Feminism

REPERTORIO AMERICANO 365 con Cómo conocí a Teresa.
tejiendo la rueca de los sueños, en espera de una hora mejor que aca(Vicne de la página 360)
so nunca llega. Sin embargo, alde una inferioridad insultante. Pe. siasmo por perfeccionar el inglés, primer momento, el interés de crí gunas de nuestras mujeres latinas To confieso que en la práctica la siempre con la idea de viajar a Nor ticos y literatos que azorados por como anota un escritor colombiacausa ganará muy poco, mientras teamérica. me mostró un linguá su entrada resonante en el campo de no, crítico de Ifigenia, sacudidas haya tantas mujeres que se conten fono en el ángulo ela pieza, di las letras, no sabían si el de Teresa por el ejemplo de las que triunfan ten conser bonitas, estúpidas y ciéndome: Este profesor de idio de la Parra era un pseudónimo o en Estados Unidos y en Europa, o bien vestidas. Sin embargo. anadueñas de una rebeldía recóndita y mas no se cansa nunca, a condición nombre auténtico.
de sonriendo maliciosa parece que de que una no se canse. Lo cual Con una de esas sorpresas no cotenaz, de un endiablado saber adesto fuera lo más conveniente a los añadía no es tan fácil. munes en nuestros países, pero muy el vuelo. van hacia el amor, hacia quirido en los libros, de pronto alzan hombres.
Unas res horas habrían pasado gratas, el nombre de una mujer ve Ya es tiempo de que la mujer en la deliciosa compañía de la es nezolana comenzó a pronunciarse el arte, hacia la ciencia, hacia cualvaya en nuestros países a las uni critora. Al iniciarse el crepúsculo, con fervor y con admiración en los quier cosa en donde sientan la pleversidades, no para que llegue a que suele ser largo y fosforescente centros literarios, y se lo catalagó, nitud de ellas mismas. Pero en espera del momento, cabe todo el ser una competidora del hombre, si. en verano, con los más variados to sin el requerimiento de fórmulas fastidio que se alimenta de incomno su inteligente colaboradora. nos de luz y de paisaje, tomaba el académicas, junto a los nombres, prensión y de choques. Dos sensique los hombres dejen de pensar funiculas para descender. Al despe triunfadores ya, de la Mistral, la que al casarse toman una sirvienta dirnos, Teresa de la Parra, de pie Ibarbourou, la Storni. la Agustini, la bilidades, casi dos filosofías, casi en buenas condiciones. Subrayado sobre la azotea del Hotel, agitaba Luisi y otros valores femeninos que flioto: ese conflicto es el que hace dos religiones se encuentran en conesto con una sonrisita decidora. su mano blanca y fina. me conhicieron eclosión en los campos inapasionante la vida de Ifigenia. Teresa de la Parra era creyente. movía el pensar que acaso no tor telectuales del Continente. de ese es el secreto añadiré yo por obedecía al medio y al tiempo en naría a ver a esta mujer admira un salto, Teresa de la Parra se imque se desenvolvió. Sus ascendien ble, hija de nuestra América, que puso en la palestra de las letras en qué ese precioso breviario de protes de antigua cepa española. En tan bien ha sabido representar a su tierras del Sur, en blemas y verdades que no tiene tanto que en Sevilla Se deslizó una buena parte raza, y dar lustre y esplendor a su esos mismos días huecos nombres ninguna pretensión de sustentar una de su adolescencia, que la compar sexo. No había, en efecto, de vol de boxeadores llenaban las colum tesis feminista, fue saludado alborozo en el instante de su apatió con su hogar de Venezuela, a verla a ver.
nas de los diarios del Norte.
donde llegó en la época más inte En mi carnet de apuntes, he conrición y se lo lee sin dejarlo de las La noble Teresa venezolana, que manos y cada vez con creciente resante de su juventud, con su alma signado esta anotación; Domingo sin duda aprendió mucho para su interés.
abierta a las realidades de la vida de julio de 1932. las nueve de decir castizo y claro, de plata de y una formación intelectual fruto la mañana, parto a Leysin a visitar buena ley, y para su pensamiento La crítica, en general, fue prode su estudio y experiencia en el a Teresa de la Parra, bella y cele hondo y puro, de oro de altos qui picia a la escritora. Se habló de su talento descriptivo, de su dón de mundo europeo. Nació y vivió en brada escritora venezolana. En lates, de la Teresa de Avila, había Paris, pero su venezolanismo, diré cuéntrase en el Sanatorio desde publicado un libro que mereció el penetración psicológica, de su enmejor su americanismo, estaba más febrero de 1932. Es una mujer en primer premio en un concurso de cantadora sencillez plástica y de la armonía y musicalidad no aprendique en la ley en su corazón. Ante extremo interesante, con quien he novelistas americanos. Ifigenia era todo, soy sudamericana díjome departido sobre varios tópicos. Día el título, leyendolo entre paréntesis: das, que eran la nota dominante de contestando una pregunta acerca de este de grandes y complejas emo Diario de una señorita que escribió las páginas de sus libros. Hubo escritor ecuatoriano el señor Gonsu nacionalidad. amaba a nues ciones! He retornado a Ginebra a porque se fastidiaba. Subtítulo satro Continente y le preocupaban las dos de la mañana.
bio y sutil para aguijar la curiosi zalo Zaldumbide que en ajustado sus destinos y tenia fe encendida la desaparición de la exquisita dad de las lectoras, que precisamen articulo hizo la ponderación de las en el trascendental papel que están escritora, tan querida y leída por te habrían de encontrar en ese libro calidades estéticas con que sin prollamados a cumplir nuestros pue las mujeres caso bastante raro en el mejor antídoto contra el hastío ponérselo acertó la autora. trablos, bajo los imperativos de la paz, la literatura debido sin duda a su y una especie de bálsamo para esas zó un paralelo, nimiado y sugerende la solidaridad y de la compren profundo conocimiento del corazón horas tediosas a que se ven condete, entre la protagonista de la nosión, en los nuevos tiempos de la femenino, a su interpretación rea nadas en nuestro medio tantas muvela de Jorge Isaacs, la María del humanidad.
lista de la vida, a su penetración chachas de alma superior con alas Cauca, y la María Eugenia Alonso, Recuerdo que al invitarnos a pa de los problemas feministas y a su para el vuelo, con inspiración para la María caraqueña de Teresa de la Parra. para que se aprecie sear (estaba yo en compañía de la estilo sencillamente original y cris el canto, con ideales para la vida y señora Elvira de Borja, esposa del talino, con matices naturales y es a quienes los prejuicios del ambiencómo había de impresionar ese paCónsul ecuatoriano en Seatle. y pontáneos, hasta el punto de haber te, los imperativos de la tradición rangón en el mundo femenino, en la hora de los amaneceres romántiluego de bordear lindas avenidas, llegado a ser Ifigenia una especie y el respeto o temor de los convenel corazón sembradas de pinos, se encaminó de breviario femenino; en el mo cionalismos sociales, las mantienen cos, cuando preludia Teresa de la Parra hacia la capillamento de su desaparición digo prisioneras dentro de una jaula, que de la mujer el aleteo imperceptible de Leysin, penetró en ella junto valdría la pena recordar ligeramen quizás es de oro, pero jaula al fin, cribir, en su texto, las palabras del del amor, acaso sea oportuno transcon la señora de Borja e insinuo te su obra, y las calidades y esen en que se agostan, faltas de libertad escritor ecuatoriano: alguna ceremonia del culto. La acti cias que la caracterizaron, habien espiritual. allí bostezan su incontud de Teresa en ese momento, me do conseguido despertar desde el La adorable María colombiana, formidad y pasan tejiendo y desparecía solemne. tal era el convenpaloma sin hiel breve copo de tercimiento que se desprendía de su nura y melancolía, no sabía sino gesto religioso y de su unción de crecallar, amar y llorar. La elegante yente. Todo, desde luego, breve y María caraqueña, de apariencia mo.
elegante; no había olvidado que esdernísima sobre el fondo tradiciotaba acompañada. De este modo nal, que abrevia el tiempo con la conocí aquella iglesita alpina, soofrece a usted sus servicios profesionales celeridad de nuestra múltiple iniciabria, modesta, soledosa, a la acución y está ya triste porque ha leidían los fieles de Leysin.
do todos los libros, sabe expresar así comprendí cómo el sentimiento relo recóndito, sabe protestar y deligioso de Teresa de la Parra que cir las cosas, sabe reír y reírse, libertarse. sobre todo, sabe que se trasvasa ligeramente en sus libros, se encerraba en su espíritu, sabe. aunque sabe también llorar libre de manifestaciones aparatosas y someterse, acaso no sepa tan proy chillonas, fruto más bien de la fundamente como ella cree lo es exaltación fanática que de la creenamor. Ama? Sí, pero más al amor cia y la fe.
que al amado. Ama por amar, no San José de Costa Rica. Teléfono 3764 De a p. previa cita Al retornar yo al Hotel, Teresa porque ama. ha de quedar siemde la Parra me habló de su entupre insatisfecha. Es el mal de las (Concluye en la página 367)
Dr. García Carrillo Medicina General Corazón y Aparato Circulatorio Electrocardiografía Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica