REPERTORIO AMERICANO 213 rica Central, México puede, y debe, unirse con estos estados dispersos y formar una sola nación, la nación que le corresponde ser, cooperar lealmente, ya asi engrandecida, con quien tiene que aliarse, querrámoslo obo.
Siendo parte integrante de México, Centroamérica dejaría de ser problema, el problema que es hoy, pana la estrategia yanqui, siendo México aliado de Norteamérica, como forzosamente tendrá que serlo.
Si México pudiera escoger actitud, razón para otros cálculos. Si México pudiera oponerse a los Estados Unidos al lado de cualquier potencia, se calmarían muchos sentimientos dolorosos que perduran desde la desmembración de su territorio norteño. Si México pudiese mantenerse neutral. Pero no podrá más que aliarse con su vecino del norte. No hay libertad de albeldrio aqui. Esa es la situación. de esa situación tiene y debe sacar todo el provecho posible. Tiene que salvar a Centroamérica de perecer, y, al mismo tiempo, lograr su propio engnandecimiento. Ni se crea que se trata de que México conquiste a la América Central. Es unión lo que hay que buscar. Es engrandecimiento mediante la integración del México histórico y nacialmente verdadero. Seis estados mexicanos más dentro de la Federación, unida al fin la familia, que el desastre que ha sido nuestra historia de más de un siglo, ha desvinculado!
Motivos Por OSCAR FLORES Envío del autor Tegucigalpa. Honduras, mayo de 1938 hasta un buen hombre de Dusseldorf, que a más de ser hebreo no tuvo otro delito que el de ser.
poeta, Enrique Heine, se vió ya muerto precisado a abandonar Alemania, cuando las estatuas que recordaban su memoria excelsa fueron expulsadas violentamente de los parques y paseos públicos donde otrora, la admiración popular lo había consagrado en la inmortalidad de los mármoles.
En Mein Kampf, el líder de la Alemania de la cruz gamada, da a saber aspectos interesantes de cómo comenzó, en su juventud, su conocimiento acerca de los judíos. Dice que durante sus estudios y luchas en Viena advirtió la intima vinculación existente entre la doctrina marxista, mantenida en aquel tiempo por el Partido Social Demócrata, y los rasgos característicos de aquella raza. De ahí, pues, de ese vínculo entre una dolotrina filosófica y una raza dterminada nace el rencor contra ésta y otras muchas que no tuvieron la suerte de arrancar del tronco ario. Al combatir a los judíos dice el FuhererUn poco de historia La pseudo filosofía racista de un programa politico. Citas de Mein Kampf. Jesucristo no era judío. Lucha de clases y odio de razas. Mr. Hull y los judíos.
En el año de 1932, cuando las fuerzas reaccionarias de Alemania llevaron al poder a Adolfo Hitler. uno de los dos santos ante quienes se persigna hoy el bandidaje fascista internacional, pasó sobre las cabezas de los judíos que ahí vivían, uno como soplo de pavor. El miedo que embargó los ánimos de los miembros de dicha raza, era, por demás, fundado y racional. En la memorable asamblea que había tenido lugar en Munich el 25 de febrero de 1920, el Partido Nacional Socialista Alemán dió a conocer su programa de acción político y social y se declaró, asimismo, que aquél era inalterable. En algunos de los puntos de los famosos 25 de que consta la sección segunda de ese breviario del nazismo, se leen cosas que eran como para poner los más vivos tintes de inquietud en el espíritu de los no arios. Nadie, fuera de los miembros de la nación, podrá ser ciudadano del Estado. Nadie, fuera de aquellos por ouyas venas circule sangre alemana, sea cual fuere su credo religioso, podrá ser miembro de la nación. Por consiguiente, ningún judio será miembro de la nación. Hay que impedir toda inmigración no alemana. Exigimos que se obligue a todo no ario llegado a Alemania a partir del de agosto de 1914 a abandonar inmediatamente el territorio nacional.
Puntos colmo éstos que acabamos de indicar entre comillas que en 1920 constituían la teoría de un partido político aspirante al poder, a fines de 1923 comenzaron a convertirse en carne de realidad. En todo el territorio alemán, obedeciendo al programa, se dió principio a una sistemática persecución contra el elemento judío.
Se abrieron salas, donde especialistas en la mate.
ria, tomaban al individuo las medidas del ángulo facial para acreditar la pureza o impureza de su raza, y floreció entonces una extensa literatuna pseudo filosófica, de carácter basencialmente racista, pregonando a todos los viento las virtudes y excelencias de la raza aria y los vicios y lacras de las no arias. Judíos de renombre mundial, perseguidos por aquella dictadura reaccionaria, viéronse obligados a salir de la patria de Goethe: Alberto Einstein al igual que su grandiosa doctrina de la relatividad, se dió a recorrer el mundo hasta que notables universidades de América le abrieron sus puertas para que alumbrana inteligencias con la luz de su genio: Emil Ludwig y Estefan Zwei, g, los dos más grandes biógrafos contemporáneos, deambularon su gloria por Europa y América; y cumplo la tarea del Señor. Cuentan que Hitler, una de las quejas que formula frecuente mente ante Dios es la de que, Jesús, el Nazarena, haya sido judío. Pero los fanáticos ra cistas, apurados por la sangre judía del redentor, no han cesado en su intento de llevar al convencimiento del mundo, la idea de la falsedad de tal origen. Hace algún tiempo, un periódico alemán sustentó la rara doctrina de que Jesús no era paisano de Marx y Freud, pues nació en Galilea y de familia de carpintero: recorred mundo de uno extremo dijo la hoja periódica en referencia y no encontraréis un solo judío carpintero de oficio.
Pero lo que los ingeniosos teorizantes del nazismo no han podido explicar, por más que exprimen sus luminosos cerebros arios, es eso de la superioridad moral de la filosofía del odio de razas sobre la concepción marxista, e indiscutiblemente científica, de la lucha de clases. Carlos Marx, después de toda una vida consagrada al estudio, desentrañó la interpretación materialista del fondo mismo de la Historia y demostró con la fuerza de su lógica que la sociedad capitalista se desenvuelve dentro de una lucha incesante de clases, pobres y ricos, explotados y explotadores. esta explicación del mundo que los líderes del fascismo alemán encuentran absurda sin decir por qué, oponen ellos la sin razón del odio de razas, sin indicar tampoco en qué puede ser mejor para el progreso cultural humano y cuáles son las dulzuras que ofrece a los diferentes pueblos de la tierra el odio infamante de razas. Bien, pues es eso una doctrina. Hechas las anteriores consideraciones, queríamos hablar de Mr. Hull y los judíos. Con motivo de la reciente anexión de Austria a Alemania, los 600. 000 miembros pertenecientes a dicha raza que habitaban en aquel país se han visto perseguidos nueva vez por la furia implacable de su enemigo nazi. Crónicas extranjeras nos han dado noticia de las escenas doloro.
sas y conmovedoras que tuvieron lugar en territorio austriaco en los primeros días en que la pesada bota del nacional fascismo alemán se entretenia dando taconazos sin piedad sobre la independencia de aquel infortunado pueblo. Se cuenta que en Viena, en un solo día, desesperados, se suicidaron más de mil judíos.
Obedeciendo a un noble sentimiento de humanidad y justicia, Mr. Cordel Hull, Secretario de Estado de Norte América, en presencia de estos hechos de barbarie, no ha mucho se ha dirigido por medio de los representantes diplomáticos de su gobierno, a las Cancillerías de varios países de Europa y Latino América, en solicitud de asilo para los emigrado judíos, alemanes y austriacos, objetos de las cóleras racistas de los super hombres que detentan el poder en Alemania. Se ha de indicar que la acción propuesta dice Mr. Hull en su mensaje bien puede apelar al sentimiento humanitario de todos los pueblos americanos y que está de acuerdo con el espíritu de justicia y de libertado por el cual buscan a guiarse las naciones de este hemisferio. Hasta ahora han respondido accediendo a la excitativa de Mr. Hull algunos gobiernos de Latinoamérica. Bien han hecho quienes han procedido así. es de esperarse que los demás Estados del continente a los que se dirigió el Gobierno de Norte América en demanda del sagrado derecho de asilo para los perseguidos políticos de Alemania y Austria, respondan también afirmativamente, expresando así la convicción de que todavía hay pueblos donde se respetan los atributos de la dignidad humana y los principios de justicia universal, de los cuales una y otra vez se está haciendo vilipendio en el viejo mundo en los países que allá sufren, desesperados, el oprobio de los regímenes totalitarios.
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