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REPERTORIO AMERICANO 259 brantable, para darle inconscientemente aquella fuerza del mito. Así se entiende que la intelectualización, o la introspección consciente, psicoanalítica a si se quiere, algo artificial hacia los abismos del inconsciente, puede ser cosa equívoca, verdaderamente peligrosa por el hecho de poner a descubierto lo ficticio de la eternidad de las máximas sociales, místicas; no es en vano que el hombre crea sus mitos.
Peligrosa tal intelectualización, igual que todas las demás ciencias, para quienes no están con pie firme en la realidad. Pues bien, que se sepa que mito es mito, que se conozca su función en la vida social, lo que nos facilitará no sólo adaptar mejor nuestros mitos a las realidades sociales e individuales, sino también cumplir con las exigencias de los mitos, no obstante de estar ya nosotros plenamente conscientes del he.
cho de que no son ni eternas ni inquebratables esas realidades de la vida social a cuyo servicio están los mitos. En este saber importante con respecto al mito, mucho debemos a Freud.
Hemos visto a Freud en el rol del profeta del Antiguo Testamento. No es mala esa comparación, del todo. Es verdad, el rol científico e histórico de Freud habría podido cumplirse también por otro que no sea judío. Los judíos no son los únicos gloriosos renovadores de Europa, Empero, la pertenencia de Freud a ese grupo de hombres en defensiva permanente, y con grandes tradiciones culturales trimilenarias, especialmente en el dominio espiritual, debe de haber contribuído a aguzar su ingenio.
Tal vez, en otras circunstancias, no se hablaría de esas cosas íntimas. En otras circunstancias yo personalmente no me habría atrevido a hablarles a Uds. en esta misma sala, sea de judíos apreciables, sea de judíos despreciables.
Pero en hora trágica para 17 millones de judíos, cuando el odio contra ellos, ampliamente financiado por poderosos grupos interesados, ya ha adquirido proporciones de una psicosis colectiva, en esta hora trágica, sí, es justo recordar que Freud es uno entre estos 17 millones cuyo exterminio se prepara deliberadamente por fuerzas egoístas, y adversas a la humanidad entena, exterminio en la misma forma brutal en la cual los turcos de antaño eliminaban a los millones de sus compatriotas cristianos armenios. Justo también recordar en esta hora trágica, que en el seno del pueblo judío destinado para el exterminio, nacieron no sólo los Profetas del Antiguo Testamento, sino también los Apóstoles del Nuevo.
El concepto de Marx sobre la importancia determinante de las relaciones de producción para la formación de la ideología humana en su sentido doble, causal y teleológico ha sido muy mal entendido por partidarios, y aún más por adversarios; se le daba un sentido de metafísica materialista con lo cual no tiene este concepto marxista nada que ver (3. Pero, mientras que Marx como scciólogo, se fija sólo en los sucesos anímicos en grupos humanos, sin discernir los individuos de los cuales los grupos se componen, Freud como psicólogo se fija además en los sucesos anímicos individuales. Es verdad, no hay límite neto entre los dos, como ha insistido, después de Freud, especialmente Jung El concepto funcional de Marx sobre la diná.
mica evolutiva de la ideologia social, ha encontrado últimamente, en sintesis estrechísima con conceptos psicoanalíticos freudianos, la más amplia aplicación en la nueva Antropología Social, que florece en la Universidad de Londres bajo la sabia dirección de Malinowski, e influye muy poderosamente en todos los estudios contemporáneos sobre culturas primitivas, y por eso también en la actitud del moderno blanco ante el llamado salvaje. Hemos insistido en la gran importancia que Freud ha tenido en la psicologia. Empero, debemos darnos cuenta de que si Freud fuera sólo el gran psicólogo, como otros hombres de ciencia, su acción no habría significado tanto para el hombre moderno. Hay algo más en Freud. Es que su nueva psicologia ha servido de arma contra la tremenda hipocresía social heredada del siglo pasado. Su psicoanálisis era un desenmascaramiento que temer para quienes nuestra era significaba la edad de oro, el cumplimiento. Un desenmascaramiento siempre es peligroso; porque para algo muy importante debe de haber servido máscara tan pesada. Así, la obra de Freud tuvo que dar origen a luchas apasionadas en todos los campos de la vida espiritual humana. Dice Jung sobre Freud, a este respecto: Es un gran destructor que rompe las cadenas del pasado. Libera del peso malsano de un viejo y podrido mundo de rutina. Su mérito histórico reside en el hecho de derrumbar como un profeta del antiguo testa.
mento falsos dioses, y poner al descubierto, sin piedad y a la luz del día, toda la podredumbre del alma contemporánea. agrega Jung, en esto se basa y se justifica la gloria de Freud.
Sin embargo, lo confieso que considero yo el temor ante el desenmascaramiento, justificado no sólo desde el punto de vista de los beati posedentes. sino lo considero algo peligroso tam.
bién para la humanidad entera. Siempre necesita el hombre de algo como máscara para realizar, o integrar, su vida social. Es decir, necesita de mito Mito es simbolización o sua blimación de máximas morales, legales, politicas y otras indispensables como base fundamental de toda vida social. Es verdad, no son estables las formas en las cuales se simbolizan o se subliman las máximas, y no son estables estas máximas mismas, como no es estable la estructura económica y la vida social humana.
Pero no obstante, máximas siempre indispensables, a las cuales por eso mismo se les atribuye, cerrando un ojo, el carácter del eterno. inqueLaotze Una interpretación Por HENRI BOREL Traducción y envío de Elena Torres, México, 1937.
CAPÍTULO II Arte (Concluye el Capítulo II. Véanse los entregas anteriores. 13, 14 y 16)
Me introdujo dentro de una pequeña cá algún objeto sagrado o un niño pequeño. Lo mara de su propio alojamiento. Una celda con colocó abajo, sobre el suelo, abrió la tapa y paredes blancas y ningún mueble, salvo la ca sacó una urna de madera café y roja que colocó ma, una mesa cubierta con libros y unas cuan sobre la mesa. Luego dijo: Mire, una urna tas sillas. Abrió una puerta en la pared y bella para comenzar. Una cosa bellísima, debe sacó de allí un cofre de madera. Cargó éste tener una instalación bellísima. Al presente, la con gran cuidado haciéndome pensar que sería pequeña puerta está cerrada. No encuentra buena la idea de mantener algunas cosas lejos de los ojos profanos? Pero ante usted ya puedo abrir esta urna.
CANSANCIO MENTAL Abrió los costados de la urna y en el fondo tropezamos con un tapiz de seda azul pálido NEURASTENIA y sobre él brillaba una figura que difundía SURMENAGE rielando un maravilloso resplandor de sí misma. Era el Buddha Kwan Yin, colocado sobre FATIGA GENERAL un loto que lo sostenía derecho y gracioso; la flor modestamente abierta era superior al tumulto de los tejidos silvestres de donde proson las dolencias cedía. Percibe usted la cabal sencillez y la beque se curan lleza de esta escultura. me preguntó y en su voz había inflexiones de amor delicado. No rápidamente con es esta la personificación del descanso perfecto. Cómo es sereno el semblante. Cómo es maravillosa la indulgencia que irradia. Cómo deja en suspenso la severidad del conjunto que contempla con los cerrados el infinito. Mire qué delicadas son las mejillas Mire la boca! y la curva soberbia de las cejas símbolo del alma tomando su rapidez del el medicamento del cuerpo! el cuerpo. cuán pocas líneas hay cua) dice el en él! Mire ahora: iſqué infinito amor y que clemencia hay en la posición del brazo izdistinguido Doctor quierdo defendiéndose de todo lo bajo. iqué Peña Murrieta, que elevación hay en el brazo derecho la mano con dos dedos levantados, juntos como en un acto de oración qué indescriptible beatitud! ico presta grandes servicios a mo es bello el reposo de las piernas cruzadas, tratamientos dirigidos severa descansando suavemente sobre la flor de loto!
Sin embargo, mire cómo es tierno el constrey científicamente.
ñimiento de todo las plantas delicadas de los pies curvados con delicadeza aguda. No es esta figura la quinta esencia de todo el BuddhisKinocola como (3) El término Concepto materialista de la historia (o Materialismo histórico. en forma no muy exacta se lo ha traducido al castellano) para Marx es sólo insistencia en la necesidad de tratar la evolución de las idcologias sociales en relación causal inmediata con su base real. o con los medios materiales de producción. No hay nada aquí que se refiera al problema metafísico de la interrelación entre materia y espíritu. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica