344 REPERTORIO AMERICANO Arturo Capdevila, un poeta que es profeta en su tierra Por ARTURO MEJIA NIETO Colaboración. Buenos Aires, agosto de 1938 He comido, noches atrás, con Capdevila.
Era una comida de escritores, auspiciada por el Club de Buenos Aires, para honrar al señor Ministro de Relaciones Exteriores, escritor él mismo. Hemos comido allí, en un extreLe he dicho, entre trago y bo, cado: Yo me estoy componiendo, a mi modo, una galeria de escritores, particularmente argen.
tinos, en un rincón del Repertorio de Garcia Monge. Ud. no debe faltar, es de los de mi galeria. El poeta me miró con esa mirada escrutadora que le caracteriza, al través de los grandes lentes. Luego me dijo: Hombre, encantado, es un honor. No le repliqué, no es un honor. Es un deber suyo, que contribuya con una foto ya que por allá se le conoce y se le aprecia tanto.
periodística, mucha mac nada Arfuro Capdevila (1938)
poetas americanos, a no menti. Pienso ahora, si después de la muerte de Lugones que tanto hemos llorado, hay otro poeta argentino tan difundido en el resto de América como el autor de Córdoba del Recuerdo. Por mi parte no creo. conste que, personalmente, soy un gran devoto de Fernández Moreno, tan sobrio, tan sugestivamente humano, pero poco o conocido en el resto de América quizás porque carece del vuelo lírico que tanto señala a Capdevila como un producto esencialmente de América. Hay en Fernández Moreno una ascendencia ranciamente española y la facundia verbal que tanto distingue pareciera que la elocuencia y a los a él no le caracteriza. Precisamente por esta virtud yo le admiro a él y a Arevalo Martinez, ese otro gran poeta nues.
tro. Capdevila, por contrario, es el literato América. Pudo haber nacido en México o en Perú. Es con Ricardo Rojas, el escritor nacional que más siente a nuestro continente.
En el medio argentin idioma panor, Capde.
tan calumniado por estar aqui en vila aparece Tece para salvar el prestigio de su lengua y reinvindicar el de su patria. Lo cual, desde luego, es cosa que los mismos argentinos exageran. La gente culta conoce aqui nuestra lengua tanto o mejor que en nuestros otros países. Pero Capdevila se ha echado sobre los hombres la misión de defender el idioma de Cervantes: ha escrito libros (Babel y el castellano. ha dicho (en estos días) cosas terribles acerca del voseo en una conferencia en el edificio del gran diario La Prensa.
Finalmente, Enrique Banchs, el gran poeta, ha enmudecido. No podemos, pues, traerlo a la memoria No se puede andar muchos pasos e internarse en el campo de la literatura argentina, sin encontrar, al poco rato, con la presencia de este literato. Viene por línea materna y paterna de los líricos más castizos y más inspirados que ha producido la nobilísima y grande República Argentina. Nosotros, al instarlo los demás paises nuestros, hemos tenido presente que en este poeta, en particular, glorificarían los admiradores de las letras americanas, a un tipico producto, en alto relieve, de la americana, rama lozana y tomada muy en cuenta desde antes de Rubén Darío, por los mejores críticos castellanos, llámense Marcelino Menéndez Pelayo o Cansinos Assens.
Desde aquella época del Poema del Nenúfar o Melpomene particularmente esta tima realización lírica, plena de pathose inspiración Capdevila ha sido sobre todo, un poeta. El, sin embargo, hombre de su tiempo, ha pulsado muchas teclas, en general es un poligrafo. En ello ha seguido la tradición de Lugones, Sarmiento y Joaquín González, que dentro del cuadro de su materia legítima de literatos, fueron hombres de especulación variada. Así lo vemos una vez entusiasmado en la teoria del Georgismo, luego incorporado a un partido político, luego sociólogo, al pronto historiador, catedrático, fico, y otra vez poeta.
En general, es en la poesia, en donde él encuentra un clima propicio para sentirse a sus anchas. Ya lo revela así su verso, siempre descubridor de su dón anímico de reproducir con imágenes hasta las más vulgares cosas o de idealizar lo real. Pero en general trátase de un escritor de cultura densa y poco común ductilidad mental. También en esto pareciera que le desvela el fantasma de Lugones de quienrasgo verdaderamente elocuente es éste Capdevila no desperdiciaba banquete o charla intima para reconocerle su contribución loable a las letras patrias y en momentos en quecomo siempre los corrios rabiaban contra el autor de Los Crepúsculos del Jardín. Este rasgo, creo yo, habla de la fortaleza moral de Arturo Capdevila porque nunca supe que alguien lo hiciera antes. Defender a un ausente fue patrimonio de altura y yo doy fe de tal conducta en cuanto a Capdevila con respecto a Leopoldo Lugones. propósito de Lugonesy al hablar de Capdevila me veo inconscientemente obligado a recordar al poeta que acaba de morir. ha declarado Alberto Zum Felde, en un trabajo magistral, seguramente el mejor de los sesenta escritores que en el útimo número de Nos.
otros rendimos homenaje al gran escritor des.
aparecido: En último análisis, creo que ha sido la suya una poesia literaria; y que es de elaboración literaria su belleza. Literario, en este caso, quiere decir más técnico que má.
gico, y más sapiente que inspirado. Cultura y técnica son, hasta cierto punto, necesarias al artista; pero si predominan sobre lo intuitivo y lo emocional, literatizan demasiado el producto. Es posible que estas sabias palabras nos retrotraigan a Capdevila y que en este, particularmente lo posterior a Melpomene. exista mucho que eso puede ser atribuído al propio poeta que comentamos. Pero quizás en menor grado, porque de Capdevila hay poesias que se quedan la memoria, mientras que de Lugones muy raramente.
Arturo Capdevila tiene muchos títulos para que su gran patria, la República Argentina, sepa reconocer su aporte. En primer lugar, poquisisimos escritores seguramente ningún poe.
ta labora tanto y tan bien como el autor do La Dulce Patria y El Libro de la Noche.
Verdad es que más de alguno dirá que en la continua colaboración ravilla del innegable poeta que en el hay, se va quedando prendida, hecha jirones, como una vestimenta de seda que use diariamente en la yule vulgaridad la vida callejera. Luego el poeta de La Fiesta del Mundo es un animador de recia personalidad, lo solicitan por igual las sociedades de escritores que las academias de Historia o que los comités políticos. Lástiranda ma grande que él ponga oídos a muchas de estas solicitudes que en esto, quizás por años, no se parece a los de la primera hornada: Lugones, Rojas, Larreta, hombres apartados en sus casonas! Pero esto demuestra que Arturo Capdevila es un positivo valor para la socie.
dad ultramoderna en que vive: como poeta y como catedrático, como historiador, como sociologo y hasta le queda tiempo para darnos amenísimas charlas radiotelefónicasbueno es reconocer que Capdevila suele ser amenisimo charlista de sobremesa y conocidos son sus discursos plagados de anécdotas siempre dichas con personal entonación y un humor del cual carecen la mayoría de los escritores argentinos.
Finalmente, para no menos, ha sido al teatro y a menudo con éxito. Ha escrito obras en verso para ser representadas. Es autor de biogafías como ese castizo y bien realizado libro; La Santa Furia del padre Castañeda. y hasta ha escrito obras pedagógicas. Pero den tro de todo lo que él hace, sea la política, la historia la educación, es poeta. uno de los poetas argentinos, acaso el único, que de veras siente la América continental como paisaje fisico, como problema de almas y como cultura nueva. Por nuestra parte, nuestra gratitud de centroamericanos será muy grande con aporte de El Popol vuh para todos (edición guatemalteca, ilustrada bajo los auspicios de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala. Esto mismo pinta el interés nobilísimo por la cukura histórica de un poeta que en este momento acaba de publicar un ramillete de poemas históricos que se intitulan: Los Romances Argentinos y que al mismo tiempo se desvela y escribe libros y pronuncia conferencias acerca de temas de filología. Es, pues, una fuerza en marcha. Pocos o ninguno de su generación tan laborioso. Es una figura ejemplar y creo, dentro de lo que es profeta en su tierra. al llamarlo escritor americano, conviene notar que carece de énfasis declamatorio y retórica ampulosa. Un hombre de su saber y talento, no podría participar de lo que Groussac Mamo: floripondio.
yo senalo a que visite lírica ames posible,