322 REPERTORIO AMERICANO En esa tarea de aconsejar a la opinión, o, más exactamente, de poner a la opinión en condiciones de saber lo que conviene al país, no he regateado nunca mi parte; tampoco hoy.
Pienso que, en España, amigos y enemigos están habituados a escucharme como a un hom bre que nunca dice lo contrario de lo que siente. a no escucharme, y por igual razón.
Con estas advertencias llamo en primer término vuestra atención sobre un hecho que todos conocéis: de todas las fases por que ha ido pasando este drama español, la que hoy predomina y absorbe a todas las demás es la fase internacional.
El drama español surgió aparentemente con los caracteres de un problema de orden interior de España, como un gigantesco problema de orden público. Todos los Gobiernos de la República se han esforzado por situarlo así, y porque no fuese más, y ya era bastante. la sinceridad de los propósitos y de las intenciones de todos los Gobiernos de la República, no puede ponerse en duda, aunque no sea más, si no hubiera razones, que por la consi.
deración de su propia conveniencia porque de que el drama español dejase de ser un conflicto nuestro, sólo mayores desventuras y calamidades y conflictos podrían venir. Pero el ata que a mano armada contra la República descubrió pronto su aspecto de problema internacional. Lo descubría porque unos grupos sociales o unas fuerzas politicas o las fuerzas armadas del Estado se rebelaban contra el régimen establecido? No. Se revelaba esa fase, porque otros Estados europeos, principalmente Alemania e Italia, acudían decididamente, con hombres y material, en apoyo de los que atacaban violentamente a la República. por qué acudían. Por qué les prestaban este apoyo. Acaso por pura simpatia política, o emprendiendo lo que se llamaría malamente una cruz a da ideológica ¿Por puro espíritu de propaganda. No. En el fondo, al Estado alemán y al Estado italiano les importa muy poco cuál sea el régimen político de España, y, si la República española se hubiera prestado a entrar en el sistema de política occidental europea que planteaba el Gobiernc italiano y a trabajar por deshacer el statu quo actual y a servir los intereses de la naciente hegemonía italiana en el Mediterránea. ah. es seguro que en Roma y en Berlín se hubiese declarado que la República española era un arquetipo de organización estatal. Les prestaban esa ayuda para incorporar a España con todo lo que España significa, a pesar de su debilidad militar, al sistema que nace en Roma, y que no me voy a cansar en definir, porque todos lo conocéis.
Cuando los síntomas probatorios de esta situación aparecieron, y los divulgamos, y los dimos a conocer al mundo entero, no fuímos creídos. Se pensó, tal vez que eran artículos para la exportación, trabajos de la propaganda. Yo mismo, allá por Julio o Agosto del 36, en las primeras manifestaciones públicas que hice para el extranjero sobre nuestra cuestión, lo dije así. Debieron creer que no me habia adscrito a los servicios de propaganda. Después, los Gobiernos de la República, incesantemente, han llevado a todas partes las pruebas de este hecho; pruebas irrefutables que destruían la convencional actitud de fingir una duda, y todas estas pruebas fueron recibidas o con una reserva desconfiada o simpatía taciturna; pero ya nadie lo puede poner en duda, nadie puede afectar la posición de la duda y ha sido preciso, para que estas dudas no puedan subsistir, ni siquiera como artificio de discusión, que los propios agresores confiesen la agresión, se jacten de ella, expliquen sus fines, y no sólo esto, sino que con en el crden internacional. Cuando los Gobiernos viertan la agresión en moneda de cambio y en de España fueron a presentar sus reclamaciones materia de regateo y de contrato.
y sus alegaciones donde debían y no sólo a GiDelante de esta situación. qué han hecho nebra. todos los proyectos propuestos o solicilos Gobiernos de República. Acaso declarar tados o requeridos por el Gobierno español frala guerra a Italia y a Alemania. No. Han ido casaron. por qué? La tesis consiste en decon su derecho a las Instituciones internacio cir que el dar paso a las reclamaciones del nales creadas para el mantenimiento de la le Gobierno español, por justas que sean, habría galidad. España, sobre todo con la República, producido la guerra general. Nunca he podido inabia tomado en serio los propósitos, aunque admitir la realidad de esta tesis. No se puede no sienpre los métodos, de la Sociedad de admitir, no en el orden teórico, sino en el orNaciones; y se había adherido a los principios den de hecho tal como están situados los facque inspiran los planes de seguridad colectiva. tores políticos en Europa; no se puede admi.
Aunque todos los españoles, por raro caso, tir que el mantenimiento sereno y digno de las estaban unánimes on mantener en nuestro país obligaciones pactadas fuese a producir un conuna reutralidad a todo trance y costa, Espa flicto internacional. Opinión que, dicha por mí ña aceptó las limitaciones que a esa política podia parecer interesada; pero en ella me ade neutralidad contiene y contenía el pacto de la compañan eminentes estadistas extranjeros que Sociedad de Naciones, con tal de sumarse a han tenido sobre si la responsabilidad del poder una obra superior de interés general.
en sus países durante los días más agudos de la La República inscribió en su Constitución crisis, y opinan lo mismo.
los principios generales del pacto. La Repúbli Es, por otra parte, calumnioso y desatinado aca se sumó a la política de sanciones cuando firmar que el Gobierno, éste u otro, de la Repúel ataque italiano contra Etiopía, secundando blica, ha buscado, ha deseado nunca una guerra la política de los poderosos de la tierra que en general para disolver en ella nuestro problema tonces tenían la fortuna de que su interés na nacional.
cional coincidiese con los dictados que rigen Sería una táctica equivocada atosigar a los la vida moral de la Sociedad de Naciones. demás, con los peligros que corren con una u Cuando la política de sanciones fracasó por lo otra politica. Es impertinencia tratar de explique todo el mundo sabe, la República españo car a los demás en qué consiste su interés nala quedó expuesta, descubierto el costado, a las cional. Ya ellos lo saben bien de sobra. Sería represalias del rencor. Pocas semanas después pueril creer que la política internacional de un ce decretarse la abolición de las sanciones y pais vuede fundarse no ya exclusivamente, pctodavía vivo el conflicto de Etiopía, comenza To ni siquiera principalmente en la semejanza ba la agresión italiana contra nuestro país. o diferencia de los regímenes políticos. La pono sólo esto. España, lo mismo bajo la monar lítica internacional de un país está determiquia que bajo la República, se ha mantenido nada por datos inmutables o de muy difiel al sistema de equilibrio y de statu quo fícil mudanza, y por debajo de los regímenes en la Europa occidental y en el Mediterráneo; políticos, hay valores de otro orden que los reequilibrio basado en la hegemonía británica y basan y que, en realidad, los subyugan. Me exla libertad de comunicaciones marítimas de cuso de poner ejemplos del exterior que son Francia con su imperio de Africa. No nos ligaba bien palpitantes y están en la noticia de toa este sistema ningún pacto, ni público ni secre dos. Basta volver la vista a nuestro país. La Reto, ninguna alianza, ningún tratado. Pero era la pública ha hecho la misma política internacicconsecuencia natural de nuestro estado interior, nal que la monarquía y por iguales razones.
de nuestra posición en el mapa de Europa. Tras Pero dentro de esto y dejando a salvo el intetornarlo, habría supuesto un esfuerzo gigantes rés nacional de cada cual como lo entienda, es co en el orden militar, completamente despropor innegable que exis contactos, repercusiones cionado a los recursos del país y sin nada que probables, interferencias que forman parte de ver con su conveniencia fundamental.
aquel mismo interés nacional y que constituTales han sido los crímenes de la República yen el terreno común para una inteligencia en favor de la paz y la protección de la independencia de cada uno.
CANSANCIO MENTAL Así entendido el problema, todo lo que los Gobiernos de la República han hecho sobre el NEURASTENIA particular no ha rebasado nunca los límites deSURMENAGE centes que la discreción exterior impone. es absolutamente absurdo suponer que nadie con FATIGA GENERAL responsabilidad en la República española ha tenido el pensamiento ni el deseo ni la intención de zafarse del conflicto nuestro interior son las dolencias provocando una conflagración europea. Conque se curan tra semejante dislate militan muchas razones: rápidamente con meses hace que expuse algunas. Militan todas las razones de humanidad, de prudencia hunana y de sabiduría de la conducta en la vida que hay siemore contra cualquier género de guerra; milita, además, que los españoles ya tenemos bastante, y aun de sobra, con la guerra que estamos sufriendo, y sobre eso una consideel medicamento del ración de orden político bastante clara. Si per cua) dice el causa de la guerra de España hubiese en Eudistinguido Doctor ropa una conflagración general, la causa de Peña Murrieta, que España quedaría relegada a muy segundo térinino, y la solución que adviniera no tendría servicios a nada que ver, ni por casualidad, con los inte presta grandes reses fundamentales que nosotros representatratamientos dirigidos severa mos y defendemos. Es, por tanto, indispensable que se acallen las imaginaciones quimériy científicamente.
cas que esperaban o temían actos de desesperación del Gobierno de la República. En priKinocola una Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica