marta fue llamada a la dirección, para averiguar el paradero Luisa y Virginia, mas no se pudo obtener mucha información ya que ella, en realidad, se había enterado de muy poco.
Todas estas impresiones fueron a formar parte del inconsciente de Marta, para que más adelante surgieran los efectos.
La niña continuó viviendo diez años más en el orfanatorio, siendo jefe de varias manifestaciones de rebeldía, ya que las niñas creían que las injusticias aumentaban con el transcurso de los los ojos de los leones. Al ver el niño que los ron entonces del barco y se despidieron del homcjos de los leones se habían puesto rojos, cocrió tre y de los animales. El barco volvió a hacerse a su casa y se lo dijo a su madre y a su abuela. tan pequeño, que le mletiecon otra en la La abuela dijo entonces. Desentierra en seguicaja.
da el puchero y saca el barquito de la caja! Al Pero el hombre habia sentido la codicia de las desenterrar el puchero se encontraron con que perlas. Se fue en busca del juez y acusó al niño estaba lleno de perlas; y el barquito fue cre y a la madre. Los metieron a los dos en la cárciendo, creciendo, hasta convertirse en un barco cel. En cuanto al cuervo, se echó a volar y volgrande de verdad. La abuela dijo: oged el pu vió con una carta para el juez. La carta estaba chero y subíos al barco. Cuando venga el agua escrita por un dios y decía: Peregriné por el grande, salvad a los animales que vengan a vos mundo disfrazado de mendiga. El niño y su otros, pero no a los hombres, a esas cabezas ne madre me recogieron. El niño me trató como a gras. Se subieron al barco y la abuela desapa su abuela y no tuvo repugnancia en lavar mi reció.
suciedad. Por eso les he salvado del agua granEntonces empezó a llover. La lluvia bajaba del de, con que destrocé a la ciudad pecadora en que cielo cada vez con más fuerza. Finalmente no vivían. Ponlos en libertad, juez, pues de lo coneran ya gotas sueltas sino una corriente que lo trario, caerá sobre ti la desgracia.
inundaba todo. Pasó un perro, arrastrado por el El juez les hizo venir a su presencia y les preagua, y lo salvaron mietiéndolo en el barco. guntó lo que habían hecho y cómo se habían poco llegó un par de ratones con sus crías que salvado del agua. Se lo contaron todo y vio que chillaban de miedo y los salvaron también. El estaba de acuerdo con la carta del dios. En vista agua llegaba ya a los tejados de las casas. En de esto, castigó al hombre que los había denunun tejado había un gato encogido, que maullaba ciado y los puso en libertad.
lastimosamente; lo recogieron también en el bar Cuando el niño se hubo hecho ya hombre, lle.
co. El agua subía cada vez más y llegaba a las gó un dia a una ciudad. En la ciudad había mucha capas de los árboles. Sobre un árbol habia un gente y se decía que la princesa quería casarse.
cuervo que movía las alas y graznaba. Lo reco Pero para encontrar al hombre que la mereciese, gieron también. Finalmente llegó volando un en se habia metido en una litera, cubierta con un jambre de abejas. Los animalitos estaban com velo y había mandado que la transportasen, junpletamente mojados y apenas podían ya volar. to con otras muchas lideras, a la plaza del merTambién dejaron a las abejas que entrasen en cado. En todas las literas había mujeres con el barco. Por último apareció un hombre de pelo velos y una de ellas era la princesa. El que acerregro, flotando por encima de las olas. El niño tase con la litera en que iba la princesa, se cadijo: Madre, vamos a salvarle también. La saría con ella. El muchacho se fue también allá madre no quería. La abuela nos ha dicho que y al llegar a la plaza, vio que las abejas, a no salvemos a ninguna cabeza negra. Pero el niño quienes había salvado del agua grande, zumbainsistió: Vamos a salvar al hombre. Me da ban todas alrededor de una sola litera. Se acercompasión, y no puedo ver cómo se lo llevan las có a la litera y, en efecto, en ella estaba la prinaguas. Salvaron también al hombre.
cesa. Se delebró la boda y vivieron felices hasta poco rato fueron bajando las aguas. Salie el fin de sus días. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica