Democracy

REPERTORIO AMERICANO 29 un mo tos de indefendibles pensiones privadas porque unas pocas no podrían ser pasadas; o en decretar miles de tarifas y sus tasas, pocas de las cuales solamente no podrían pasar aun con un minucioso escrutinio del Congreso.
Logrolling en sus más cruda forma, mejor conocida del público, consiste en el cambio de promesas entre los Diputados o entre blocks. Votaré por su mal proyecto de ley si Ud. vota por mi mal proyecto de ley. Pero tiene más delicadas y peligrosas fórmulas.
La más típica acepción para expresar este conjunto de proyectos de leyes regionales de interés solamente para la votación de los diputados, la denominan con el expresivo nombre de Pork barrel, de ese barril salen todas esas leyes tales como: Ríos y Puertos, Edificios Públicos, Pensiones, Tarifas, etc. que son enmarcadas automáticamente por log rolling; los creadores de la medida ponen un artículo para este Distrito, a favor de tal Estado, proyectos favoritos para este, ése y otro Diputado, hasta que consiguen formar una mayoría de diputados dispuestos a votar por el conjunto de proyectos de una vez, para conseguir los favores locales que ellos estaban buscando. De nuevo, híbridos proyectos son compactados cubriendo dos o más objetos para obtener sostén de los grupos de buzos. Esto también en esencia, es log roliing cuando un grupo, después otro, está plagado por concesiones para sus demandas, y los líderes llaman los beneficiarios de estos favores para sostener el resto del programa.
El último vicio de log olling es que ha construído, una intención en la mente de los Diputados, la cual parece fatal para la democracia.
Esto viene de la complaciente arrogación de la prosperidad nacional con que es servido para conceder las demandas de éste o ese grupo de esta Sección o de esta otra sin contar con lo que cuesta a la nación. Esta arrogación en retorno anima a los diputados para rendirse a las demandas de cada uno de los intereses que controlan una cantidad de votos, tales como la Legión Americana, Gremios de Trabajadores, los intereses diarios del Carbón e Industrias Textiles. Los apetitos de tales grupos crecen con cada éxito obtenido y el Congreso, con cada una de esas rendiciones, se vuelve menos insistente para defender los intereses nacionales y ofrece menos resistencia al grupo de los interesados.
Un círculo vicioso controla las características de nuestros congresistas y la naturaleza de sus tareas. Ellos no son posiblemente electos diputados a menos que hagan promesas liberales, tampoco serían reelectos a menos que hayan cumplido sus promesas. El trabajo de los congresistas, habiéndose sentado bien en el campo de la actividad del Gobierno Federal, se hace más amplio en económico intento, más y más que de agente de Washington para sus comitentes y por beneficios locales; naturalmente hombres de primer calibre, hombres que harían sacrificios para problemas nacionales, rehusan aceptar un asiento en el Congreso, para no decir nada de rehusar a las oficinas locales, las cuales son a menudo peldaños para llegar al Congreso.
La gente vota por políticos de cacao maní y entonces deploran la declinación en la capacidad de los Congresos para tratar en gran escala los problema, nacionales.
La gente elige a los lobbistas en vez de estadistas y después critican al Congreso cuando log rolling es el solo camino para lobbing, para los diputados que necesitan agradar a sus electores. Los log rolling de estos Cínculos viciosos son los votantes de relativa indiferencia para los congresistas y para el fin público en el record de sucesión. Los votantes (tal vez no la mayoría de ellos, pero bastantes para inclinar la balanza donde quiera. demandan de los Diputados, antes que favores personales, proyectos y legislación preferente. El votante tiene aun menos punto de vista nacional que el que tiene su representante; el votante, aun más regularmente que el Diputado, pesa y mide por lo que él y sus amigos consiguen de ellos. los cangresistas les falta responsabilidad nacional, de aquí que ellos no asuman responsabil dad por la conducta del Gobierno. ello se debe su descuidada extravagancia. Aun a esos presupuestos sin balance, dan el voto para el gasto en el cual están especialmente interesados, pues eso significa votos para ellos en la próxima clección.
La autoridad de los Leaders ha sido forzada sobre el Presidente, resultando en trastrueque de funciones del Congreso y el Poder Ejecutivo. En efecto, el Presidente ha encontrado necesario asumir la autoridad de Líder para determinar la política del Poder Legislativo, mientras el Congreso trata de controlar los puestos públicos y regular la aministración de 133 agencias federales y juntas por presión directa sobre los jefes, controlando las apropiaciones, y escnbiendo en las leyes uno que sustente los detalles. Esta tendencia no principió con el segundo Roosevelt, aunque la depresión lo acentuó. Hace tiempo se ha venido desenvolviendo y la misma tendencia pue.
de ser vista en Estados y ciudades del Gobierno. menos que el Congreso pueda adquirir mayor habilidad, a menos que pueda librarse él mismo de su localismo y pequeñeces, a menos que teda confinar su atención a mayores fines, la autoridad de Líder del Presidente está destinada a crecer con un crecimiento de centralización económica, y muy posiblemente crecerá hasta tal punto de eliminación del Congreso.
Este predominio del Presidente no es de ninguna manera debido únicamente a la competencia técnica superior de los Departamentos del Ejecutivo sobre el Congreso sumergido en pequeños detalles. Es debido grandemente al punto de vista nacional del Presidente. Walter Lipmann hace años señaló que un Presidente normalmente ganaba en el favor popular entre más tiempo el Congreso estuviera en sesiones, porque el Presidente representa un interéz nacional, y las masas están compelidas a volver hacia él, pues el Congreso se revela él mismo una simple asamblea de delegados de grupos particulares.
Nuestros padres fundadores sabían que una democracia sobrevive no mucho tiempo más que el pueblo sea digno de merecerla, de creer en ella y de trabajar por su estabilidad; especialmente de poner el énfasis de su voluntad en el mantenimiento del interés nacional sobre el local, de clase, grupo e interés personal. Estas condiciones no han sido llenadas; nuestra democracia está impulsándose en la dominación por el Ejecutivo y en un aspecto general está siguiendo la misma ruta en la cual la democracia de Grecia y Roma, de Alemania e Italia, han caído.
No es sólo un deseo del pensamiento o una vana alabanza de la Constitución, tampoco adoración a nuestros abuelos, padres fundadores, los que la salvarán. Si es que puede salvarse, ha de ser por una nueva dedicación del pue.
blo americano a la causa de la democracia, por una nueva infusión de moral política. Si ha de ser salvada, lo será por los saxoamericanos que siempre piensan en su obligación a su pueblo, y sólo ocasionalmente, si acaso, de lo que sus localidades puedan ser capaces de quitar del Gobierno nacional. Qué se puede hacer? No hay fácil solución. Pero nuestras presentes dificultades posiblemente podrían ser resueltas por una combinación de tres aproximaciones, a saber: por cambios en la maquinaria política, por una limpieza en la casa del Congreso, y por avivado interés y renovada conciencia de parte de los grupos dominantes de votantes. Alquí no podemos discutir cambios de la maquinaria politica; pues ellos están sobrepasados. Cómo se habría sentido Jefferson de descorazonado al pensar que en un siglo y medio no había habido un cambio sustancial! El Congreso pudo hacer mucho para levantar su propio nivel si hubiera seguido el ejemplo de la Suprema Corte de Justicia y privarse ellos mismos del inmenso volumen de pequeños negocios, los cuales ocupan ahora su atención y sus miembros estarían hoy libres de no ser más que muchachos mandaderos de sus votantes. aun con respecto a los problemas nacionales, el Congreso debe saber definir más cuidadosamente los limites de su propia capacidad. El Congreso debía saber, desde tiempos ha, que no podía, couna vez lo hizo, definir por estatuto el salario exacto de cada uno de los oficiales del Departamento del Estado; largo tiempo hace desde que aceptó su incapacidad para prescribir las tarifas de pasajeros y fletes entre el intercambio comercial de los Estados; pero en demasiados campos todavía trata de llenar detalles generalmente no tratados en otras legislaturas.
Ambos, el Congreso y el pueblo, deben comprender que no todo prominente ciudadano de agradable personalidad es adecuado para el Congreso; que el gobierno no andará bien sin la devota atención de sus ciudadanos; que si esos activamente interesados en un proyecto de ley lo aprueban, no puede ser asumido que representen una clara política nacional; que favores y ventajas no pueden ser concedidos a ningún grupo, clase o sección sin corresponderles y dejar las equivalentes cargas al resto del pue.
blo; y que el interés nacional no sea servido por los compromisos adquiridos localmente por los representantes.
Finalmente. qué se puede hacer individualmente. El problema no es desesperado. Hay algunas Cuentas Corrientes y animosos ejemplos; una ciudad no hace mucho tiempo rehusó aceptar que se hiciera un nuevo edificio 12ra oficinas de correos por considerarlo un gasto innecesario y extravagante. Esto da una idea al lector de lo que se puede hacer y hacerlo inmediatamente; urgir a cada grupo organizado que se es miembro para discutir este problema y lobby contra todas las propuestas de grupos interesados; hacer presión sobre el Congreso para eliminar lo local y lo trivial y concentrarse en los problemas nacionales desde el punto de vista nacional.
como Nota del traductor. Las palabras Log rolling.
la más acertada traducción que pueden tener, sería compararlas con una balsa de madera en que las tucas ruedan juntas para conseguir el fin.
Lobby es sabido que es el hall de un edificio.
En sentido figurado se le dice en este caso a los concurrentes a las barras del Congreso que van en persecución de fines utilitarios: lobbysts, logreros.
En todo caso, decía el bien recordado don Cleto, que traductor era sinónimo de traidor, y así es.
Solicite este semanario a la Señorita MATILDE MARTÍNEZ MÁRQUEZ LIBROS La Habana, Cuba. Apartado 2070.
Teléfono Fo. 2539. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica