Fascism

36 REPERTORIO AMERICANO ya el suyo. ni el Fuhrer ni el Duce conquistarán uno jamás. No se sale a buscar un imperio por el mundo; se sale por el mundo llevando en ia mano la justicia. Luego el imperio se aparece de improviso para darle ocasión al hombre de usar esa justicia. Después se deja o se pierde el imperio y se lleva uno la justicia consigo, porque ella es la generadora de todos los imperios legítimos, los cuales, si ayer fueron materiales y fingidos, mañana tendrán otras dimensiones donde la justicia se acomode con más holgura.
Si Sancho gobernó ayer una isla de mentira, bien puede gobernar mañana un mundo de verdad, porque al dejar el gobierno se llevó la justicia con él La justicia vale más que un imperio, aunque este imperio abarque toda la curva del sol. cuando la justicia, herida de muerte. nos llama a todos, a todos los hombres, en agonía desesperada, nadie puede decir: Yo aún no estoy preparado.
La justicia se defiende con una lanza rota (y con una visera de papel.
Este es nucstro evangelio. El vuestro tam(bién.
Cubanos, mexicanos, hispanoamericanos: Es.
táis hechos de muchas cosas: de agua, de viento, de arcilla, de misterio. Pero en vuestra sangre hay un sabor amargo e indeleble de justicia, que, por encima de sus pecados y de sus torpezas políticas, os lo puso el clown ibérico de las bofetadas, y que debéis guardar y defender sobre todas las cosas como un legado divino.
Este es nuestro evangelio, oídlo bien: el evangelio de la justicia está escrito en nues.
tro libro, en nuestro gran libro, en nuestra Bi.
blia, en nuestra Historia infantil y grotesca. y en nuestra sangre también, hasta que los hombres, todos los hombres no lo aprendan, el mundo no se salva. Alerte, milicianos. Las bestias del fascismo acechan. Do Ayuda. Madrid)
El despotismo legalista Todo esto y más resulta de los documentos que siguen, pues el despotismo del Paraguay, si este nombre ha de darse a aquel Gobierno, es tan regular en sus actos, tan legal en sus formas, que no hay un hecho por arbitrario, criminal o absurdo que haya emanado del Gobierno, que no esté comprobado por un expediente, una sumaria, una orden escrita, invocándose en cada una de estas piezas la orden de su Excelencia el Mariscal Presidente; y constando en el documento mismo la ejecución al pie de la letra, y a veces la espontaneidad de parte del ejecutor que reconoce llenar un santo deber en el crimen que comete, o bien se disculpa de no haber comprendido en una acción que reputó inocente la enormidad de las consecuencias.
Así el archivo de Simancas ha venido a revelar tres siglos más tarde, los crímenes de Felipe II, anotados, registrados, detallados con paternal solicitud por el sigiloso y taciturno monstruo que había hecho de sus propios odios, ambición, codicia y crueldad, su Dios, su religión, su conciencia y su guía moral.
Hoy de noviembre.
Estar pensando en Madrid y en su larga resistencia heroica, es anhelar con toda el alma el triunfo de la República. Ya que no podemos prestar ayuda material, siquiera démosla moral; mantengamos en firme resolucio.
nes y esperanzas, con el Espíritu también se está trabajando por la victoria de la España republicana. Seamos la retaguardia moral de los que en España luchan y mueren por la libertad del hombre, Acechan los lobos dentro y fuera de la sagrada Peninsula y en verdad que no sabe uno en donde se hallan los más peligrosos. Siniestros designios de sus enemigos se ciernen sobre la España proletaria, y no hay más idetente! que el que pronuncie la Justicia por boca de los hombres libres y vigilantes del mundo. En este día y en los que siguen, que serán más dramáticos.
Hay que estar con los ojos fijos en España, a todas horas, en ademán de protesta y acusación clamorosas, cada cual en su puesto de honor, y que la iniquidad no se consuma. Presenciamos días históricos en que los malhechotes con mando desgraciadamente vuelven a contar con el éxito.
Alerta, milicianos del mundo, soldados de la cultura!
Saludemos Madrid del sacrificio, el Madrid glorioso de las Españas, y para siempre seamos suyos con todo el corazón! GARCÍA MONGE (De Lealtad. San José de Costa Rica, de noviembre de 1938)
Aprendo a leer.
analfabetismo. No han visto todavía ustedes a mis hermanos, los konsomolitsi. De Eleni Samios, en La verdadera tragedia de Panait Istrati. Ediciones ErCILLA. Santiago de Chile. 1938. De Sarmiento en el tomɔ XXXIV de sus Obras. Buenos Aires. 1900. Más allá, sobre un taburete, un viejo abuelo deja que le enseñe el alfabeto su nieto. Nuestro Don Quijote lo ve, se detiene y lo mira, llenos sus ojos de justo orgullo.
El anciano mujik, muy digno, nos llama: Si, padrecitos, aprendo a leer. Le he prometido a mi chiquitin, miren, leer su periódico mural. aquí estoy en la tarea. es más difícil, créanmelo, que manejar mi ha cha vieja.
El chico golpea la tierra con impaciente pie. Qué hay de extraordinario. parece decir ese pie impertinente. Soy, acaso, el primero entre nosotros que quiere combatir esta plaga del El heroísmo como virtud Voltaire, vale decir, el buen sentido, con su habitual lucidez, ya dijo en su Diccionario Filosófico que el temor a un tirano no engendra el heroísmo, pero con Voltaire y sin él, cualquier persona de juicio sospecha que la excelsa virtud del heroísmo ha de ser de otra estirpe que el miedo cobarde. Manuel Domínguez, El alma de la raza. Asunción, Paraguay. 1918. Con la CENTRAL DE PUBLICACIONES Avenida Juárez, Apartado 2430. México México. Tels. Eric. 59 75 y 20 838 Méx. 94 30. consigue Ud. este semanario. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica