378 REPERTORIO AMERICANO y saber que es verdad el destino de las rosas por el latido del infinito en las venas, y repasar siempre la misma esquina con el ruido en el alma de la lluvia que nos nombró bajo aquel pino; y tener en el pecho cruces de tantos fuegos y no saber, en qué viento, bajo qué luz, en qué vertientes ignoradas, se nos pondrá el corazón a soñar en la tierra. Poema de lo ignorado. Un viento huracanado, empapado en llanto de estrellas y de nardos y de ángeles insomnes alarga el llamamiento de los trigos: Federico Federico, Federico. espejo exacto al sueño y a la luz¿En qué árbol eterno señor del mediodia del silencio custodias la palabra de las altas. Pulso de sol y espuma, Federico.
habitado de niñas tiernas y de caracolas, cen qué río rojo, en qué delirio, en qué agorsía innombrada naufragó el secreto de tus nidos. Oda a Federico en el cielo de Granada. El alma pide lo suyo. El buen gusto y la sutil finura también. Aquí tenemos, acercando corazones, acercando pueblos iporque poesía salva distancias materiales y enciende lámparas votivas en tiempo sin mi.
nuteros. a Serafina Núñez voz de poesía. La Isla se estremece.
Pero una mujer sueña en la Isla. El poema de Serafina, bello, sencillo, sensible, entrañablemente atravesado de la triste cordialidad de los que sufren, se salva y nos salva.
Instante de presencia sin historia abrigado en un sueño de azucena, vida ajena, desasida, a su vida a la muerte, volando sus persianas a la espuma.
Abierta playa sir memoria de ola clavada en espacio del rocío; mariposa desnuda en mariposa negada ya a mi lágrima y mi brisa. Infancia. Toda la vida el carto aprisionado, toda la muerte darlo sin orillas.
Paloma al fuego turbio de los días persiguiendo tenaz la flecha pura. Canción de primavera. no tengo nada más que este misterio de surtidor para lavar palomas, este suspiro levantándose al borde de la espuma. este temblor agudo por las venas de niño pronunciando la primera vocal, para echarme a la brisa de tus pétalos. Veis? El milagro se ha producido. La comunión espiritual ha sido lograda. Una dulce, penetrante, fina melancolía nos invade. Dónde, las fronteras que separan a los pueblos. Dónde, los egoísmos que separan a los hombres? El patrimonio universal de la belleza nos ha dado lo suyo lo nuestro en la definitiva estatura de una voz de poesía.
Como las albas y las noches estrelladas para los que saben ver; como el balbuceo de los niños y el canto de los pájaros, para los que saben oir, como el corazón del mar, del bosque y del hombre, para los que saben crear, he aquí que Serafina Núñez, alba, pájaro, bosque, ofrece patrimonio de belleza incorporando el sueño puro de la isla al sueño puro del joven Continente. Consignemos en estas líneas nuestra emocionada gratitud: porque Serafina, siendo capaz de superar la función social de la poesia por la vía de redención incitativa y excitativa que flamea sobre el verso banderas de calientes insurgencias, la ha superado también, por la vía de redención depurada, sensibilizada, desnuda, que concentra en el poema valores y calidades de limpia filiación emocional. Extasis. caminar las noches con el frío de urs amor muerto crucificado entre los brazos, Poemas de Serafina Núñez Sacados del libro: Isla en el sueño. La Habana. 1938.
Infancia Instante de presencia sin historia abrigado en un sueño de azucena, vida ajena, desasida, a su vida y a la muerte, volando sus persianas a la espuma.
Abierta playa sin memoria de ola clavada en el espacio del rocío; mariposa desnuda en mariposa negada ya a mi lágrima y mi brisa. Nada más. Este cauce tormentoso donde mi vida lanza sus reietas de fuego y enloquecidas aspas muelen en río rojo, y este apretado dolor que me destierra. tengo la frente hecha con la sangre de esos pájaros que se caen muertos por no sé qué lagunas del otoño.
Pero ahora el sabor fluye con palabras sin sombra, empieza a cantar la Vida ers la punta anhelante de mis senos, y tú me llegas al corazón como el rocio de la noche al silencio estremecido de las corolas.
Nocturno inconforme Poema de lo ignorado caminar las noches con el frío de un amor muerto. crucificado, entre los brazos.
y saber que es verdad el destino de las rosas por el latido del infinito en las venas, y repasar siempre la misma esquina con el ruido en el alma de la lluvia que nos ombró bajo aquel pino; y tener en el pecho cruce de tantos fuegos y no saber, en qué viento, bajo qué luz, en qué vertientes ignoradas, se nos pondrá el corazón a soñar en la tierra.
No, no; no quiero esta noche con estrellas recortadas y vano cielo creado.
Quiero la noche que traiga clara la luna perpetua, la noche que traiga una estrella para todo labio que diga: estrella!
Extasis Acuarela Ahora; en la flor encendida del pecho me brota la canción para tu orilla. no tengo nada más que este misterio de surtidor para lavar palomas, este suspiro levantándose al borde de la espuma. este temblor agudo por las venas de niño pronunciando la primera vocal, para echarme a la brisa tus pétalos.
Pusa ia flor en el agua. Un mundo da sus peces a las riberas mías. Pasa la flor en el agua: yo mirándola. soy también flor en agua pasando. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica