Individualism

REPERTORIO AMERICANO 253 sión al bohemio ignorante y anodino que por indefinido e inactivo resulta un intersexual del intelecto.
Resumiendo, nos parece de alta utilidad la lectura de la obra comentada. Sobre todo si se toma en cuenta que el autor no lleva intención unilateral. Su único propósito debe haber sido dramatizar en tres actos y en forma amena uno de los problemas humanos más destacados. poniendo en el tinglado a una serie de tipos interesantes, de cuyo compendio, batidos en el mortero del razonamiento, ha de salir la única solución justa. Porque no cabe duda de que si Batifolle es execrable, tanto como la aberración colectiva que representa, Toto, que es la negación de toda actividad social, expresa en muchas de sus características personales un tipo por desgracia sobrado frecuente en nuestro pequeño medio, y que viene a ser como el sarcoma de nuestro ambiente intelectual. si eliminamos ambos factores principales, hemos de concluir en la necesidad en que están los pueblos de construir una economía con fines sociales que al libertar al Hombre, genéricamente hablando, lo libere también en su individualidad al crear una base material que sirva de estímulo al desarrollo de sus cualidades espirituales. Tal será la erdadena dignidad del pensamiento. sin mixtificaciones ni utopías.
ideas e imaginación personal, el completar las sugerencias esbozadas, traduciéndolas si fuere del ca90 al lenguaje social, en el sentido de cong omerado humano que tiene la palabra. así es como se establece una contradicción interesante entre estos dos personajes que, paradójicamente, tienen muchos puntos de contacto.
De un lado la vanidad y el talento de un genio de la acción, que aparentando crear un mundo mejor, trata sólo de anular en beneficio de su propia deificación todas las manifestaciones de la personalidad humana. De la otra parte, vanidad e inteligencia también, con la simgular pretensión de mantener una individualidad insustancial y contemplativa, que si a nadie en apariencia perjudica, tampoco pro duce beneficio alguno. Totó al hacer la apologia de la indiferencia no hace más que acusarse de un complejo de inferioridad tremendo. Es el polo opuesto de Batifolle, el creador. Sin embargo coincide con éste en la inutilidad de su posición. El bohemio del drama simplemente, a través de los tres actos, se mantiene. Aparece y termina dentro de las estrechas fronteras de su propio ego. Muy por el contrario, el jefe tiene un impulso inicial formidable que concluye en el punto de partida por deformación o mal encauzamiento de sus energias. En resumen, dos tipos antagónicos con un denominador común que los amalgama indisolublemente: el narcisismo exaltación de yo sin proyecciones de verdadero beneficio colectivo.
Trasladando el desarrollo de la farsa escénica al campo de la realidad social, abundamos en las razones que han movido al prologuista a concluir que en la obra se ha consignado, ridiculizando al batifollismo, un gran esfuerzo literario para denunciar la vanidad y la imposibilidad humana del fascio y de su concepción nietzscheana del superestado. Sin embargo, aqui hay otro error por omisión. Urge señalar que tampoco el camino seguido por Toto dentro de un círculo estrecho y vicioso, por egoísta e improductivo, entraña ninguna solución para el complejo social. El pensamiento, como entidad, es jalgo creador y dinámico, cualidades muy ajenas a Toto. Careciendo este de auténtico pensamiento, en la concepción elevada de la palabra, muy mal puede ostentar la dignidad del mismo. Como tesis, la sugerencia del libro es muy digna de aplaudir. Lo único es que, ante nuestra opinión, no rima con el carácter ni se dibuja en las actitudes del personaje comentado. Tomar una postura partidarista del lado de Totó, significa identificarse con una posición cómoda y criticona, de un individualismo anárquico que a nada conduce. Seguros estamos de que éste no ha sido el propósito del autor.
Es muy necesario, por tanto, si los dialogantes del drama no satisfacen, extractar un tipo de hombre primero como unidad y luego como género que resuma y vivifique los aspectos positivos de uno y otro, eliminando defectos. La máxima personalidad del individuo reside en da unidad del pensamieno con la acción beneficiosa, de sentido colectivo. sólo encontrará su pleno desarrollo en sociedades armónicamente construídas sobre una base económica justa, capaces, en consecuencia, de garantizar el despliegue de las facultades espirituales de cada individuo. Este es el producto de la vibración de la época, aunque le pese a ciertos totós del arte, de la política y de la literatura. Todo lo que no lene este moderno horizonte o tránsito por esta nueva ruta, está perdido por anacrónico o caduco. No importa que pretenda o no excusar su falsa posición con la frase venenosa, sofistiquena o retorcida. que asuma desplantes literarios opinando acerca de la cuestión social o mal del siglo. siempre se adivinará al trasluz de la pompa viril en la expreEspaña nuestra Envio de la au fora. Lime, 1937 Te odiaba España por tus frailes hipócritas póticas; por tu pueblo rebelde y heroico, que y sombrios, por tus monarcas corrompidos, riega de sangre la tierra endurecida por siglos por tus blasones mojados de sangre, por la de indolencia y de canalleria: ignorancia y la abulia de tu pueblo, por tu por tus milicianos, que marchan a la muer orgullo inconstructivo y tu fanfartonería, y te y a la victoria alegres como a su pritu ocio, y tu sensualidad; mera fiesta; por tus poetas mártires y por tus. te odiaba con el viejo odio de mis indios, artistas proletarios; sacrificados al brutal zarpazo de tus conquis porque al fin resucitas de tu larga muerte tadores, por tus Pizarros y tus Almagros, que como un lázaro tocado por la gracia de la hollaron la tierra de los incas desgarrándola libertad, y te reivindicas ante tus hermanos de y sembrando la esclavitud y la muerte; América, que hoy vemos en tí el empujón te odiaba por la herencia de tu sangre azul heroico y la ruta sin claudicaciones. sangre decrépita que llevamos los ameriporque ya no sueñas, sueños mórbidos, canos como una maldición y contra la que sino que mantienes tus ojos en alto idealmeninsurgimos negándola, para sentirnos dignos te iluminados, pero tus pies de miliciano fuer de nuestro destino: te se asientan sobre la tierra firme en marchas te odiaba por tu quijotismo, ramplón, per regulares camino de la gloria; tus fiestas toreras, primitivas y salvajes, por tus te amo y ya no me avergüenzo de las gocancionetistas y tus cómicos; tas de tu sangre que corren por mis venas, por te odiaba en fin, por tu chiste y tu sal, resi que quizá, quizá mi abuela española pudo duo frívolo de la decadencia de tus clases pri haber sido también otra Pasionaria; vilegiadas, pero ahora te amo España; te amamos, España sangrante, España tráahora te amo y me dueles como una llaga gica, España nuestra que te alzas sobre tu peviva, con un continuo escozor en el corazón, destal de cadáveres más alta cada vez, sin chiscomo un desvelo más, el más largo y doloroso te, sin carcajadas, sin toreros ni majas, seria de todos: y triste tal vez, pero apretando en los puños te amo España por tu admirable reacción erguidos la bandera de la Libertad, que no de vida ante la podredumbre de tus castas des arriarás jámas.
MAGDA PORTAL La carta póstuma de Lugones De El Tiempo, Bogotá, 11 de mayo de 1938 Buenos Aires, mayo (United Press) de dolor, sienten pesar, sobre sus espaldas Se ha dado a la publicidad una carta vencidas, la carga de las preocupaciones copóstuma de Leopoldo Lugones, dirigida tidianas. Preocupación de escritor, de traal juez de turno que levantara su cadá bajador inteligente, que no puede terminar ver, y escrita con lápiz, en un sobre. la historia de Roca. libro de sus desvelos en. La carta dice textualmente: los últimos años. Preocupación de taciturno No puedo concluir la historia de Ropara quien la vida tuvo un sabor amargo, que busca la tumba en tierra, sin cajón, y sin ninca. Pido que se me sepulte en tierra, sin cajón y sin ningún signo de mi gún signo de su nombre. Preocupación de nombre. Prohibo que se dé mi nombre decoro orgulloso que huye de que se le dé su nombre a ningún sitio público. y se le rea ningún sitio público. Nada reprocho cuerde en lápidas y ofrendas. preocupación a nadie. El único responsable de todos de solitario que quiere la gloria de la propia mis actos soy yo.
tragedia, sin compartir con nadie el victorioso fracaso. Hubiéramos querido, sin embargo, los Fuerte documento humano, a pesar de su admiradores de Lugones, que el capítulo de su sencillez de expresión, esa carta póstuma de muerte tuviera un prestigioso silencio. Sobran Leopoldo Lugones que nos trasmite el cable.
esas líneas, a pesar de su sequedad perfecta y En cinco líneas temblorosas el poeta de las de su ausencia de emoción quejumbrosa. El áureas montañas líricas, uno de los grandes suicidio con carta póstuma tiene siempre algo de América, resume la tragedia final, el mi de información sensacional para una edición nuto dramático, el instante convulsionado. extraordinaria. Pero Lugones ha querido dejar que lo empuja hacia los desfiladeros de la sus frases crueles, y afiladas, como una promuerte.
testa ruda contra más de cuarenta años de luY aun, en ese prólogo fúnebre, el hom cha estéril. Es el último zarpazo con honda bre acabado y finito, el hombre de amor y huella sobre la tierra enemiga. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica